/ viernes 24 de mayo de 2024

Ciudad de México: ¿Solución de problemas jurídicos de derecho familiar, sin código familiar?

El título de nuestro artículo de esta semana tiene varios propósitos. En primer lugar, subrayar el esfuerzo, el tesón, la voluntad, las ganas de servir a las familias de la Ciudad de México, de quienes tienen a su cargo la honrosa tarea de administrar justicia en Derecho Familiar. Rendirles un homenaje desde estas líneas a todos los jueces familiares y las juezas por supuesto, de los 52 juzgados que existen en la ciudad, de los cuales 10 son orales, y los 15 magistrados y magistradas especializados en Derecho Familiar, que integran cinco Salas, porque todos ellos que son una pléyade de intelectuales, de personas que tienen la vocación de servir y resolver de la mejor forma, los graves conflictos que se presentan en la Ciudad de México, que tiene el Tribunal del Fuero Común más grande del mundo; que su problemática familiar que involucra también las cuestiones procesales, de las que nos encargaremos en otro artículo, hoy debemos reiterar, frente a esta ebullición electoral, ante tantas promesas de candidatos y candidatas, de sus asesores jurídicos, de todo lo que ocurre en la ciudad y concretamente en conflictos de Derecho Familiar.

Como es del dominio público y sobre todo de quienes me honran leyendo esta columna, en el Senado de la República se elaboró un trabajo que se llama Código Nacional de Procedimientos Civiles y Procedimientos Familiares, que entrará en vigor en el año 2027; en su momento haremos un análisis de esta obra, de esta ley, porque salta a primera vista, no sólo en la Ciudad de México, dado que hay 11 códigos familiares en otros Estados, pero faltan cuando menos más de 20, que requerirían tener un Código Familiar, para que el de Procedimientos Familiares dijera qué, cómo y cuándo se van hacer los procedimientos; pero es una tarea aparte que comentaré en otra ocasión.

Volvamos a la Ciudad de México. Decía yo que nuestras juezas, jueces y nuestras magistradas y magistrados en Derecho Familiar han logrado hacer milagros, resolver en la mejor forma posible los conflictos, sin tener las leyes, de esencia, sustantivas, de Derecho Familiar y que de alguna manera las procesales, las adjetivas, van de la mano del Código de Procedimientos Civiles, que también han hecho con él tantas reformas que es difícil encontrarle pies o cabeza.

Pero quizá sea el momento más oportuno de que los candidatos o las candidatas, como por ejemplo la señora Brugada, nos hable alguna vez, o convoque a los interesados en estas materias, a los expertos, a los abogados, a los profesores, a los investigadores, a hacer planteamientos para crear un Código Familiar para la Ciudad de México; sin embargo vemos que todo se va en cuestiones de fraudes electorales, de carteles inmobiliarios, de personas en su mayoría que tienen intereses personales, más que institucionales, o como en el caso concreto preocuparse porque nuestra ciudad tenga ya un Código Familiar y un Código de Procedimientos Familiares propios, adaptados a la idiosincrasia de los mexicanos; a nuestros usos, costumbres, tradiciones, valores, honestidad; lo que significa para nosotros una mujer, una niña, un hombre, un joven, un adolescente, las personas de la tercera edad, y todo lo que implica lo más importante que tenemos los mexicanos que es la familia; si bien en el siglo XXI, en el año 2024, tenemos que hablar de que la evolución de la familia ha traído como consecuencia que haya tantas familias como actos jurídicos, verbigracia, matrimonio y adopción; hechos jurídicos como el concubinato; o hechos materiales como la inseminación artificial, origina una familia; pero todo ésto es fundamental para que haya un Código Familiar y otro de Procedimientos Familiares para la Ciudad de México. Es importante señalar en un código cuáles serán los fines y principios del Derecho Familiar, atendiendo a que todas son normas de orden público e interés social. A regular en forma adecuada el parentesco, su utilidad, para qué sirve, y todo lo que viene con ello, y por ejemplo todas las pruebas de la filiación, la gestación sustituta, la adopción, lo que se refiere a los mayores de 18 años, a la capacidad, en fin, porque de las materias de las que antes hemos hablado son muy importantes, incluidas las diversas posibilidades de la sucesión testamentaria, la legítima, las clases de testamento y todo lo que esto implica; por ello pensamos que quienes aspiran a gobernar la Ciudad de México, deben entre otras cosas, prometernos y cumplirnos, la posibilidad de de poner en vigor un Código Familiar y otro de Procedimientos Familiares.

Conclusiones

Primera: Hacer un reconocimiento público a todos los administradores de justicia familiar de la Ciudad de México, que sin leyes objetivas y sustantivas resuelven día a día decenas, cientos, miles de conflictos de Derecho Familiar

Segunda: Reiterar que es muy importante las cuestiones electorales, pero porque no de una vez hacer lo necesario para que esta Ciudad de México, con sus 9 millones de habitantes, tenga finalmente un Código Familiar y otro de Procedimientos Familiares.

Tercera: Que se le dé a la organización familiar, a las diferentes clases de familias que existen en la Ciudad de México, las leyes que merecemos quienes habitamos en esta ciudad.



*Profesor de Carrera, con 57 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.


El título de nuestro artículo de esta semana tiene varios propósitos. En primer lugar, subrayar el esfuerzo, el tesón, la voluntad, las ganas de servir a las familias de la Ciudad de México, de quienes tienen a su cargo la honrosa tarea de administrar justicia en Derecho Familiar. Rendirles un homenaje desde estas líneas a todos los jueces familiares y las juezas por supuesto, de los 52 juzgados que existen en la ciudad, de los cuales 10 son orales, y los 15 magistrados y magistradas especializados en Derecho Familiar, que integran cinco Salas, porque todos ellos que son una pléyade de intelectuales, de personas que tienen la vocación de servir y resolver de la mejor forma, los graves conflictos que se presentan en la Ciudad de México, que tiene el Tribunal del Fuero Común más grande del mundo; que su problemática familiar que involucra también las cuestiones procesales, de las que nos encargaremos en otro artículo, hoy debemos reiterar, frente a esta ebullición electoral, ante tantas promesas de candidatos y candidatas, de sus asesores jurídicos, de todo lo que ocurre en la ciudad y concretamente en conflictos de Derecho Familiar.

Como es del dominio público y sobre todo de quienes me honran leyendo esta columna, en el Senado de la República se elaboró un trabajo que se llama Código Nacional de Procedimientos Civiles y Procedimientos Familiares, que entrará en vigor en el año 2027; en su momento haremos un análisis de esta obra, de esta ley, porque salta a primera vista, no sólo en la Ciudad de México, dado que hay 11 códigos familiares en otros Estados, pero faltan cuando menos más de 20, que requerirían tener un Código Familiar, para que el de Procedimientos Familiares dijera qué, cómo y cuándo se van hacer los procedimientos; pero es una tarea aparte que comentaré en otra ocasión.

Volvamos a la Ciudad de México. Decía yo que nuestras juezas, jueces y nuestras magistradas y magistrados en Derecho Familiar han logrado hacer milagros, resolver en la mejor forma posible los conflictos, sin tener las leyes, de esencia, sustantivas, de Derecho Familiar y que de alguna manera las procesales, las adjetivas, van de la mano del Código de Procedimientos Civiles, que también han hecho con él tantas reformas que es difícil encontrarle pies o cabeza.

Pero quizá sea el momento más oportuno de que los candidatos o las candidatas, como por ejemplo la señora Brugada, nos hable alguna vez, o convoque a los interesados en estas materias, a los expertos, a los abogados, a los profesores, a los investigadores, a hacer planteamientos para crear un Código Familiar para la Ciudad de México; sin embargo vemos que todo se va en cuestiones de fraudes electorales, de carteles inmobiliarios, de personas en su mayoría que tienen intereses personales, más que institucionales, o como en el caso concreto preocuparse porque nuestra ciudad tenga ya un Código Familiar y un Código de Procedimientos Familiares propios, adaptados a la idiosincrasia de los mexicanos; a nuestros usos, costumbres, tradiciones, valores, honestidad; lo que significa para nosotros una mujer, una niña, un hombre, un joven, un adolescente, las personas de la tercera edad, y todo lo que implica lo más importante que tenemos los mexicanos que es la familia; si bien en el siglo XXI, en el año 2024, tenemos que hablar de que la evolución de la familia ha traído como consecuencia que haya tantas familias como actos jurídicos, verbigracia, matrimonio y adopción; hechos jurídicos como el concubinato; o hechos materiales como la inseminación artificial, origina una familia; pero todo ésto es fundamental para que haya un Código Familiar y otro de Procedimientos Familiares para la Ciudad de México. Es importante señalar en un código cuáles serán los fines y principios del Derecho Familiar, atendiendo a que todas son normas de orden público e interés social. A regular en forma adecuada el parentesco, su utilidad, para qué sirve, y todo lo que viene con ello, y por ejemplo todas las pruebas de la filiación, la gestación sustituta, la adopción, lo que se refiere a los mayores de 18 años, a la capacidad, en fin, porque de las materias de las que antes hemos hablado son muy importantes, incluidas las diversas posibilidades de la sucesión testamentaria, la legítima, las clases de testamento y todo lo que esto implica; por ello pensamos que quienes aspiran a gobernar la Ciudad de México, deben entre otras cosas, prometernos y cumplirnos, la posibilidad de de poner en vigor un Código Familiar y otro de Procedimientos Familiares.

Conclusiones

Primera: Hacer un reconocimiento público a todos los administradores de justicia familiar de la Ciudad de México, que sin leyes objetivas y sustantivas resuelven día a día decenas, cientos, miles de conflictos de Derecho Familiar

Segunda: Reiterar que es muy importante las cuestiones electorales, pero porque no de una vez hacer lo necesario para que esta Ciudad de México, con sus 9 millones de habitantes, tenga finalmente un Código Familiar y otro de Procedimientos Familiares.

Tercera: Que se le dé a la organización familiar, a las diferentes clases de familias que existen en la Ciudad de México, las leyes que merecemos quienes habitamos en esta ciudad.



*Profesor de Carrera, con 57 años de Cátedra ininterrumpida en Derecho Civil y Derecho Familiar, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.