/ jueves 1 de febrero de 2024

La ciudad de las plazas

Pensé que nunca llegaría febrero. Pero aquí estamos, ya entrados en el 2024, y lo primero que me ha llamado la atención es la cantidad de plazas vacías y agencias nuevas de coches que hay en la ciudad. He llegado a ver ofertas de renta donde ponen que dan preferencia a agencias de coches o franquicias”. Entiendo la ley de oferta y demanda. Lo que no entiendo es cómo el dejarlo a ciegas en la mano invisible mejoría la vida de los habitantes de la ciudad. La calle de Rio Mayo, que podría ser el corazón de la ciudad, está llena de plazas vacías, concesionarias de coches, lotes de seminuevos y, en los carriles de en medio, coches atorados en el tráfico ya normalizado de la zona.

En los últimos años se le han hecho varios arreglos a la circulación de esa calle para contrarrestar el nuevo tráfico vehicular en la zona: se agregó un par de glorietas, se hizo un carril central para dar vuelta a las nuevas plazas y se construyó el boulevard Juan Pablo II. A pesar de esa inversión el tiempo que pasa uno atorado en ese tráfico solo aumenta. También han llegado muchos negocios grandes como cadenas de supermercado y restaurantes. Esos generalmente pagan sus propios locales. La otra alternativa, para negocios más chicos y generalmente locales, es rentar en alguna de las decenas de plazas que se han construido. El problema es que las plazas están vacías. Las rentas son muy altas y el flujo de clientes es muy bajo.

Tenemos que pensar en hacer de Cuernavaca una ciudad sostenible. No solo desde el punto de vista ambiental, sino también desde la experiencia de quienes la habitamos en lo económico y social. Eso implica pensar nuestra ciudad con la cabeza abierta a soluciones diferentes a los problemas de siempre. Si algo nos han enseñado ejemplos como esas remodelaciones a Rio Mayo es que ampliar calles y construir más plazas no hacen mejor la experiencia. ¿Dónde están nuestras ciclopistas, parques, transportes colectivos de calidad, , basureros y paradas de camión?

El Ayuntamiento trató de implementar una ciclopista en avenida Palmira y fue un rotundo fracaso, precisamente porque no se consensó con el comercio local de la zona. Pero esa fue una falla en el diseño y la implementación de la política pública, eso no quiere decir que estuviera equivocada. Pero si demuestra otro ángulo del problema: no estamos planificando nuestra ciudad.

Ya existe un Instituto Municipal de Planeación, del cual hable en semanas pasadas, y me parece fenomenal. Ahora, habríamos de darle peso a ese Programa de Desarrollo Urbano Sustentable y consensuarlo de manera más activa en la calle y en las reformas a reglamentos afines, por ejemplo, límites a los giros de comercios en ciertas zonas. Diseñemos esa ciudad para que no todo sean plazas y lotes de coches que solo las compañías trasnacionales pueden pagar. Diseñemos una ciudad con parques en donde valga la pena poner lotes comerciales y a los que se pueda llegar caminando.

Pensé que nunca llegaría febrero. Pero aquí estamos, ya entrados en el 2024, y lo primero que me ha llamado la atención es la cantidad de plazas vacías y agencias nuevas de coches que hay en la ciudad. He llegado a ver ofertas de renta donde ponen que dan preferencia a agencias de coches o franquicias”. Entiendo la ley de oferta y demanda. Lo que no entiendo es cómo el dejarlo a ciegas en la mano invisible mejoría la vida de los habitantes de la ciudad. La calle de Rio Mayo, que podría ser el corazón de la ciudad, está llena de plazas vacías, concesionarias de coches, lotes de seminuevos y, en los carriles de en medio, coches atorados en el tráfico ya normalizado de la zona.

En los últimos años se le han hecho varios arreglos a la circulación de esa calle para contrarrestar el nuevo tráfico vehicular en la zona: se agregó un par de glorietas, se hizo un carril central para dar vuelta a las nuevas plazas y se construyó el boulevard Juan Pablo II. A pesar de esa inversión el tiempo que pasa uno atorado en ese tráfico solo aumenta. También han llegado muchos negocios grandes como cadenas de supermercado y restaurantes. Esos generalmente pagan sus propios locales. La otra alternativa, para negocios más chicos y generalmente locales, es rentar en alguna de las decenas de plazas que se han construido. El problema es que las plazas están vacías. Las rentas son muy altas y el flujo de clientes es muy bajo.

Tenemos que pensar en hacer de Cuernavaca una ciudad sostenible. No solo desde el punto de vista ambiental, sino también desde la experiencia de quienes la habitamos en lo económico y social. Eso implica pensar nuestra ciudad con la cabeza abierta a soluciones diferentes a los problemas de siempre. Si algo nos han enseñado ejemplos como esas remodelaciones a Rio Mayo es que ampliar calles y construir más plazas no hacen mejor la experiencia. ¿Dónde están nuestras ciclopistas, parques, transportes colectivos de calidad, , basureros y paradas de camión?

El Ayuntamiento trató de implementar una ciclopista en avenida Palmira y fue un rotundo fracaso, precisamente porque no se consensó con el comercio local de la zona. Pero esa fue una falla en el diseño y la implementación de la política pública, eso no quiere decir que estuviera equivocada. Pero si demuestra otro ángulo del problema: no estamos planificando nuestra ciudad.

Ya existe un Instituto Municipal de Planeación, del cual hable en semanas pasadas, y me parece fenomenal. Ahora, habríamos de darle peso a ese Programa de Desarrollo Urbano Sustentable y consensuarlo de manera más activa en la calle y en las reformas a reglamentos afines, por ejemplo, límites a los giros de comercios en ciertas zonas. Diseñemos esa ciudad para que no todo sean plazas y lotes de coches que solo las compañías trasnacionales pueden pagar. Diseñemos una ciudad con parques en donde valga la pena poner lotes comerciales y a los que se pueda llegar caminando.

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