/ lunes 1 de mayo de 2023

Hablemos de economía circular

Estefania Pérez Díaz

Para hablar de economía circular se debe hacer una retrospección al término Antropoceno, el cual surge cuando se empiezan a notar los cambios en la biodiversidad y en el ambiente como consecuencia de las actividades humanas; cultivo de tierras, la caza y domesticación de especies, el aumento de población y de asentamientos, así como el desarrollo de la industria. Como resultado, se tiene mayor contaminación, reducción de los ecosistemas, y el muy mencionado cambio climático.

Hasta este punto, se habla de un modelo de producción lineal, es decir, se extraen los recursos naturales para convertirlos en materia prima, y así producir un producto, posteriormente, se genera una cadena de suministro para su distribución al consumidor para hacer uso del mismo. Por último, la disposición final en este modelo refiere a convertirlo en desecho. Que el modelo esté establecido así, no quiere decir que la vida útil del producto deba concluir ahí. Justo en este punto es donde entra el modelo de economía circular. ¿Por qué es importante cambiar el modelo?

En 2022, se reportaron 739,626 hectáreas quemadas. Donde el 32% fueron causados por actividades ilícitas y 27% por actividades agrícolas, estos fueron principalmente en los estados de México, CDMX y Michoacán. De acuerdo con cifras del Senado de la República (2019), en México, se generan alrededor de 103 mil toneladas de residuos, lo que representa 1.2 kg de basura por persona al día.

Sólo el 6% del plástico desechado después de su uso es reciclado de un total de más de 44 mil toneladas al año. Según cifras de GIZ, se estima que al año se vierten unas 100 mil toneladas de plástico al mar en las costas mexicanas, que representan entre el 60 y 80 por ciento de los residuos plásticos que se generan.

De acuerdo a datos de la FAO, en México 3.7% de población se encuentra en situación de inseguridad alimentaria severa, es decir, su acceso a alimentos es extremadamente limitado. Así mismo, 43.9% de la población total mexicana se encontraba en pobreza en 2020 (CONEVAL, 2021). Una de cuatro personas en zonas metropolitanas, no cuentan con acceso a servicios de salud.

La economía circular propone que, durante el proceso de uso o consumo, se pueda evaluar si puede reutilizarse, refabricar, redistribuir o reparar. En caso de que no sea así, se pueda reciclar. Para que pueda llegar a este punto, el modelo de economía circular dice que los residuos que se piensen utilizar como nuevos recursos, eviten la contaminación entre sus dos ciclos: técnico y biológico.

El ciclo técnico menciona que los recursos provienen de los residuos desechados que se pueden recuperar de alguna manera. Para su producción, desde que son considerados recursos, su proceso debe estar pensado en que al final del uso, estos puedan reutilizarse, repararse o reciclarse.

Mientras que en el ciclo biológico los residuos que se consideran son aquellos que provienen de la naturaleza y pueden regresar a ella, a su vez, que estén hechos para desintegrarse y que estos puedan convertirse en composta o nutrientes para el suelo. Es por ello que el objetivo de este modelo es un cambio de paradigma en los conceptos relacionados al desarrollo: en vez de seguir en expansión, se busca la conservación de los recursos naturales, y esto puede alcanzarse cuando se hable calidad en vez de cantidad.

Pero, ¿podemos contribuir o ser parte del modelo de economía circular? La respuesta es sí. Las actividades que están en nuestro alcance comienzan desde la reducción de nuestro consumo; comprar lo necesario, optar por compras locales, a granel, reparar antes de reponer, elegir lo duradero sobre lo desechable, así como buscar productos que sean ahorradores de energía. En resumen, significa que debemos ser consumidores responsables y elegir una vez que se haya investigado correctamente.

Otra de las acciones que se pueden implementar es la eficiente separación de residuos, que en ocasiones nos confundimos al momento de tirar la basura. Esta clasificación puede ser; orgánico, inorgánico papel, plástico, metal, vidrio, madera y tela.

Como toda transición o cambio de hábitos, tiene sus ventajas, retos, beneficios y expectativas. El principal objetivo y beneficio de su implementación es reducir el uso de nuevos recursos naturales y mantener en ciclo los ya existentes. Al estar en constante movimiento, se disminuyen los residuos. Al incorporar la economía circular en los procesos productivos, el panorama ahora es producir más con menos e implementar tecnologías que tengan menor impacto en el medio ambiente, lo que se traduce en reducción de emisiones.

Cabe mencionar que las ciudades son una de los mayores productores de residuos urbanos, precisamente por la concentración de personas y el consumismo que se tiene, es en este punto donde se empiezan a considerar que las ciudades también pueden y deben ser parte de la economía circular. Para que puedan transitar y ser reconocidas como ciudades sostenibles, estas deberán fomentar la calidad de vida de sus habitantes, la igualdad de oportunidades, el respeto de sus derechos, el acceso a los servicios básicos y todo esto, a la vez que se desarrollan infraestructuras verdes, tecnologías sustentables y políticas públicas que le den visibilidad a la gente de los compromisos y nuevos valores que se tienen que adoptar.

Finalmente, desde el punto de vista global y los actuales compromisos, los Objetivos de Desarrollo Sostenible son herramientas que facilitan y ayudan con el cumplimiento de todo lo anterior, esto a través del cumplimiento de los objetivos tales como agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, producción y consumo responsables y vida de los ecosistemas terrestres, con las metas e indicadores correspondientes. Podemos aportar más de lo que pensamos.

ESTEFANIA PÉREZ DÍAZ es Licenciada en Negocios Internacionales, Profesora de Sustentabilidad y Competitividad Urbana y estudiante de Maestría en Administración de Empresas para la Sustentabilidad por el Instituto Politécnico Nacional. Especialista en importaciones marítimas. Miembro del PJ del COMEXI. Síganla en @_FannyPD

Estefania Pérez Díaz

Para hablar de economía circular se debe hacer una retrospección al término Antropoceno, el cual surge cuando se empiezan a notar los cambios en la biodiversidad y en el ambiente como consecuencia de las actividades humanas; cultivo de tierras, la caza y domesticación de especies, el aumento de población y de asentamientos, así como el desarrollo de la industria. Como resultado, se tiene mayor contaminación, reducción de los ecosistemas, y el muy mencionado cambio climático.

Hasta este punto, se habla de un modelo de producción lineal, es decir, se extraen los recursos naturales para convertirlos en materia prima, y así producir un producto, posteriormente, se genera una cadena de suministro para su distribución al consumidor para hacer uso del mismo. Por último, la disposición final en este modelo refiere a convertirlo en desecho. Que el modelo esté establecido así, no quiere decir que la vida útil del producto deba concluir ahí. Justo en este punto es donde entra el modelo de economía circular. ¿Por qué es importante cambiar el modelo?

En 2022, se reportaron 739,626 hectáreas quemadas. Donde el 32% fueron causados por actividades ilícitas y 27% por actividades agrícolas, estos fueron principalmente en los estados de México, CDMX y Michoacán. De acuerdo con cifras del Senado de la República (2019), en México, se generan alrededor de 103 mil toneladas de residuos, lo que representa 1.2 kg de basura por persona al día.

Sólo el 6% del plástico desechado después de su uso es reciclado de un total de más de 44 mil toneladas al año. Según cifras de GIZ, se estima que al año se vierten unas 100 mil toneladas de plástico al mar en las costas mexicanas, que representan entre el 60 y 80 por ciento de los residuos plásticos que se generan.

De acuerdo a datos de la FAO, en México 3.7% de población se encuentra en situación de inseguridad alimentaria severa, es decir, su acceso a alimentos es extremadamente limitado. Así mismo, 43.9% de la población total mexicana se encontraba en pobreza en 2020 (CONEVAL, 2021). Una de cuatro personas en zonas metropolitanas, no cuentan con acceso a servicios de salud.

La economía circular propone que, durante el proceso de uso o consumo, se pueda evaluar si puede reutilizarse, refabricar, redistribuir o reparar. En caso de que no sea así, se pueda reciclar. Para que pueda llegar a este punto, el modelo de economía circular dice que los residuos que se piensen utilizar como nuevos recursos, eviten la contaminación entre sus dos ciclos: técnico y biológico.

El ciclo técnico menciona que los recursos provienen de los residuos desechados que se pueden recuperar de alguna manera. Para su producción, desde que son considerados recursos, su proceso debe estar pensado en que al final del uso, estos puedan reutilizarse, repararse o reciclarse.

Mientras que en el ciclo biológico los residuos que se consideran son aquellos que provienen de la naturaleza y pueden regresar a ella, a su vez, que estén hechos para desintegrarse y que estos puedan convertirse en composta o nutrientes para el suelo. Es por ello que el objetivo de este modelo es un cambio de paradigma en los conceptos relacionados al desarrollo: en vez de seguir en expansión, se busca la conservación de los recursos naturales, y esto puede alcanzarse cuando se hable calidad en vez de cantidad.

Pero, ¿podemos contribuir o ser parte del modelo de economía circular? La respuesta es sí. Las actividades que están en nuestro alcance comienzan desde la reducción de nuestro consumo; comprar lo necesario, optar por compras locales, a granel, reparar antes de reponer, elegir lo duradero sobre lo desechable, así como buscar productos que sean ahorradores de energía. En resumen, significa que debemos ser consumidores responsables y elegir una vez que se haya investigado correctamente.

Otra de las acciones que se pueden implementar es la eficiente separación de residuos, que en ocasiones nos confundimos al momento de tirar la basura. Esta clasificación puede ser; orgánico, inorgánico papel, plástico, metal, vidrio, madera y tela.

Como toda transición o cambio de hábitos, tiene sus ventajas, retos, beneficios y expectativas. El principal objetivo y beneficio de su implementación es reducir el uso de nuevos recursos naturales y mantener en ciclo los ya existentes. Al estar en constante movimiento, se disminuyen los residuos. Al incorporar la economía circular en los procesos productivos, el panorama ahora es producir más con menos e implementar tecnologías que tengan menor impacto en el medio ambiente, lo que se traduce en reducción de emisiones.

Cabe mencionar que las ciudades son una de los mayores productores de residuos urbanos, precisamente por la concentración de personas y el consumismo que se tiene, es en este punto donde se empiezan a considerar que las ciudades también pueden y deben ser parte de la economía circular. Para que puedan transitar y ser reconocidas como ciudades sostenibles, estas deberán fomentar la calidad de vida de sus habitantes, la igualdad de oportunidades, el respeto de sus derechos, el acceso a los servicios básicos y todo esto, a la vez que se desarrollan infraestructuras verdes, tecnologías sustentables y políticas públicas que le den visibilidad a la gente de los compromisos y nuevos valores que se tienen que adoptar.

Finalmente, desde el punto de vista global y los actuales compromisos, los Objetivos de Desarrollo Sostenible son herramientas que facilitan y ayudan con el cumplimiento de todo lo anterior, esto a través del cumplimiento de los objetivos tales como agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, producción y consumo responsables y vida de los ecosistemas terrestres, con las metas e indicadores correspondientes. Podemos aportar más de lo que pensamos.

ESTEFANIA PÉREZ DÍAZ es Licenciada en Negocios Internacionales, Profesora de Sustentabilidad y Competitividad Urbana y estudiante de Maestría en Administración de Empresas para la Sustentabilidad por el Instituto Politécnico Nacional. Especialista en importaciones marítimas. Miembro del PJ del COMEXI. Síganla en @_FannyPD