/ miércoles 1 de mayo de 2024

No es un juego

“No pasa nada, solo jugábamos”. “Me molesta, pero es porque le caigo bien”. “Si le digo a la maestra van a decir que no me sé aguantar, y ni caso me va a hacer”. “Mejor me callo y ya no me junto con ellos”.

Ningún argumento es válido ante situaciones de acoso escolar. Normalizar las diferentes formas de violencia o pensar en su extinción por sí mismas y con el tiempo es de los mayores errores.

Estas actitudes se deben visibilizar, reportar y erradicar. Por ello este 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying, con el objetivo de concientizar sobre los riegos para Niñas, Niños y Adolescentes.

De acuerdo con UNICEF, en el mundo uno de cada tres estudiantes enfrenta violencia que pone en riesgo la continuidad de sus estudios y con ello mejores oportunidades de vida. En la misma proporción participan en peleas físicas.

Mantener a las infancias en el centro de la discusión, protegerlas y empoderarlas es un deber social para garantizar su bienestar.

De una muestra de mil 200 atenciones por bullying, proporcionadas desde la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, el 46 por ciento ha sido para estudiantes de secundaria, 27 por ciento de primaria. Son los ciclos escolares cuando están más vulnerables.

El 31 por ciento reporta violencia física, 25 por ciento verbal, 14 por ciento sexual, 13.5 por ciento psicológica, 11 por ciento cibernética y el resto por exclusión social.

En el bullying, las violencias van en aumento. Generalmente comienzan como bromas hirientes, la llamada ley del hielo, apodos o acoso cibernético, y llegan a escalar hasta agresiones físicas. Detectar estas señales tempranas es vital, tanto como reportarlas y atenderlas.

Como responsables de la crianza es necesario reconocer las alteraciones en la conducta, el sueño, la alimentación o bajo rendimiento escolar, así como fomentar el diálogo con las y los niños.

El acoso escolar no es un juego, ni desaparece al ignorarlo. Atendámoslo a la primera señal.

Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres

“No pasa nada, solo jugábamos”. “Me molesta, pero es porque le caigo bien”. “Si le digo a la maestra van a decir que no me sé aguantar, y ni caso me va a hacer”. “Mejor me callo y ya no me junto con ellos”.

Ningún argumento es válido ante situaciones de acoso escolar. Normalizar las diferentes formas de violencia o pensar en su extinción por sí mismas y con el tiempo es de los mayores errores.

Estas actitudes se deben visibilizar, reportar y erradicar. Por ello este 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying, con el objetivo de concientizar sobre los riegos para Niñas, Niños y Adolescentes.

De acuerdo con UNICEF, en el mundo uno de cada tres estudiantes enfrenta violencia que pone en riesgo la continuidad de sus estudios y con ello mejores oportunidades de vida. En la misma proporción participan en peleas físicas.

Mantener a las infancias en el centro de la discusión, protegerlas y empoderarlas es un deber social para garantizar su bienestar.

De una muestra de mil 200 atenciones por bullying, proporcionadas desde la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, el 46 por ciento ha sido para estudiantes de secundaria, 27 por ciento de primaria. Son los ciclos escolares cuando están más vulnerables.

El 31 por ciento reporta violencia física, 25 por ciento verbal, 14 por ciento sexual, 13.5 por ciento psicológica, 11 por ciento cibernética y el resto por exclusión social.

En el bullying, las violencias van en aumento. Generalmente comienzan como bromas hirientes, la llamada ley del hielo, apodos o acoso cibernético, y llegan a escalar hasta agresiones físicas. Detectar estas señales tempranas es vital, tanto como reportarlas y atenderlas.

Como responsables de la crianza es necesario reconocer las alteraciones en la conducta, el sueño, la alimentación o bajo rendimiento escolar, así como fomentar el diálogo con las y los niños.

El acoso escolar no es un juego, ni desaparece al ignorarlo. Atendámoslo a la primera señal.

Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres