/ martes 13 de diciembre de 2022

Política Mundial | El multilateralismo sigue vigente

La efervescencia deportiva sigue en lo más alto de las conversaciones en todos los rincones del planeta. Y no se trata, para efectos de estas líneas, sobre quiénes son los favoritos deportivamente hablando, sino quisiera resaltar la interconexión existente entre los actores involucrados en el tema del mundial de futbol celebrado en Qatar.

Para empezar, quiero resaltar que el multilateralismo pudiera ser entendido como la cooperación de dos o varias naciones en temas en común que pretenden el desarrollo político, económico y social de los Estados involucrados. De esta forma, así como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) forman parte de esta concepción, la FIFA también lo es, pues en este evento han participado 32 naciones que tienen jugadores de futbol que juegan por todos los rincones del mundo, tanto en América, como en Asia, África, Europa y Oceanía.

De esta forma es que el multilateralismo se sigue haciendo presente pues, con el pretexto del futbol, diplomáticos, gobernantes, empresarios y sociedad en general se reúnen alrededor de esta justa deportiva para planear negocios entre Estados y/o particulares, siempre con el afán de estrechar lazos sociales y económicos entre las naciones.

De hecho, no es que las economías necesiten del futbol para realizar estas actividades, pero sí que esta actividad fortalece y facilita el camino para ello. Como ejemplo podemos mencionar que ahora el mundo ubica geográficamente a naciones como Qatar o Australia, países alejados tradicionalmente del diálogo diario de los negocios y el comercio en muchas partes del planeta. Es más, lo mismo podría decirse de naciones como Ecuador o Costa Rica en nuestro continente que no figuran en ámbitos en otras regiones del mundo.

Incluso, es realmente importante la relación emanada de este deporte que naciones que históricamente tienen conflictos entre ellos, pueden convivir sanamente en un campo de futbol, como el reciente partido vivido en este mundial entre la República Islámica de Irán y los Estados Unidos de América que, en otras esferas fuera de lo deportivo, podrían haber sido casi imposibles.

Otro ejemplo de ello tiene que ver con los países que se eliminan para asistir al mundial pues algunos han decidido no participar en las conferencias (regiones), donde originalmente lo hacían, por diferentes motivos. Los casos más claros de ello, aunque no sean potencias deportivas en el futbol, tienen que ver con Australia eliminándose con Arabia Saudita en la confederación asiática y no con los de Oceanía o el caso de Israel que juega eliminatorias con países europeos y no con asiáticos, como su geografía sugiere.

Y aunque existen más casos como los antes mencionados, se debe rescatar que el multilateralismo es el principal promotor de ellos pues, es a través de esta ideología comercial, política y económica que los beneficios de ello pueden verse reflejados en las economías globales, pues este tipo de decisiones provocan que naciones como Cuba, Venezuela o Nicaragua puedan jugar un partido de futbol en Nueva York con permisos de trabajo válidos para sus representantes.

Es en este orden de ideas que el futbol, a través del multilateralismo, coadyuva al desarrollo social y a la armonía entre naciones que pudieran no estar interesadas del todo para promover acciones de paz entre ellos y que permitan, si no olvidar, al menos paliar un poco los problemas históricos de los gobiernos y sus sociedades. Otro ejemplo de ello pueden ser los partidos de futbol celebrados entre Marruecos y España y Portugal quienes en algún momento mantienen diferencias graves debido a los problemas migratorios. Es más, hace 20 años se jugó un partido de futbol entre Senegal y Francia, países con problemas políticos al haber sido uno colonia del otro.

Sea pues el multilateralismo un conducto de paz y armonía entre naciones que toman como pretexto el juego para obtener mejores y mayores beneficios en cualquiera de los ámbitos de la vida de sus sociedades, donde las fronteras, las culturas y los gobernantes pasen a segundo término y, de esta manera, se puedan hermanar las decisiones en beneficio de los ciudadanos del mundo.

Veremos qué nos deparan los partidos de las semifinales del mundial, donde actuarán jugadores argentinos que viven en todos lados menos en Argentina contra croatas que viven en cualquier lado de Europa menos en Croacia y que hablan cualquier idioma menos el propio. Veremos qué nos depara el partido entre Marruecos y Francia, naciones llenas de inmigrantes que representan, como el multilateralismo sugiere, la mezcla de culturas en donde habrá jugadores representando naciones en donde no nacieron, pero que sí lo hicieron sus antepasados.

FERNANDO ABREGO CAMARILLO es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor de telesecundaria en los SEIEM además de investigador y catedrático de tiempo completo en la academia de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás en el IPN. Sígalo en @fabrecam

La efervescencia deportiva sigue en lo más alto de las conversaciones en todos los rincones del planeta. Y no se trata, para efectos de estas líneas, sobre quiénes son los favoritos deportivamente hablando, sino quisiera resaltar la interconexión existente entre los actores involucrados en el tema del mundial de futbol celebrado en Qatar.

Para empezar, quiero resaltar que el multilateralismo pudiera ser entendido como la cooperación de dos o varias naciones en temas en común que pretenden el desarrollo político, económico y social de los Estados involucrados. De esta forma, así como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) forman parte de esta concepción, la FIFA también lo es, pues en este evento han participado 32 naciones que tienen jugadores de futbol que juegan por todos los rincones del mundo, tanto en América, como en Asia, África, Europa y Oceanía.

De esta forma es que el multilateralismo se sigue haciendo presente pues, con el pretexto del futbol, diplomáticos, gobernantes, empresarios y sociedad en general se reúnen alrededor de esta justa deportiva para planear negocios entre Estados y/o particulares, siempre con el afán de estrechar lazos sociales y económicos entre las naciones.

De hecho, no es que las economías necesiten del futbol para realizar estas actividades, pero sí que esta actividad fortalece y facilita el camino para ello. Como ejemplo podemos mencionar que ahora el mundo ubica geográficamente a naciones como Qatar o Australia, países alejados tradicionalmente del diálogo diario de los negocios y el comercio en muchas partes del planeta. Es más, lo mismo podría decirse de naciones como Ecuador o Costa Rica en nuestro continente que no figuran en ámbitos en otras regiones del mundo.

Incluso, es realmente importante la relación emanada de este deporte que naciones que históricamente tienen conflictos entre ellos, pueden convivir sanamente en un campo de futbol, como el reciente partido vivido en este mundial entre la República Islámica de Irán y los Estados Unidos de América que, en otras esferas fuera de lo deportivo, podrían haber sido casi imposibles.

Otro ejemplo de ello tiene que ver con los países que se eliminan para asistir al mundial pues algunos han decidido no participar en las conferencias (regiones), donde originalmente lo hacían, por diferentes motivos. Los casos más claros de ello, aunque no sean potencias deportivas en el futbol, tienen que ver con Australia eliminándose con Arabia Saudita en la confederación asiática y no con los de Oceanía o el caso de Israel que juega eliminatorias con países europeos y no con asiáticos, como su geografía sugiere.

Y aunque existen más casos como los antes mencionados, se debe rescatar que el multilateralismo es el principal promotor de ellos pues, es a través de esta ideología comercial, política y económica que los beneficios de ello pueden verse reflejados en las economías globales, pues este tipo de decisiones provocan que naciones como Cuba, Venezuela o Nicaragua puedan jugar un partido de futbol en Nueva York con permisos de trabajo válidos para sus representantes.

Es en este orden de ideas que el futbol, a través del multilateralismo, coadyuva al desarrollo social y a la armonía entre naciones que pudieran no estar interesadas del todo para promover acciones de paz entre ellos y que permitan, si no olvidar, al menos paliar un poco los problemas históricos de los gobiernos y sus sociedades. Otro ejemplo de ello pueden ser los partidos de futbol celebrados entre Marruecos y España y Portugal quienes en algún momento mantienen diferencias graves debido a los problemas migratorios. Es más, hace 20 años se jugó un partido de futbol entre Senegal y Francia, países con problemas políticos al haber sido uno colonia del otro.

Sea pues el multilateralismo un conducto de paz y armonía entre naciones que toman como pretexto el juego para obtener mejores y mayores beneficios en cualquiera de los ámbitos de la vida de sus sociedades, donde las fronteras, las culturas y los gobernantes pasen a segundo término y, de esta manera, se puedan hermanar las decisiones en beneficio de los ciudadanos del mundo.

Veremos qué nos deparan los partidos de las semifinales del mundial, donde actuarán jugadores argentinos que viven en todos lados menos en Argentina contra croatas que viven en cualquier lado de Europa menos en Croacia y que hablan cualquier idioma menos el propio. Veremos qué nos depara el partido entre Marruecos y Francia, naciones llenas de inmigrantes que representan, como el multilateralismo sugiere, la mezcla de culturas en donde habrá jugadores representando naciones en donde no nacieron, pero que sí lo hicieron sus antepasados.

FERNANDO ABREGO CAMARILLO es Doctor en Ciencias Administrativas por el IPN. Profesor de telesecundaria en los SEIEM además de investigador y catedrático de tiempo completo en la academia de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás en el IPN. Sígalo en @fabrecam