Francisco Alves Mendes Filho, mejor conocido como Chico Mendes (CHM) nació el Brasil el 15 de diciembre de 1944: Se dedicaba a la recolección de goma de caucho, y siempre tuvo una actitud progresista. Es por esta razón que siempre fue sindicalista y activista ambiental, particularmente en lo referente a la lucha contra la extracción de madera y la expansión de los pastizales sobre la selva del Amazonas. Con el objetivo de utilizar sustentablemente el caucho (que es el látex que segrega un árbol pariente de la nochebuena), fundó un sindicato de recolectores de dicha materia prima para preservar no sólo la selva tropical húmeda, sino sus propias fuentes de trabajo. Fue miembro fundador de Consejo Nacional de los Recolectores de Caucho, originando la creación de Reservas Extractivas para los recolectores de diferentes materias primas provenientes de la selva.
Su aportación a la conservación de los recursos naturales de la Amazonia le valió el reconocimiento internacional; por ejemplo, en 1987 obtuvo el premio "Global 500" por la ONU, y la "Medalla por el Medio Ambiente" de la organización "Better World Society". El ímpetu y convicción de CHM causó la molestia de caciques del área que se sentían amenazados por su lucha. Especialmente por latifundistas ganaderos que pretendían desmontar la selva para sembrar pastizales para el ganado. Es por ello, que este gran ícono del ambientalismo fue asesinado frente a su casa el 22 de diciembre de 1988. Esta aberrante tragedia propició la conformación del “Comité Chico Mendes", el cual estaba conformado por numerosas agrupaciones sindicales, religiosas, políticas, de derechos humanos y ambientalistas, cuyo objetivo primordial era exigir el esclarecimiento del atroz crimen y la protección de la Amazonía. Finalmente, en 1990 se declaran culpables a Darly y Darcy Alves da Silva, quienes fueron condenados a 19 años de prisión. La lucha de CHM logró la victoria para bloquear temporalmente fondos del Banco Mundial para impulsar la expansión de frontera agrícola; como consecuencia, en 1985 el gobierno de Brasil delimitó un territorio especial para los indígenas; no obstante, la construcción de una extensa carretea que recorría y destruía parte del Amazonas siguió adelante.
Es indudable que CHM despertó por primera vez la atención internacional sobre los problemas que enfrentaban los recolectores del caucho, y la grave deforestación que se estaba desarrollando en Brasil. Recuerdo que cuando su servidor estaba realizando sus estudios de doctorado en California tuvo la oportunidad de ver en la televisión pública (Public Broadcasting Service: PBS) -el equivalente del canal 11 del IPN de México- un excelente documental ("La década de la destrucción": Adrian Cowell), que relataba la historia de CHM. Pocos años después también vi la película “The Burning Season” (en la versión latina se llamó “Temporada de Incendios”) que cuenta la vida y obra de dicho personaje protagonizado por el también fallecido (1994) Raúl Julia. Por cierto, recomiendo ampliamente dicha película ya que presenta de una manera verídica y bien realizada los hechos ocurridos. En ambos documentos fílmicos se muestran imágenes impresionantes de los incendios y las dramáticas consecuencias de construcción de una carretera.
Lo paradójico del asunto es que CHM fue más conocido en Latinoamérica (especialmente en México) de manera amplia, por una canción (“Cuando los ángeles lloran”) que el grupo Maná dedicó a este ilustre brasileño. Lo que tiene la música en la Educación Ambiental es muy relevante. El ejemplo de héroes internacionales como CHM representa un fuerte llamado de atención para dedicar esfuerzos reales en favor de la conservación del entorno ambiental. La proliferación de sólo ecologistas “de membrete” lo único que origina es un lamentable retraso para abordar de manera eficaz los poderosos agentes de destrucción, particularmente de la biodiversidad. Para nosotros, personajes como CHM representaron grandes ejemplos de inspiración para crear un programa sólido de conservación del Trópico Seco de Morelos, de la Sierra de Huautla y toda la entidad en general. Esto quiere decir que debemos dejar a un lado las comunes, descabelladas y anacrónicas confrontaciones, p. ej. del presidente de Brasil: Jair Bolsonaro.
Tenemos muy poco tiempo para seguir desperdiciando la pólvora en infiernitos. Para finalizar sólo me resta mencionar que ojalá que con los nuevos avances en genómica podamos eventualmente clonar la convicción de Chico Mendes en muchos mexicanos dedicados a la conservación; de esta forma tendremos un mundo… mucho mejor.
