/ viernes 8 de abril de 2022

No hay impacto ¿De qué?

Resulta muy difícil de pensar que en un proyecto de tal magnitud como el Tren Maya (TM) no haya ningún impacto factible, medible, y/o refutable. Lo más lógico es que debe haber muchos puntos a considerar en un magno proyecto como el TM.

Supuestamente, debe haber un documento extenso que se debió haber entregado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), donde se detallen todas fases que implicaría este proyecto. El documento, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), debió y tuvo que pasar a una revisión y análisis exhaustivos para eventualmente emitir un dictamen colegiado. Partimos del hecho de que -básicamente- cualquier proyecto de desarrollo causa afectaciones al ambiente, pero lo que se trata es de que exista un balance coherente. Sólo por poner un ejemplo concreto de lo anterior, la energía solar no tiene motores de combustión y, por lo tanto, se contamina muchísimo menos al ambiente.

Este resolutivo debe incluir varios importantes apartados, sobresaliendo las medidas de mitigación, o sea, las diferentes formas de cómo se van a sufragar las posibles afectaciones que dicho proyecto causará en dicha zona. Por otro lado, también se deben y pueden enfatizar cuáles son los posibles efectos positivos que el proyecto podría traer a la región. Pero hasta donde sabemos, sólo se habla de este último aspecto en las conferencias matutinas de una manera casual. De lo que hemos sido informados los mexicanos es que -además- ha habido ciertos cambios de ruta, algunos de ellos son consecuencia de las protestas de algunos pobladores locales, con el apoyo de científicos. En este punto, resulta relevante insistir en que cada cambio requiere un estudio diferente, pero seguimos sin saber si existe MIA original. Es decir, esto requeriría una revaluación adicional y eventualmente pedirle -una vez más- su punto de vista a la gente, con modificaciones de rutas del TM.

Después de que esté disponible este documento oficial (que no conocemos) al público en general, éste debe ponerse al escrutinio para que la población cuestione cualquier aspecto (con fundamento). Con base en eso, pueden existir ciertas controversias específicas; entonces ese consenso tendrá un efecto real. ¿Alguien ha sabido de que exista tal documento? ¿Yo no sé, usted? ¿Existe como tal un resolutivo oficial de la SEMARNAT? Nuestro presidente ha dicho que por encima de la Ley nadie, muy bien, pero por qué no informa la SEMARNAT esos aspectos y tácitamente nos dice a los mexicanos dónde están disponibles esos documentos antes referidos.

El Dr. Rodrigo Medellín, prestigiado investigador de la UNAM oficialmente dio entrevistas esta semana, y por eso lo menciono en este escrito. Él enfatiza que no es adversario del presidente de México. El Dr. Medellín -uno de los grandes especialistas de murciélagos- ha realizado estudios precisamente en le península de Yucatán y conoce muy bien la ecología y la hidrografía de toda esa región integral. Se han comprometido a mandarle el proyecto ejecutivo (de la MIA) y no lo han hecho, por lo tanto, él sólo ha visto partes acá y partes por allá. En este aspecto, es pertinente mencionar que con base en los datos que él proporcionó, se cambió uno de los tramos que pasaban por encima de una de las cuevas más transcendentales del Continente Americano con 3 millones de murciélagos que se alimentan de 10 toneladas de insectos cada noche.

Pero de los aspectos sobresalientes (uno más) que todavía no se entiende es ¿cuál es la prisa del TM?, ¿por qué se tiene que terminar el proyecto pronto? ¿sólo porque AMLO lo quiere? Si es así, entonces déjenos decidir científicamente y democráticamente (y en el marco de la Ley) ¿o no?

Resulta muy difícil de pensar que en un proyecto de tal magnitud como el Tren Maya (TM) no haya ningún impacto factible, medible, y/o refutable. Lo más lógico es que debe haber muchos puntos a considerar en un magno proyecto como el TM.

Supuestamente, debe haber un documento extenso que se debió haber entregado a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), donde se detallen todas fases que implicaría este proyecto. El documento, la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), debió y tuvo que pasar a una revisión y análisis exhaustivos para eventualmente emitir un dictamen colegiado. Partimos del hecho de que -básicamente- cualquier proyecto de desarrollo causa afectaciones al ambiente, pero lo que se trata es de que exista un balance coherente. Sólo por poner un ejemplo concreto de lo anterior, la energía solar no tiene motores de combustión y, por lo tanto, se contamina muchísimo menos al ambiente.

Este resolutivo debe incluir varios importantes apartados, sobresaliendo las medidas de mitigación, o sea, las diferentes formas de cómo se van a sufragar las posibles afectaciones que dicho proyecto causará en dicha zona. Por otro lado, también se deben y pueden enfatizar cuáles son los posibles efectos positivos que el proyecto podría traer a la región. Pero hasta donde sabemos, sólo se habla de este último aspecto en las conferencias matutinas de una manera casual. De lo que hemos sido informados los mexicanos es que -además- ha habido ciertos cambios de ruta, algunos de ellos son consecuencia de las protestas de algunos pobladores locales, con el apoyo de científicos. En este punto, resulta relevante insistir en que cada cambio requiere un estudio diferente, pero seguimos sin saber si existe MIA original. Es decir, esto requeriría una revaluación adicional y eventualmente pedirle -una vez más- su punto de vista a la gente, con modificaciones de rutas del TM.

Después de que esté disponible este documento oficial (que no conocemos) al público en general, éste debe ponerse al escrutinio para que la población cuestione cualquier aspecto (con fundamento). Con base en eso, pueden existir ciertas controversias específicas; entonces ese consenso tendrá un efecto real. ¿Alguien ha sabido de que exista tal documento? ¿Yo no sé, usted? ¿Existe como tal un resolutivo oficial de la SEMARNAT? Nuestro presidente ha dicho que por encima de la Ley nadie, muy bien, pero por qué no informa la SEMARNAT esos aspectos y tácitamente nos dice a los mexicanos dónde están disponibles esos documentos antes referidos.

El Dr. Rodrigo Medellín, prestigiado investigador de la UNAM oficialmente dio entrevistas esta semana, y por eso lo menciono en este escrito. Él enfatiza que no es adversario del presidente de México. El Dr. Medellín -uno de los grandes especialistas de murciélagos- ha realizado estudios precisamente en le península de Yucatán y conoce muy bien la ecología y la hidrografía de toda esa región integral. Se han comprometido a mandarle el proyecto ejecutivo (de la MIA) y no lo han hecho, por lo tanto, él sólo ha visto partes acá y partes por allá. En este aspecto, es pertinente mencionar que con base en los datos que él proporcionó, se cambió uno de los tramos que pasaban por encima de una de las cuevas más transcendentales del Continente Americano con 3 millones de murciélagos que se alimentan de 10 toneladas de insectos cada noche.

Pero de los aspectos sobresalientes (uno más) que todavía no se entiende es ¿cuál es la prisa del TM?, ¿por qué se tiene que terminar el proyecto pronto? ¿sólo porque AMLO lo quiere? Si es así, entonces déjenos decidir científicamente y democráticamente (y en el marco de la Ley) ¿o no?