/ sábado 29 de abril de 2023

El niño que todos llevamos dentro

Aunque el ser humano crezca, se prepare y logre hacer realidad sus sueños y tenga una profesión, sea hombre o mujer, llevamos una niña o un niño en nuestro interior, y en nuestra adultez es cuando más recordamos nuestra niñez, esos momentos que pasamos con nuestros amigos y amigas, las travesuras que hacíamos, lo que por accidente rompimos, en los niños, cuando se practicaba algún deporte y se recuerda: ¿te acuerdas cuando rompimos el vidrio de la vecina con la pelota? O ¿te acuerdas cuando de una pedrada rompimos un vidrio?, ¿o cuando sin querer le pegamos al vecino con la pelota?, en las niñas todo es diferente, lo único que no lo es son hacer las travesuras, cuando se jugaba a la casita, al té, a las muñecas, recordar cuando se le regaló una muñeca o cuando se vivieron y vivimos los cumpleaños al apagar las velitas y dar nuestras primeras mordidas al pastel, todo absolutamente todo son grandes momentos, y aunque seamos adultos los recordamos como si fuera ayer, porque todos llevamos un niño adentro, ese niño y niña que, al recordar, valoramos y los que todavía se juntan con sus amigos o amigas de la infancia, qué bello es, por lo que recordar es volver a vivir y eso no se cambia por nada del mundo, en las mujeres que se juntan a tomar café con sus amigas desde niñas de la escuela primaria, literalmente es lo más bello y hermoso, cuando los niños y niñas que van de generaciones y generaciones se les enseñan los buenos valores con grandes y valiosos sentimientos; es lo que más nos debe de llegar en lo más profundo, dándole gracias a Dios y a la vida por permitirnos seguir viviendo con nuestro niño, niña interior y lo que más risa nos causa son las travesuras y que de alguna manera en nuestra adultez y madurez, como seres humanos seguimos haciendo ciertas travesuras; es lo que más risa nos causa y da, porque es lo más hermoso y bonito, recordar EL NIÑO, LA NIÑA QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO.


Aunque el ser humano crezca, se prepare y logre hacer realidad sus sueños y tenga una profesión, sea hombre o mujer, llevamos una niña o un niño en nuestro interior, y en nuestra adultez es cuando más recordamos nuestra niñez, esos momentos que pasamos con nuestros amigos y amigas, las travesuras que hacíamos, lo que por accidente rompimos, en los niños, cuando se practicaba algún deporte y se recuerda: ¿te acuerdas cuando rompimos el vidrio de la vecina con la pelota? O ¿te acuerdas cuando de una pedrada rompimos un vidrio?, ¿o cuando sin querer le pegamos al vecino con la pelota?, en las niñas todo es diferente, lo único que no lo es son hacer las travesuras, cuando se jugaba a la casita, al té, a las muñecas, recordar cuando se le regaló una muñeca o cuando se vivieron y vivimos los cumpleaños al apagar las velitas y dar nuestras primeras mordidas al pastel, todo absolutamente todo son grandes momentos, y aunque seamos adultos los recordamos como si fuera ayer, porque todos llevamos un niño adentro, ese niño y niña que, al recordar, valoramos y los que todavía se juntan con sus amigos o amigas de la infancia, qué bello es, por lo que recordar es volver a vivir y eso no se cambia por nada del mundo, en las mujeres que se juntan a tomar café con sus amigas desde niñas de la escuela primaria, literalmente es lo más bello y hermoso, cuando los niños y niñas que van de generaciones y generaciones se les enseñan los buenos valores con grandes y valiosos sentimientos; es lo que más nos debe de llegar en lo más profundo, dándole gracias a Dios y a la vida por permitirnos seguir viviendo con nuestro niño, niña interior y lo que más risa nos causa son las travesuras y que de alguna manera en nuestra adultez y madurez, como seres humanos seguimos haciendo ciertas travesuras; es lo que más risa nos causa y da, porque es lo más hermoso y bonito, recordar EL NIÑO, LA NIÑA QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO.