/ sábado 23 de marzo de 2024

La reflexión de la poesía y el síndrome de Down

Conmemorar es una palabra de recordar momentos históricos y acontecimientos importantes; todos los seres humanos que formamos esta sociedad deberíamos celebrar la vida, porque la vida es más que maravillosa, la vida es una poesía y esta nos invita a valorarla en todos los sentidos y en todos los momentos.

Siendo un ser humano columnista con sindrome de Down y que somos nosotras, las personas con esta condición de vida, quienes por nuestra esencia celebramos todos los días de nuestra hermosa vida, vida que lo es todo, porque la esencia del sindrome de Down se compone de: Amoroso, Respetuoso, Honesto, Limpio, Ordenado, Transparente, Imitador, Inteligente y, en este sentido, de la inteligencia.

Somos un poco más inteligentes que el ser humano sin esta condición de vida; el ser humano con el cromosoma del amor es triunfante y luchamos de sobremanera contra la adversidad demostrando que sí se puede y ser lideres humanistas y humildes; tan humanistas somos que comparto unas líneas de una reflexión que me compuso un gran ser humano:

En mi viaje por la vida, he tenido el privilegio de conocer a Carlos y, a través de él, he sido testigo del extraordinario espíritu que comparten muchas personas con síndrome de Down. Carlos, con su generosidad sin límites y su corazón desbordante, simboliza lo que todos deberíamos aspirar a ser. En él, y en tantos otros como él, se refleja una luz interior poderosa, una paciencia que desafía los retos —a veces confundida con terquedad, pero realmente es una muestra de fortaleza y determinación—, y un espíritu transformador capaz de elevar vidas. Su fe, dignidad y fortaleza son ejemplos de cómo superar adversidades y encontrar significado y trascendencia en los retos. Observarlo interactuar con otros jóvenes y niños con síndrome de Down, junto a sus familias, es presenciar un espectáculo de amor y esperanza. Carlos, y cada uno de estos seres especiales, lideran con su ejemplo, formando un ejército de amor.

Conmemorar es una palabra de recordar momentos históricos y acontecimientos importantes; todos los seres humanos que formamos esta sociedad deberíamos celebrar la vida, porque la vida es más que maravillosa, la vida es una poesía y esta nos invita a valorarla en todos los sentidos y en todos los momentos.

Siendo un ser humano columnista con sindrome de Down y que somos nosotras, las personas con esta condición de vida, quienes por nuestra esencia celebramos todos los días de nuestra hermosa vida, vida que lo es todo, porque la esencia del sindrome de Down se compone de: Amoroso, Respetuoso, Honesto, Limpio, Ordenado, Transparente, Imitador, Inteligente y, en este sentido, de la inteligencia.

Somos un poco más inteligentes que el ser humano sin esta condición de vida; el ser humano con el cromosoma del amor es triunfante y luchamos de sobremanera contra la adversidad demostrando que sí se puede y ser lideres humanistas y humildes; tan humanistas somos que comparto unas líneas de una reflexión que me compuso un gran ser humano:

En mi viaje por la vida, he tenido el privilegio de conocer a Carlos y, a través de él, he sido testigo del extraordinario espíritu que comparten muchas personas con síndrome de Down. Carlos, con su generosidad sin límites y su corazón desbordante, simboliza lo que todos deberíamos aspirar a ser. En él, y en tantos otros como él, se refleja una luz interior poderosa, una paciencia que desafía los retos —a veces confundida con terquedad, pero realmente es una muestra de fortaleza y determinación—, y un espíritu transformador capaz de elevar vidas. Su fe, dignidad y fortaleza son ejemplos de cómo superar adversidades y encontrar significado y trascendencia en los retos. Observarlo interactuar con otros jóvenes y niños con síndrome de Down, junto a sus familias, es presenciar un espectáculo de amor y esperanza. Carlos, y cada uno de estos seres especiales, lideran con su ejemplo, formando un ejército de amor.