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El Parque Melchor Ocampo forma parte del barrio de Gualupita en Cuernavaca, Morelos, y tiene una espectacular belleza natural que lo destaca como un refugio natural en medio del ajetreo de la ciudad.
Este parque es uno de los más antiguos de la región y está a sólo a media cuadra de la terminal "Casino de la Selva" de la línea de autobuses Pullman de Morelos. Pero si quieres seguir leyendo más sobre la historia de este lugar, te recomendamos que no te despegues de la nota.
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Un poco de historia
El parque ha sido testigo de numerosos eventos históricos. Inaugurado en 1897 por Porfirio Díaz, este paraje originalmente fue parte de una vasta hacienda durante la época colonial. Tras la Revolución Mexicana, se transformó en espacio público, y poco a poco se convirtió en un símbolo de la evolución de la ciudad, ofreciendo a los visitantes una ventana al pasado.
Originalmente nombrado Carmen Romero Rubio en honor a la esposa de Porfirio Díaz, el parque cambió varias veces de nombre y funciones.
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En 1934, se añadió un zoológico y una alberca, y el parque fue renombrado como Parque Emiliano Zapata, antes de adoptar su nombre actual, Parque Melchor Ocampo.
Una pequeña reserva ecológica en Cuernavaca
El Melchor Ocampo alberga una gran variedad de especies de árboles, plantas y flores, muchas de ellas endémicas de la región de Morelos. Esta diversidad espectacular no solo embellece el lugar, sino que también juega un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio ecológico local.
El parque es, incluso, el recuerdo de lo que fue toda el área del Casino de la Selva, cuya principal característica fue precisamente su biodiversidad.
El área abarcaba toda la zona de los manantiales que descendían desde la parte norte, hacia La Estación, y de los ojos de agua que también se ubicaban en el antiguo hotel y se extendían hacia El Miraval, en donde también había gran variedad de especies de frondosos árboles.
Patrimonio Cultural e histórico de Cuernavaca
El Parque Melchor Ocampo fue declarado Patrimonio Cultural e Histórico de Cuernavaca, reconociendo su valor histórico y cultural. A pesar del deterioro, el parque sigue siendo un lugar preferido por habitantes de Cuernavaca y visitantes.
Con la declaración como patrimonio cultural y los esfuerzos comunitarios, existe una esperanza de revitalización, ya que su historia y belleza natural lo convierten en un lugar digno de preservación y disfrute para las futuras generaciones.
Durante décadas, el Parque Melchor Ocampo ha sido un lugar de encuentro para actividades familiares, artísticas y deportivas. Su entorno natural y manantiales históricos, conocidos como "los ojos de agua de Gualupita", son elementos espectaculares del parque.
Así que ya lo sabes, el Parque Melchor Ocampo no es solo un espacio verde dentro de la ciudad, sino un refugio de historia, cultura y biodiversidad.
