/ viernes 28 de mayo de 2021

El Melchor Ocampo, pulmón de Cuernavaca

Aunque a ratos en el abandono, el céntrico parque es parte de la tradición de paseos en la ciudad

Ubicado en el corazón del barrio de Gualupita en Cuernavaca, el Parque Melchor Ocampo es uno de los más antiguos y bellos de Morelos, rodeado de una majestuosa naturaleza. Un lugar que por años ha sido un espacio para la recreación familiar, para el arte y el deporte. Desafortunadamente, con el tiempo se ha ido desgastando y por el olvido de las autoridades se encuentra prácticamente abandonado.

El parque fue inaugurado en 1897 por Porfirio Díaz, bajo el nombre de Carmen Romero Rubio en honor a su esposa, durante su visita a la ciudad con la finalidad de celebrar la llegada del ferrocarril.

En 1934, durante el gobierno de Vicente Estrada Cajigal, se puso en funcionamiento un rudimentario zoológico y una alberca con vestidores y su nombre cambió a "Parque Emiliano Zapata". Tiempo después se le dio el nombre de Parque Melchor Ocampo que mantiene hasta la actualidad.

"El Parque Melchor Ocampo es uno de los lugares de más tradición en Cuernavaca. De verdad es rincón de paz y tranquilidad, que invita a la meditación; por muchos años los jóvenes lo ocuparon para estudiar. El nombre del parque se cambió a principios de los años veinte después de la Revolución por el de Melchor Ocampo y por un corto tiempo en los años treinta se le llamó Emiliano Zapata, pero después volvió a conocerse como Melchor Ocampo", expresó el cronista Octavio Sedano.

Existen noticias de que en tiempos de Maximiliano y Carlota se organizaban alegres tardeadas durante sus cortas estancias en Cuernavaca en el año de 1866. "Con la visita de Porfirio Díaz y su esposa en 1897 se hicieron los andadores, se construyeron las singulares balaustradas y terrazas alrededor de algunos borbollones de agua que se convirtieron en estanques, tal como lo vemos ahora y se remozaron sus fuentes, así poco a poco surgió el parque", enfatizó.

En el lugar donde se asentó el parque, estaba poblado de ahuehuetes y manantiales que abastecían a la ciudad y todavía existen algunos, aunque muy disminuidos en su caudal. La gente de Cuernavaca siempre los llamó "los ojos de agua de Gualupita" por estar en uno de los barrios más antiguos, que desde luego tenía una ermita que con los años se convirtió en la iglesia que todos conocemos junto a este parque.

"La mayoría de estos manantiales tenían un nombre, conocemos siete de ellos: la Sanguijuela, el Carnero, el Venado, la Pintora, San Francisco, San Vicente y Santa Lucía, aunque ya no es posible precisar con exactitud el sitio en donde están, lo cierto es que no todos se encontraban dentro de los linderos del parque. Y los manantiales que se encontraban dentro del parque llenaban sus estanques y sus fuentes, y sin necesidad de bombas alzaban sus chorros de agua a varios metros de altura", dijo el cronista.

En los primeros años del siglo XX, don Eugenio de Jesús Cañas, importante empresario y hombre de negocios, se vio en la necesidad de llevar más agua para una planta de luz y fábrica de hielo que eran de su propiedad y que se encontraban por el rumbo de "La Leona", en la calzada que hoy se llama de los "Actores", después de varios estudios, mandó perforar bajo una loma, más de doscientos metros, desde el fondo de la barranca en forma horizontal en donde termina la Av. Madero de la colonia Miraval, y que se conoce precisamente como "El Túnel" encontrando una verdadera cascada subterránea en su interior, pero su buena suerte duró poco tiempo, pues la población de Cuernavaca casi en motín, le fue a reclamar el haberlos dejado sin agua, pues los ancestrales "ojos de agua de Gualupita" habían dejado de brotar.

1897

Fue inaugurado el parque por Porfirio Díaz, bajo el nombre de Carmen Romero Rubio en honor a su esposa

1934

Durante el gobierno de Vicente Estrada, se inauguró un zoológico y una alberca y su nombre cambió a Parque Emiliano Zapata

"A don Eugenio Cañas, no le quedó más remedio que poner a disposición de la ciudad el nuevo caudal de agua que había encontrado, aduciendo que era un beneficio para todos pues toda la región norte de la ciudad tendría agua, lo que antes no sucedía, desde entonces el manantial del Túnel es la principal fuente de la red de agua potable en Cuernavaca y los ojos de agua de este parque desde entonces también dejaron de ser importantes al desaparecer algunos y quedar otros grandemente disminuidos", comentó Octavio Sedano.

En el interior del parque se ubica la Biblioteca "Dr. José Félix Frías Sánchez" la cual fue inaugurada en 1975 por Felipe Rivera Crespo, gobernador de Morelos, y Ángel César Mendoza Arámburu, gobernador de Baja California Sur. Por muchos años, fue un espacio de apoyo para los estudiantes, quienes acudían al lugar para consultar o leer algún libro en específico para sus tareas escolares, sin embargo, con el paso del tiempo ha ido perdiendo su importancia sobre todo por los avances tecnológicos y el internet.

"Este espacio de cultura representa un área ociosa y desaprovechada que está a la espera de mejor fortuna y de iniciativas frescas que le otorguen una vida y un destino dinámico y actual y que hasta hoy ha sido gris y mediocre. Un edificio céntrico rodeado de tanta belleza natural debiera ser mejor aprovechado, instrumentando programas especiales de lectura, juegos, artes, programas de voluntariados para las tareas de jóvenes y niños, actividades de formación permanente de mujeres y hombres adultos. Pero para que sea exitoso, se requiere equipar y embellecer el interior, que resulte acogedor, seguro, confortable, limpio, con mobiliario innovador y flexible", escribe Silvia Gamiz en el libro El parque Melchor Ocampo: Miradas desde la universidad.

En este mismo libro, Patrizia Granziera menciona que, "El parque Melchor Ocampo se abrió en 1897 y tenía una extensión de sesenta mil acres. Hoy en día, el área del parque comprende sólo veinte mil, debido a la urbanización de Cuernavaca".

A lo largo de los años, el Melchor Ocampo fue un espacio muy bello y el favorito de los morelenses y visitantes para pasar un divertido y relajado día en familia, desafortunadamente y por el abandono de las autoridades gubernamentales el parque se ha desgastado, siendo un espacio sucio y en mal estado, sin embargo, grupos culturales se han dedicado a su rescate como lo es el Jardín del Arte Melchor Ocampo realizando diversos eventos culturales, artísticos, deportivos y de expo-venta, además hacer campañas de esterilización para perros y gatos. Asimismo, los vecinos de Gualupita se han organizado para limpiar el parque, dándole una nueva imagen y respiro a este sitio tan importante.

"Este antiguo parque fue el lugar preferido de los pobladores de Cuernavaca para realizar paseos y días de campo, era común pasar el domingo entero ahí o celebrar fiestas y cumpleaños a la sombra de sus árboles", dijo Octavio Sedano.

En noviembre el Parque Melchor Ocampo fue declarado como Patrimonio Cultural e Histórico de Cuernavaca, el promotor de la iniciativa fue el regidor Romualdo Salgado y se aprobó por unanimidad durante en sesión de cabildo.

"A pesar de estar muy abandonado aún logra conservar sus hermosos paisajes, los cuales, gozaron innumerables personajes que visitaron a nuestra increíblemente hermosa Cuernavaca, y que los morelenses podemos seguir disfrutando", comentó Octavio Sedano.

Sin duda, el Parque Melchor Ocampo es un lugar histórico a 123 años de su creación representa uno de los pulmones fundamentales en Cuernavaca, y a pesar de las circunstancias, su belleza y majestuosidad continúa latente.




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Ubicado en el corazón del barrio de Gualupita en Cuernavaca, el Parque Melchor Ocampo es uno de los más antiguos y bellos de Morelos, rodeado de una majestuosa naturaleza. Un lugar que por años ha sido un espacio para la recreación familiar, para el arte y el deporte. Desafortunadamente, con el tiempo se ha ido desgastando y por el olvido de las autoridades se encuentra prácticamente abandonado.

El parque fue inaugurado en 1897 por Porfirio Díaz, bajo el nombre de Carmen Romero Rubio en honor a su esposa, durante su visita a la ciudad con la finalidad de celebrar la llegada del ferrocarril.

En 1934, durante el gobierno de Vicente Estrada Cajigal, se puso en funcionamiento un rudimentario zoológico y una alberca con vestidores y su nombre cambió a "Parque Emiliano Zapata". Tiempo después se le dio el nombre de Parque Melchor Ocampo que mantiene hasta la actualidad.

"El Parque Melchor Ocampo es uno de los lugares de más tradición en Cuernavaca. De verdad es rincón de paz y tranquilidad, que invita a la meditación; por muchos años los jóvenes lo ocuparon para estudiar. El nombre del parque se cambió a principios de los años veinte después de la Revolución por el de Melchor Ocampo y por un corto tiempo en los años treinta se le llamó Emiliano Zapata, pero después volvió a conocerse como Melchor Ocampo", expresó el cronista Octavio Sedano.

Existen noticias de que en tiempos de Maximiliano y Carlota se organizaban alegres tardeadas durante sus cortas estancias en Cuernavaca en el año de 1866. "Con la visita de Porfirio Díaz y su esposa en 1897 se hicieron los andadores, se construyeron las singulares balaustradas y terrazas alrededor de algunos borbollones de agua que se convirtieron en estanques, tal como lo vemos ahora y se remozaron sus fuentes, así poco a poco surgió el parque", enfatizó.

En el lugar donde se asentó el parque, estaba poblado de ahuehuetes y manantiales que abastecían a la ciudad y todavía existen algunos, aunque muy disminuidos en su caudal. La gente de Cuernavaca siempre los llamó "los ojos de agua de Gualupita" por estar en uno de los barrios más antiguos, que desde luego tenía una ermita que con los años se convirtió en la iglesia que todos conocemos junto a este parque.

"La mayoría de estos manantiales tenían un nombre, conocemos siete de ellos: la Sanguijuela, el Carnero, el Venado, la Pintora, San Francisco, San Vicente y Santa Lucía, aunque ya no es posible precisar con exactitud el sitio en donde están, lo cierto es que no todos se encontraban dentro de los linderos del parque. Y los manantiales que se encontraban dentro del parque llenaban sus estanques y sus fuentes, y sin necesidad de bombas alzaban sus chorros de agua a varios metros de altura", dijo el cronista.

En los primeros años del siglo XX, don Eugenio de Jesús Cañas, importante empresario y hombre de negocios, se vio en la necesidad de llevar más agua para una planta de luz y fábrica de hielo que eran de su propiedad y que se encontraban por el rumbo de "La Leona", en la calzada que hoy se llama de los "Actores", después de varios estudios, mandó perforar bajo una loma, más de doscientos metros, desde el fondo de la barranca en forma horizontal en donde termina la Av. Madero de la colonia Miraval, y que se conoce precisamente como "El Túnel" encontrando una verdadera cascada subterránea en su interior, pero su buena suerte duró poco tiempo, pues la población de Cuernavaca casi en motín, le fue a reclamar el haberlos dejado sin agua, pues los ancestrales "ojos de agua de Gualupita" habían dejado de brotar.

1897

Fue inaugurado el parque por Porfirio Díaz, bajo el nombre de Carmen Romero Rubio en honor a su esposa

1934

Durante el gobierno de Vicente Estrada, se inauguró un zoológico y una alberca y su nombre cambió a Parque Emiliano Zapata

"A don Eugenio Cañas, no le quedó más remedio que poner a disposición de la ciudad el nuevo caudal de agua que había encontrado, aduciendo que era un beneficio para todos pues toda la región norte de la ciudad tendría agua, lo que antes no sucedía, desde entonces el manantial del Túnel es la principal fuente de la red de agua potable en Cuernavaca y los ojos de agua de este parque desde entonces también dejaron de ser importantes al desaparecer algunos y quedar otros grandemente disminuidos", comentó Octavio Sedano.

En el interior del parque se ubica la Biblioteca "Dr. José Félix Frías Sánchez" la cual fue inaugurada en 1975 por Felipe Rivera Crespo, gobernador de Morelos, y Ángel César Mendoza Arámburu, gobernador de Baja California Sur. Por muchos años, fue un espacio de apoyo para los estudiantes, quienes acudían al lugar para consultar o leer algún libro en específico para sus tareas escolares, sin embargo, con el paso del tiempo ha ido perdiendo su importancia sobre todo por los avances tecnológicos y el internet.

"Este espacio de cultura representa un área ociosa y desaprovechada que está a la espera de mejor fortuna y de iniciativas frescas que le otorguen una vida y un destino dinámico y actual y que hasta hoy ha sido gris y mediocre. Un edificio céntrico rodeado de tanta belleza natural debiera ser mejor aprovechado, instrumentando programas especiales de lectura, juegos, artes, programas de voluntariados para las tareas de jóvenes y niños, actividades de formación permanente de mujeres y hombres adultos. Pero para que sea exitoso, se requiere equipar y embellecer el interior, que resulte acogedor, seguro, confortable, limpio, con mobiliario innovador y flexible", escribe Silvia Gamiz en el libro El parque Melchor Ocampo: Miradas desde la universidad.

En este mismo libro, Patrizia Granziera menciona que, "El parque Melchor Ocampo se abrió en 1897 y tenía una extensión de sesenta mil acres. Hoy en día, el área del parque comprende sólo veinte mil, debido a la urbanización de Cuernavaca".

A lo largo de los años, el Melchor Ocampo fue un espacio muy bello y el favorito de los morelenses y visitantes para pasar un divertido y relajado día en familia, desafortunadamente y por el abandono de las autoridades gubernamentales el parque se ha desgastado, siendo un espacio sucio y en mal estado, sin embargo, grupos culturales se han dedicado a su rescate como lo es el Jardín del Arte Melchor Ocampo realizando diversos eventos culturales, artísticos, deportivos y de expo-venta, además hacer campañas de esterilización para perros y gatos. Asimismo, los vecinos de Gualupita se han organizado para limpiar el parque, dándole una nueva imagen y respiro a este sitio tan importante.

"Este antiguo parque fue el lugar preferido de los pobladores de Cuernavaca para realizar paseos y días de campo, era común pasar el domingo entero ahí o celebrar fiestas y cumpleaños a la sombra de sus árboles", dijo Octavio Sedano.

En noviembre el Parque Melchor Ocampo fue declarado como Patrimonio Cultural e Histórico de Cuernavaca, el promotor de la iniciativa fue el regidor Romualdo Salgado y se aprobó por unanimidad durante en sesión de cabildo.

"A pesar de estar muy abandonado aún logra conservar sus hermosos paisajes, los cuales, gozaron innumerables personajes que visitaron a nuestra increíblemente hermosa Cuernavaca, y que los morelenses podemos seguir disfrutando", comentó Octavio Sedano.

Sin duda, el Parque Melchor Ocampo es un lugar histórico a 123 años de su creación representa uno de los pulmones fundamentales en Cuernavaca, y a pesar de las circunstancias, su belleza y majestuosidad continúa latente.




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