/ lunes 15 de enero de 2024

Mujeres en movimiento

Por: Yu Chen Cheng

El fenómeno de la migración

La migración es un fenómeno complejo y multifacético, impulsado por una diversidad de razones que abarcan lo económico, social, político, cultural y medioambiental. Desde una perspectiva amplia, la migración puede ser el resultado de la búsqueda de mejores oportunidades económicas, la reunificación familiar, la huida de conflictos, la persecución política, la búsqueda de educación, el cambio climático u otros factores. Este fenómeno complejo refleja las múltiples dimensiones de la vida humana y las dinámicas sociopolíticas globales. No se debe romantizar este fenómeno, al contrario, migrar no siempre es sinónimo de oportunidades y abundancia.

No obstante, también se debe resaltar que la migración no siempre es voluntaria, sino que también existen los desplazamientos forzados. Según datos de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a principios de 2022, se estimaba que alrededor de 82.4 millones de personas en todo el mundo estaban desplazadas debido a conflictos, persecuciones, violencia o violaciones de los derechos humanos. Esta cifra incluye a refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos.

Curiosamente, se presta poca atención al vínculo entre la migración y la violencia de género como un tema conjunto, a pesar de que podría tener una relación más estrecha de lo que comúnmente se piensa.

Abusos y discriminación

Para entrar en contexto, Según datos proporcionados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres representan casi la mitad de los 250 millones de migrantes y del mismo porcentaje de los 19.6 millones de personas refugiadas en el mundo durante el año 2022. Aproximadamente uno de cada seis trabajadores domésticos en el mundo es un migrante internacional, y las mujeres constituyen el 73.4% de este grupo. Además, cada vez más mujeres migran por cuenta propia o como cabezas de familia. Esta tendencia representa un punto de inflexión para su independencia económica y empoderamiento.

En este sentido, todos los migrantes son vulnerables al abuso y la explotación, enfrentándose a riesgos significativos. Según datos de la OIM, más del 60% de las mujeres migrantes reportan experiencias de discriminación, explotación laboral o acoso. Además, la OIM ha informado que al menos el 10% de los migrantes son víctimas de trata de personas durante su viaje, aunque estas cifras representan solo a aquellos con la oportunidad de denunciar y alzar la voz. La falta de acceso a servicios de salud afecta aproximadamente al 50% de los migrantes, mientras que cerca del 40% de los niños migrantes carecen de acceso a la educación. Estas estadísticas reflejan los desafíos significativos que enfrentan los migrantes, incluyendo la discriminación, la explotación laboral, la vulnerabilidad a la trata de personas y las dificultades en materia de salud y educación. La explotación sexual es el principal tipo de explotación en mujeres y niñas, mientras que el trabajo forzado y la venta de órganos prevalece entre hombres y niños.

Mientras que una de cada cinco mujeres refugiadas o desplazadas en emergencias humanitarias sufre violencia sexual. En Yemen, tres millones de mujeres y niñas corren el riesgo de padecer violencia de género. Las niñas de países afectados por conflictos tienen 2.5 veces más probabilidades de no estar escolarizadas que otras niñas. Una adolescente en Sudán del Sur tiene tres veces más posibilidades de morir durante el parto que de terminar la escuela primaria. El 60% de las muertes maternas prevenibles se dan en situaciones de desplazamiento o conflicto.

Las migraciones femeninas han estado concentradas en diversas regiones del mundo. En Asia, mujeres provenientes de Filipinas, Indonesia, India y Sri Lanka han migrado hacia países del sudeste asiático y Oriente Medio, principalmente para ocupar roles en sectores como cuidado de la salud, trabajo doméstico y hostelería, forzadas por el cambio climático y la brecha salarial. Del otro lado, por temas como la guerra entre Rusia y Ucrania y la falta de oportunidades, Europa ha sido un destino importante, con migraciones desde países del este de Europa hacia regiones occidentales.

Del mismo modo, las mujeres africanas también migran hacia países europeos en búsqueda de oportunidades laborales, educativas y reunificación familiar. En África, durante 2023, se registraron más de 7.5 millones de desplazamientos internos debido a desastres naturales. Además, los desastres humanitarios como el del desierto de Níger ha obligado a las mujeres a abandonar sus hogares en busca de mejores horizontes.

No se debe dejar de lado otros países como Siria, Palestina, Afganistán, Yemen, Burkina Faso, Irán, Sudán del Sur y entre otros, donde la migración tampoco es por gusto para las mujeres y las niñas, sino para poder sobrevivir y encontrar un poco de esperanza en sus vidas.

El caso de América Latina y México

En América Latina, la migración femenina hacia los Estados Unidos, México y Canadá ha estado vinculada a razones económicas, cambio climático, educativas, reunificación familiar y escape de la violencia.

Las condiciones socioeconómicas precarias, la falta de empleo, la pobreza, la violencia de pandillas y los altos niveles de inseguridad son algunos de los factores que impulsan a muchas personas en países como Honduras, El Salvador y Guatemala a migrar hacia los Estados Unidos. Estas personas a menudo atraviesan México en su trayecto hacia la frontera estadounidense, enfrentando riesgos significativos durante su viaje, como la exposición a la violencia, la explotación, el abuso y los peligros inherentes a la travesía por tierras peligrosas. La mayoría de las mujeres y niñas deben tomar anticonceptivos de largo plazo previo a su viaje a Norteamérica para evitar embarazos no deseados.

¿Un derecho? o ¿una salida?

En esta orden de ideas, al nivel global, las mujeres migrantes siguen enfrentando obstáculos en cuanto a la atención médica, especialmente en lo referente a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluso después de llegar a sus destinos planificados. Las migrantes nacidas en el extranjero tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones y mortalidad materna en comparación con las mujeres nacidas en el país receptor. Además, están más expuestas a contraer VIH, sufrir traumas y ser víctimas de violencia. La mayoría de los migrantes internacionales tienden a establecerse en zonas urbanas, donde pueden encontrarse con dificultades para acceder a servicios médicos relacionados con la salud sexual y reproductiva. Estos desafíos pueden abarcar altos costos, congestión, dificultades de transporte y viviendas inseguras.

Entre tanto debate que existe, debemos reflexionar sobre las condiciones para las migrantes y las razones por las que están dejando su hogar. Si o si, debemos analizar este fenómeno de la mano de la violencia de género.

YU CHEN CHENG es Licenciado en Negocios Internacionales por el Instituto Politécnico Nacional. Académico en el área de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás del IPN. Asociado PJComexi. Sígalo en las redes como @Chennie_tw


Por: Yu Chen Cheng

El fenómeno de la migración

La migración es un fenómeno complejo y multifacético, impulsado por una diversidad de razones que abarcan lo económico, social, político, cultural y medioambiental. Desde una perspectiva amplia, la migración puede ser el resultado de la búsqueda de mejores oportunidades económicas, la reunificación familiar, la huida de conflictos, la persecución política, la búsqueda de educación, el cambio climático u otros factores. Este fenómeno complejo refleja las múltiples dimensiones de la vida humana y las dinámicas sociopolíticas globales. No se debe romantizar este fenómeno, al contrario, migrar no siempre es sinónimo de oportunidades y abundancia.

No obstante, también se debe resaltar que la migración no siempre es voluntaria, sino que también existen los desplazamientos forzados. Según datos de la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a principios de 2022, se estimaba que alrededor de 82.4 millones de personas en todo el mundo estaban desplazadas debido a conflictos, persecuciones, violencia o violaciones de los derechos humanos. Esta cifra incluye a refugiados, solicitantes de asilo y desplazados internos.

Curiosamente, se presta poca atención al vínculo entre la migración y la violencia de género como un tema conjunto, a pesar de que podría tener una relación más estrecha de lo que comúnmente se piensa.

Abusos y discriminación

Para entrar en contexto, Según datos proporcionados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres representan casi la mitad de los 250 millones de migrantes y del mismo porcentaje de los 19.6 millones de personas refugiadas en el mundo durante el año 2022. Aproximadamente uno de cada seis trabajadores domésticos en el mundo es un migrante internacional, y las mujeres constituyen el 73.4% de este grupo. Además, cada vez más mujeres migran por cuenta propia o como cabezas de familia. Esta tendencia representa un punto de inflexión para su independencia económica y empoderamiento.

En este sentido, todos los migrantes son vulnerables al abuso y la explotación, enfrentándose a riesgos significativos. Según datos de la OIM, más del 60% de las mujeres migrantes reportan experiencias de discriminación, explotación laboral o acoso. Además, la OIM ha informado que al menos el 10% de los migrantes son víctimas de trata de personas durante su viaje, aunque estas cifras representan solo a aquellos con la oportunidad de denunciar y alzar la voz. La falta de acceso a servicios de salud afecta aproximadamente al 50% de los migrantes, mientras que cerca del 40% de los niños migrantes carecen de acceso a la educación. Estas estadísticas reflejan los desafíos significativos que enfrentan los migrantes, incluyendo la discriminación, la explotación laboral, la vulnerabilidad a la trata de personas y las dificultades en materia de salud y educación. La explotación sexual es el principal tipo de explotación en mujeres y niñas, mientras que el trabajo forzado y la venta de órganos prevalece entre hombres y niños.

Mientras que una de cada cinco mujeres refugiadas o desplazadas en emergencias humanitarias sufre violencia sexual. En Yemen, tres millones de mujeres y niñas corren el riesgo de padecer violencia de género. Las niñas de países afectados por conflictos tienen 2.5 veces más probabilidades de no estar escolarizadas que otras niñas. Una adolescente en Sudán del Sur tiene tres veces más posibilidades de morir durante el parto que de terminar la escuela primaria. El 60% de las muertes maternas prevenibles se dan en situaciones de desplazamiento o conflicto.

Las migraciones femeninas han estado concentradas en diversas regiones del mundo. En Asia, mujeres provenientes de Filipinas, Indonesia, India y Sri Lanka han migrado hacia países del sudeste asiático y Oriente Medio, principalmente para ocupar roles en sectores como cuidado de la salud, trabajo doméstico y hostelería, forzadas por el cambio climático y la brecha salarial. Del otro lado, por temas como la guerra entre Rusia y Ucrania y la falta de oportunidades, Europa ha sido un destino importante, con migraciones desde países del este de Europa hacia regiones occidentales.

Del mismo modo, las mujeres africanas también migran hacia países europeos en búsqueda de oportunidades laborales, educativas y reunificación familiar. En África, durante 2023, se registraron más de 7.5 millones de desplazamientos internos debido a desastres naturales. Además, los desastres humanitarios como el del desierto de Níger ha obligado a las mujeres a abandonar sus hogares en busca de mejores horizontes.

No se debe dejar de lado otros países como Siria, Palestina, Afganistán, Yemen, Burkina Faso, Irán, Sudán del Sur y entre otros, donde la migración tampoco es por gusto para las mujeres y las niñas, sino para poder sobrevivir y encontrar un poco de esperanza en sus vidas.

El caso de América Latina y México

En América Latina, la migración femenina hacia los Estados Unidos, México y Canadá ha estado vinculada a razones económicas, cambio climático, educativas, reunificación familiar y escape de la violencia.

Las condiciones socioeconómicas precarias, la falta de empleo, la pobreza, la violencia de pandillas y los altos niveles de inseguridad son algunos de los factores que impulsan a muchas personas en países como Honduras, El Salvador y Guatemala a migrar hacia los Estados Unidos. Estas personas a menudo atraviesan México en su trayecto hacia la frontera estadounidense, enfrentando riesgos significativos durante su viaje, como la exposición a la violencia, la explotación, el abuso y los peligros inherentes a la travesía por tierras peligrosas. La mayoría de las mujeres y niñas deben tomar anticonceptivos de largo plazo previo a su viaje a Norteamérica para evitar embarazos no deseados.

¿Un derecho? o ¿una salida?

En esta orden de ideas, al nivel global, las mujeres migrantes siguen enfrentando obstáculos en cuanto a la atención médica, especialmente en lo referente a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluso después de llegar a sus destinos planificados. Las migrantes nacidas en el extranjero tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones y mortalidad materna en comparación con las mujeres nacidas en el país receptor. Además, están más expuestas a contraer VIH, sufrir traumas y ser víctimas de violencia. La mayoría de los migrantes internacionales tienden a establecerse en zonas urbanas, donde pueden encontrarse con dificultades para acceder a servicios médicos relacionados con la salud sexual y reproductiva. Estos desafíos pueden abarcar altos costos, congestión, dificultades de transporte y viviendas inseguras.

Entre tanto debate que existe, debemos reflexionar sobre las condiciones para las migrantes y las razones por las que están dejando su hogar. Si o si, debemos analizar este fenómeno de la mano de la violencia de género.

YU CHEN CHENG es Licenciado en Negocios Internacionales por el Instituto Politécnico Nacional. Académico en el área de Bloques Regionales de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás del IPN. Asociado PJComexi. Sígalo en las redes como @Chennie_tw