/ lunes 9 de enero de 2023

Salida de Cuernavaca de Mohammad Reza Pahleví (III)

Queridos lectores, en un tema delicado como lo era el informar exactamente el peregrinar del Sha por el mundo antes de su muerte en Egipto, se generaron varias versiones, sin embargo he de hacer, por el respeto que me merecen, una corrección acerca del orden del periplo de sus viajes por el mundo desde su salida de Irán, donde al pie de la escalerilla del avión informó que se iba unos días a descansar a Asuán, en Egipto.

De ahí salió a Marruecos, siguió a las Bahamas, de donde salió efectivamente en el avión del banquero millonario Manuel Espinosa Yglesias rumbo a México, aunque ya venía enfermo de cáncer linfático. Tras su salida de México se dirige a E.U. a donde llega el 22 de octubre de 1979 para ingresar a un hospital. Dos semanas después estalla la crisis de los rehenes en Teherán, donde asaltan la embajada de E.U. retienen a los 50 diplomáticos y empleados, exigen la extradición del Sha lo que les fue negado por Washington. Sin embargo, el Sha se vio obligado a salir de E.U., ya había ocurrido el fracaso de su estancia en Acapulco y su salida de Cuernavaca a los pocos meses de llegar que les narré en mi pasada columna.

Llegan a Panamá y de ahí se dirigen de vuelta a Egipto, su destino final donde continuó su tratamiento médico que no surtió efecto pues murió el 27 de julio de 1980. Pero de vuelta a su estancia en Cuernavaca, otro de los que tuvo contacto con el Sha fue el entonces Notario Público Núm. 8, Alfredo Gutiérrez. Al saber que buscaban invertir en México, el Notario les ofreció mostrarles la mansión que estaba dispuesto a venderles en la CDMX, camino al Desierto de los Leones, el arquiteco Francisco Artigas.

A la cita llegó solo Farah Diba en helicóptero donde además de la recepción de Artigas, la esperaba el entonces regente de la CDMX Carlos Hank González acompañado de su familia, en señal de respeto. Quien esto escribe, hermana del Notario 8 de Cuernavaca, estuvo presente.

Fue una hermosa mañana en la que luego del recorrido por la mansión, cuyo techo se abría desde la cama del cuarto principal para poder observar las estrellas, entre otras magnificencias, al final se invitó a todos los presentes a tomar té con la exemperatriz en el hermoso recinto de la alberca cubierta. El trato de compra venta no se concretó. Semanas después, la salud del Sha se agravó y hubo de salir la comitiva real de México hacia los E.U. y bueno, aquí sigue el abogado Christian Derakshanfar, narrando:

“Antes de salir de Cuernavaca, le contó mi abuelo a mi padre Alí, que al ver el Sha que ya no necesitaría tanto personal pues su destino final sería Egipto con su amigo el entonces presidente Anuar El Sadat quien le ofreció asilo con la máxima seguridad, habló Mohammad Reza Pahleví ó Pahlevi, con su equipo de seguridad y les ofreció, como recompensa a su lealtad, brindarles la oportunidad de radicar donde quisieran y que él les ayudaría económicamente. Mi abuelo Hussein, firme pero con lágrimas en los ojos por dejar a su monarca, sabía que ya no lo volvería a ver –el Sha quien falleció un año después y fue enterrado con gran ceremonia en la mezquita Al-Rifa´i de El Cairo-, le expresó que era su deber regresar a Irán e incorporarse a la lucha armada a la par que proteger a su esposa Robab Sograbib, mi abuela, que quedó en Irán ya que aunque estaba concluyendo la revolución iraní que fue de 1978 al 79, estaba iniciando el conflicto bélico Irán-Irak que duraría de 1980 al 88. Mi padre Alí, lo quiso seguir. Habló con su suegro mexicano para notificarle que se llevaría a su familia, a lo que el suegro, mi abuelo materno mexicano Angel Barrón García, le dijo:

´Que tengas buen camino Alí y la suerte te acompañe pero mi hija y mi nieto se quedan aquí en Cuernavaca, allá correrían un gran peligro´. Alí partió a Irán con su padre Hussein quien al cabo de los años murió de viejo en Irán. Mi padre Alí ya no regresó nunca a México donde dejó familia en Cuernavaca. Sin embargo, hace nueve años, con esto de las redes sociales, me contactó una mujer de nombre Fariba quien me preguntó acerca de mis orígenes.

Le comenté el nombre de mi papá y me dijo: ´Alí fue mi hermano, por lo tanto aunque yo viva en Beverly Hills y tú en México, yo soy tu tía´. A partir de ese momento mi familia paterna de origen persa aumentó desde el exilio histórico y así cuando me preguntan: ´¿Eres árabe?´ de inmediato respondo: No se equivoquen. Soy mexicano con raíces persas a mucho orgullo”.

Cabe resaltar que el presidente Anuar o Anwar El Sadat murió un año y tres meses después que su amigo el Sha, en un atentado ocurrido durante un desfile militar en El Cairo. Y hasta el próximo lunes.

Queridos lectores, en un tema delicado como lo era el informar exactamente el peregrinar del Sha por el mundo antes de su muerte en Egipto, se generaron varias versiones, sin embargo he de hacer, por el respeto que me merecen, una corrección acerca del orden del periplo de sus viajes por el mundo desde su salida de Irán, donde al pie de la escalerilla del avión informó que se iba unos días a descansar a Asuán, en Egipto.

De ahí salió a Marruecos, siguió a las Bahamas, de donde salió efectivamente en el avión del banquero millonario Manuel Espinosa Yglesias rumbo a México, aunque ya venía enfermo de cáncer linfático. Tras su salida de México se dirige a E.U. a donde llega el 22 de octubre de 1979 para ingresar a un hospital. Dos semanas después estalla la crisis de los rehenes en Teherán, donde asaltan la embajada de E.U. retienen a los 50 diplomáticos y empleados, exigen la extradición del Sha lo que les fue negado por Washington. Sin embargo, el Sha se vio obligado a salir de E.U., ya había ocurrido el fracaso de su estancia en Acapulco y su salida de Cuernavaca a los pocos meses de llegar que les narré en mi pasada columna.

Llegan a Panamá y de ahí se dirigen de vuelta a Egipto, su destino final donde continuó su tratamiento médico que no surtió efecto pues murió el 27 de julio de 1980. Pero de vuelta a su estancia en Cuernavaca, otro de los que tuvo contacto con el Sha fue el entonces Notario Público Núm. 8, Alfredo Gutiérrez. Al saber que buscaban invertir en México, el Notario les ofreció mostrarles la mansión que estaba dispuesto a venderles en la CDMX, camino al Desierto de los Leones, el arquiteco Francisco Artigas.

A la cita llegó solo Farah Diba en helicóptero donde además de la recepción de Artigas, la esperaba el entonces regente de la CDMX Carlos Hank González acompañado de su familia, en señal de respeto. Quien esto escribe, hermana del Notario 8 de Cuernavaca, estuvo presente.

Fue una hermosa mañana en la que luego del recorrido por la mansión, cuyo techo se abría desde la cama del cuarto principal para poder observar las estrellas, entre otras magnificencias, al final se invitó a todos los presentes a tomar té con la exemperatriz en el hermoso recinto de la alberca cubierta. El trato de compra venta no se concretó. Semanas después, la salud del Sha se agravó y hubo de salir la comitiva real de México hacia los E.U. y bueno, aquí sigue el abogado Christian Derakshanfar, narrando:

“Antes de salir de Cuernavaca, le contó mi abuelo a mi padre Alí, que al ver el Sha que ya no necesitaría tanto personal pues su destino final sería Egipto con su amigo el entonces presidente Anuar El Sadat quien le ofreció asilo con la máxima seguridad, habló Mohammad Reza Pahleví ó Pahlevi, con su equipo de seguridad y les ofreció, como recompensa a su lealtad, brindarles la oportunidad de radicar donde quisieran y que él les ayudaría económicamente. Mi abuelo Hussein, firme pero con lágrimas en los ojos por dejar a su monarca, sabía que ya no lo volvería a ver –el Sha quien falleció un año después y fue enterrado con gran ceremonia en la mezquita Al-Rifa´i de El Cairo-, le expresó que era su deber regresar a Irán e incorporarse a la lucha armada a la par que proteger a su esposa Robab Sograbib, mi abuela, que quedó en Irán ya que aunque estaba concluyendo la revolución iraní que fue de 1978 al 79, estaba iniciando el conflicto bélico Irán-Irak que duraría de 1980 al 88. Mi padre Alí, lo quiso seguir. Habló con su suegro mexicano para notificarle que se llevaría a su familia, a lo que el suegro, mi abuelo materno mexicano Angel Barrón García, le dijo:

´Que tengas buen camino Alí y la suerte te acompañe pero mi hija y mi nieto se quedan aquí en Cuernavaca, allá correrían un gran peligro´. Alí partió a Irán con su padre Hussein quien al cabo de los años murió de viejo en Irán. Mi padre Alí ya no regresó nunca a México donde dejó familia en Cuernavaca. Sin embargo, hace nueve años, con esto de las redes sociales, me contactó una mujer de nombre Fariba quien me preguntó acerca de mis orígenes.

Le comenté el nombre de mi papá y me dijo: ´Alí fue mi hermano, por lo tanto aunque yo viva en Beverly Hills y tú en México, yo soy tu tía´. A partir de ese momento mi familia paterna de origen persa aumentó desde el exilio histórico y así cuando me preguntan: ´¿Eres árabe?´ de inmediato respondo: No se equivoquen. Soy mexicano con raíces persas a mucho orgullo”.

Cabe resaltar que el presidente Anuar o Anwar El Sadat murió un año y tres meses después que su amigo el Sha, en un atentado ocurrido durante un desfile militar en El Cairo. Y hasta el próximo lunes.