/ lunes 12 de febrero de 2024

'Aquel Cristo mexica' describe Xoxocotla

Fíjense, querdos lectores, que desde que escuché hablar del escritor Sergio Jiménez Benítez (1922-1983), pero sobre todo de los varios libros que escribió, me llamaron mucho la atención, les diré por qué.

Por ejemplo, uno de ellos “Azúcar Amarga”, trata de los años previos a convertirse en leyenda del guerrillero y último zapatista don Rubén Jaramillo, asesinado junto con casi toda su familia durante el período de Adolfo López Mateos, es un personaje que amerita estudiarlo más. Otro libro de Jiménez Benítez, cuyo sólo título es un poema, se trata de “Aquel Cristo Mexica”, de inmediato me evoca al pasado ancestral de su natal pueblo, antiguo Señorío prehispánico.

Xoxo-oco-tlan, voz de origen Náhuatl que significa “lugar de pinos verdes o de ocotes viejos”, representa en resumen en su glifo con las ondulaciones en su escudo, Pueblo Náhuatl fundado a orillas del río y pese a que es el municipio número 35, de los 36 morelenses, a pesar de lo nuevo de su creación política moderna, es uno de los lugares con más tradiciones y costumbres del Morelos ancestral.

Este antiguo Señorío, es cuna del escritor don Sergio Jiménez Benítez, autor de siete novelas catalogadas como antropológicas. Una de ellas es precisamente “Aquel Cristo Mexica”, cuyo libro acaba de presentar su hijo el abogado y maestro universitario Immer Sergio Jiménez Alfonzo que hoy es lo que me hace arañar la computadora, (que es para muchos el moderno papel). Con este libro, por si fuera poco, le fue otorgado a su autor un Premio Nacional de Literatura en 1946, publicado por primera vez en los Talleres Gráficos de la Nación en 1944, cuando su autor contaba con 22 años de edad.

Lo valioso de la aportación literaria de don Sergio, es que toda su obra es étnica o sea, conforme se avanza en su lectura, casi, casi se precibe el fuerte aroma a la tierra de la que proviene su autor. Déjenme decirles, que Xoxocotla cuenta con un rico pasado prehispánico que pese a su valía, aún no ha sido debidamente estudiado, aunque sí valorado por muchos.

Gracias a personajes como este autor y tal vez unos pocos más, entre ellos el profesor y promotor de la cultura náhuatl, Lucio Carpanta y de Ricardo Alberto Castañeda, médico indígena tradicional, que siendo oriundos de este poblado no olvidan en lo absoluto sus raíces. El escritor Jiménez Benítez entendió, estudió, investigó y supo valorar y rescatar de su pueblo su dinámica en el tiempo, su reproducción social, la multiplicidad de sus expresiones culturales y las relaciones que sostuvieron en la región considerada en un sentido más amplio, como un lugar de encuentro de varias culturas, sobre todo teniendo en la cercanía a Xochicalco, con gran influencia tolteca.

La reflexión de Jiménez Benítez que hace en cada uno de sus libros sobre la sociedad, el hombre y su comportamiento, tiene sus antecedentes en la problemática de la convivencia en pueblos y sociedades étnicas olvidadas por el progreso que como bien sabemos, no se detiene a esperar a ningún poblado. En sus obras, Jiménez Benitez se dedica al estudio de todos los aspectos de la naturaleza humana, lo que los sitúa en el terreno de la antropología como ciencia social.

Leyendo el prólogo del libro “Aquel Cristo Mexica”, que escribió Immer Sergio su hijo, nos percatamos “que en la vida y obra literaria de su padre se encuentra presenta la pasión del mexicano amoroso de las costumbres más bellas y autóctonas de nuestro país. Y la valentía del maestro preocupado por luchar contra lo que considera los más grandes enemigos de la humanidad: la pobreza, la ignorancia y la deshonestidad.

“Todos aquellos que pudimos conocer su pensamiento y su gran pragmática, -explica Immer- podemos dar testimonios que sus mejores esfuerzos fueron inspiradfos por el deseo de combatir tales lacras, y lograr el bienestar social de las clases desposeídas y de las comunidades indígenas a través del trabajo.

“En Aquel Cristo Mexica, Jiménez Benitez hace la narración poética de las costumbres Xocoltecas, sus místicas creencias y sus apasionados encantos, entrelazándolas con las leyendas tlahuicas y ubicándolas en la realidad histórica del México revolucionario con el gran Tlacatecutli (Gran Jefe) Emiliano Zapata. Y hasta pronto queridos lectores.

Fíjense, querdos lectores, que desde que escuché hablar del escritor Sergio Jiménez Benítez (1922-1983), pero sobre todo de los varios libros que escribió, me llamaron mucho la atención, les diré por qué.

Por ejemplo, uno de ellos “Azúcar Amarga”, trata de los años previos a convertirse en leyenda del guerrillero y último zapatista don Rubén Jaramillo, asesinado junto con casi toda su familia durante el período de Adolfo López Mateos, es un personaje que amerita estudiarlo más. Otro libro de Jiménez Benítez, cuyo sólo título es un poema, se trata de “Aquel Cristo Mexica”, de inmediato me evoca al pasado ancestral de su natal pueblo, antiguo Señorío prehispánico.

Xoxo-oco-tlan, voz de origen Náhuatl que significa “lugar de pinos verdes o de ocotes viejos”, representa en resumen en su glifo con las ondulaciones en su escudo, Pueblo Náhuatl fundado a orillas del río y pese a que es el municipio número 35, de los 36 morelenses, a pesar de lo nuevo de su creación política moderna, es uno de los lugares con más tradiciones y costumbres del Morelos ancestral.

Este antiguo Señorío, es cuna del escritor don Sergio Jiménez Benítez, autor de siete novelas catalogadas como antropológicas. Una de ellas es precisamente “Aquel Cristo Mexica”, cuyo libro acaba de presentar su hijo el abogado y maestro universitario Immer Sergio Jiménez Alfonzo que hoy es lo que me hace arañar la computadora, (que es para muchos el moderno papel). Con este libro, por si fuera poco, le fue otorgado a su autor un Premio Nacional de Literatura en 1946, publicado por primera vez en los Talleres Gráficos de la Nación en 1944, cuando su autor contaba con 22 años de edad.

Lo valioso de la aportación literaria de don Sergio, es que toda su obra es étnica o sea, conforme se avanza en su lectura, casi, casi se precibe el fuerte aroma a la tierra de la que proviene su autor. Déjenme decirles, que Xoxocotla cuenta con un rico pasado prehispánico que pese a su valía, aún no ha sido debidamente estudiado, aunque sí valorado por muchos.

Gracias a personajes como este autor y tal vez unos pocos más, entre ellos el profesor y promotor de la cultura náhuatl, Lucio Carpanta y de Ricardo Alberto Castañeda, médico indígena tradicional, que siendo oriundos de este poblado no olvidan en lo absoluto sus raíces. El escritor Jiménez Benítez entendió, estudió, investigó y supo valorar y rescatar de su pueblo su dinámica en el tiempo, su reproducción social, la multiplicidad de sus expresiones culturales y las relaciones que sostuvieron en la región considerada en un sentido más amplio, como un lugar de encuentro de varias culturas, sobre todo teniendo en la cercanía a Xochicalco, con gran influencia tolteca.

La reflexión de Jiménez Benítez que hace en cada uno de sus libros sobre la sociedad, el hombre y su comportamiento, tiene sus antecedentes en la problemática de la convivencia en pueblos y sociedades étnicas olvidadas por el progreso que como bien sabemos, no se detiene a esperar a ningún poblado. En sus obras, Jiménez Benitez se dedica al estudio de todos los aspectos de la naturaleza humana, lo que los sitúa en el terreno de la antropología como ciencia social.

Leyendo el prólogo del libro “Aquel Cristo Mexica”, que escribió Immer Sergio su hijo, nos percatamos “que en la vida y obra literaria de su padre se encuentra presenta la pasión del mexicano amoroso de las costumbres más bellas y autóctonas de nuestro país. Y la valentía del maestro preocupado por luchar contra lo que considera los más grandes enemigos de la humanidad: la pobreza, la ignorancia y la deshonestidad.

“Todos aquellos que pudimos conocer su pensamiento y su gran pragmática, -explica Immer- podemos dar testimonios que sus mejores esfuerzos fueron inspiradfos por el deseo de combatir tales lacras, y lograr el bienestar social de las clases desposeídas y de las comunidades indígenas a través del trabajo.

“En Aquel Cristo Mexica, Jiménez Benitez hace la narración poética de las costumbres Xocoltecas, sus místicas creencias y sus apasionados encantos, entrelazándolas con las leyendas tlahuicas y ubicándolas en la realidad histórica del México revolucionario con el gran Tlacatecutli (Gran Jefe) Emiliano Zapata. Y hasta pronto queridos lectores.