Como es del conocimiento de nuestros distinguidos lectores, el Presidente de la República ha propuesto iniciativas trascendentes, históricas, importantes, desde que del 2018 a la fecha asumió la titularidad del Poder Ejecutivo Federal.
Por metodología se les fue llamando un grupo de modificaciones a la Constitución o a leyes secundarias o a los Órganos Constitucionales Autónomos, el “Plan A” y después utilizando la fuerza de los decretos y el rechazo de los órganos judiciales se creó como alternativa el Plan B; de ahí en adelante cualquier otra mención es metafórica, es hiperbólica, es coloquial, porque ni metodológica ni sistemáticamente el Presidente habló de un Plan C, como sí lo hizo con el Plan A y el Plan B en cuanto a iniciativas de ley formales.
La expresión, la denominación, la frase Plan C, surgió a raíz del rechazo que se fue estableciendo cotidiana y reiteradamente a las iniciativas y propuestas de Andrés Manuel por parte del Poder Judicial Federal. Como algo, sin metáforas, perdido en el desierto, se habló de que si no funciona el Plan A está el B, y un día en una mañanera dijo Andrés Manuel, pues tenemos un Plan C; y resulta que en realidad fue un recurso retórico, de fijar la agenda en la mañanera, de atraer la atención de los diferentes medios para difundir sus programas y sus planes, y en eso el denominado Plan C consistió en convocar, ponderar, llamar al pueblo a sufragar, en el caso específico de la Doctora Claudia Sheinbaum el día de las elecciones, haciendo hincapié el Presidente, y después por los medios digitales y otras maneras de difundir, que la gente saliera a votar masivamente, que procurarán en las elecciones de junio del presente año, que fuera de tal manera la manifestación del sufragio efectivo, que hubiera, que es el fenómeno que está ocurriendo en este momento, una representación directa de MORENA, del Partido Verde y del Partido del Trabajo, y que la representación de cada uno de esos partidos en lo institucional fuera del 8%, pero no en coalición porque éstas no existen, lo que existen son partidos; y en ese sentido se siguió manejando la hipótesis y más supuestos de rechazar y meter acciones de inconstitucionalidad, y otro tipo de recursos, para que no se pusieran en vigor las reformas de Andrés Manuel.
El Plan C, dicho lisa y llanamente, se convirtió en un mandato de aproximadamente 36 millones de personas que votamos, que sufragamos, que estamos convencidos de lo bien que le ha hecho al país Andrés Manuel, que acudimos masivamente a las urnas con amigos, familiares, vecinos, y así, una idea, un proyecto, una expresión coloquial, como dijimos, cuando el Presidente inventó las palabras Plan C, se convirtió en un mandato en el país que emitimos 36 millones de personas, al proponer la aprobación de las diferentes reformas que están en discusión.
Se ha hablado de que la reforma constitucional, lo que está ocurriendo ahora va sin cambios, a aprobar las 20 iniciativas del Ejecutivo Federal y que las reservas se adjuntarán para que se discuta en el pleno de la próxima legislatura.
Es muy importante para terminar, reiterar que el Plan C, la sugerencia, la inquietud de Andrés Manuel, se convirtió en un mandato legal cuando 36 millones de mexicanos votamos por Sheinbaum, para que continúe la Cuarta Transformación, y en el caso concreto, -esto muy importante distinguidos lectores-, las 20 iniciativas que presentó el Presidente López Obrador, no incluyen la reforma al Poder Judicial; ésto es otra hipótesis que se va a manejar de diferente manera, que tendrá que ir a Comisiones y después al Pleno para que se discuta, eso seguramente la reforma se aprobará en el mes de agosto, pero la nueva legislatura, a partir del mes de septiembre, tendrá que programar, calendarizar, fijar horarios, la temática, para que se entre, primero al diagnóstico, la situación actual del Poder Judicial de la Federación y de ahí tomar las decisiones.
Conclusiones
Primera: El Plan C es diferente a lo que en su momento surgió como el Plan A y el Plan B.
Segunda: La intención de Andrés Manuel, del partido MORENA, del Partido del Trabajo y del Partido Verde, fue competir con sus propios candidatos y dió como resultado, que al ganar, ya los que votamos hemos escogido, no es necesario que haya diputados plurinominales, ya está definido por los que cada partido ganó.
Tercera: No es la opinión de un hombre, no es el deseo de Andrés Manuel, no es la posibilidad de una ocurrencia; todo eso se convirtió en una realidad, que ahora hemos mandatado 36 millones de mexicanos, para que se hagan las reformas constitucionales correspondientes.
Licenciado en Derecho. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com