Convertida en certeza para miles de maestros que se han sentido agraviados por el gobierno y no representados por su sindicato, la posibilidad de que el cambio de régimen que inicia en septiembre próximo y concluye en el plano federal el 1 de diciembre, deje en libertad a Elba Esther Gordillo Morales presidenta vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, ha puesto a temblar y a trabajar a marchas forzadas a Juan Díaz de la Torre y todos sus allegados en las dirigencias nacional y seccionales de la organización gremial a la que sus propios agremiados dieron un golpe terrible el 1 de julio pasado al prácticamente dejar sin partido a su organización.
Si Gordillo Morales logra su libertad, aseguran, buscará regresar a la presidencia del SNTE, en cuya toma de nota dicen que está, lo que le daría facultades para buscar remover a gran parte de la dirigencia nombrada bajo el comando y coordinación de Juan Díaz. De ser así, la transición en el sindicato será sencilla, aseguran, de arriba hacia abajo y beneficiará a aquellos que en diversos momentos de la historia reciente rompieron con las dirigencias seccionales y nacional. El regreso de “la maestra”, beneficiaría a muchos de los morelenses que fueron damnificados políticos del control político al estilo SNTE, que impuso la dirigencia nacional de Juan Díaz y que funcionó durante un rato.
La alternativa a ese cambio es la toma por la fuerza política de las dirigencias nacional y seccionales por la vía de dos organizaciones y una corriente sindical visiblemente cercanas a Elba Esther; las Redes Sociales Progresistas, RSP, de Rafael Ochoa Guzmán, que apoyaron abiertamente la campaña de Andrés Manuel López Obrador por línea del gordillismo; Maestros por México, MxM, de Tomás Vázquez Vigil, que tiene representación ya en muchas ciudades del país y que también expresó simpatía por López Obrador durante la reciente campaña; y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE, operada por Gordillo Morales como su oposición leal y grupo de choque fiel siempre que le fue necesario. En efecto, la maestra fue una política indolente durante las dos décadas que estuvo al frente del SNTE, pero nadie dudó nunca de su eficiencia.
Cualquiera de las dos fórmulas, por cierto, pasa por el reposicionamiento de quienes forman RSP, MxM y la CNTE, y aunque en el plano local la coordinadora está prácticamente extinta luego de los embates de los institucionales de la propia Elba Esther Gordillo en el 2008 y los subsiguientes a manos de Juan Díaz de la Torre; RSP y MxM están bastante vivas –de hecho la última recién formó su capítulo Cuernavaca; y la peor de las noticias, incluye a muchos maestros que fueron prácticamente expulsados del comité seccional en Morelos con la llegada de la actual dirigencia.
Probablemente frente a esta lógica sean los llamados desesperados a la unidad magisterial que hacen dirigentes actuales del sindicato advirtiendo que la situación política actual del país los pone en riesgo y que debe defenderse al SNTE para evitar abusos del gobierno. Lo cierto es que el replanteamiento de la reforma educativa requiere de un sindicato fuerte y representativo, y probablemente a ello ayude la oxigenación de la dirigencia que para muchos dejará Juan Díaz antes de que inicie el nuevo ciclo escolar. Se ve difícil, sin embargo, en caso de darse por la vía política, la liberación de Gordillo Morales se daría a fines de 2018, ya con Andrés Manuel López Obrador en la presidencia; pero mientras, el piso en el SNTE se está moviendo, y no sólo son los tremores.
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