/ martes 13 de junio de 2023

Halcones Oaxtepec nació para ser grande

La franquicia que llegó a ser del IMSS junto al Atlante, logró en poco tiempo ascender de la tercera a la primera división

En el firmamento del futbol mexicano hay cuatro equipos llamados grandes:

  • América
  • Guadalajara
  • Cruz Azul
  • Pumas

Catalogados así por la gran cantidad de afición que arrastran a lo largo y ancho de territorio nacional.

Los títulos que han obtenido son parte trascendental de su historia y jerarquía. Eso hace que la gente los siga, pero en el estado de Morelos hubo un equipo que, si bien no ganó más que dos ascensos y tuvo un paso fugaz por el máximo circuito de apenas un par de temporadas, logró reunir más gente en sus juegos de local que otros equipos campeones de nuestra liga nacional.

Se trata de los Halcones de Oaxtepec IMSS, un equipo que en los únicos 38 partidos que jugó como local en el pequeño estadio del Centro Vacacional Oaxtepec durante dos temporadas, 1982-83 y 1983-84, casi siempre tuvo llenos espectaculares.

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Muy diferente sucedió con los Rayos del Necaxa, que en sus mejores años, en la década de los 90, con todo y ser el equipo que dominó la Liga con figuras como el “Ratón” Zarate, Ivo Basay, Alex Aguinaga, Zague, y Ricardo Peláez, entre otros, no logró tener ese arrastre entre la afición capitalina y terminó en Aguascalientes.

Desolado lucía el coloso de Santa Úrsula cada vez que los Rayos jugaban.

Panorama muy distinto se veía en un estadio pequeño como el Olímpico del Centro Vacacional Oaxtepec IMSS, que albergaba cada 15 días a cerca de 15 mil espectadores que se daban cita buscando ver volar al halcón.

Un gran calor humano se dejaba sentir cada que jugaba el equipo de colores verde y blanco, tradicionales en todos los equipos morelenses del circuito profesional.

Cortesía | Pelota Azteca

Mandó a Zacatepec a segunda

Al CVO llegaban aficionados de toda la región del estado, incluso de la capital morelense y su zona metropolitana, afición que estaba necesitada de ver futbol del máximo circuito en una época cuando el equipo grande de la entidad, los Cañeros del Zacatepec, subían y bajaban de primera a segunda división.

A ese equipo Cañero, Oaxtepec lo enfrentó en su primera temporada y lo superó en los dos partidos, lo que le costó descender a la división de ascenso con solo 30 puntos conseguidos, por los 32 que sumaron los Halcones.

La joven franquicia morelense, si bien no pudo meterse a lugares de liguilla en las dos temporadas, pues estuvieron más tiempo en la parte baja de la tabla, fue un equipo que en su cancha se hacía respetar, comentan aficionados que no se perdieron ningún partido.

Experiencia en el estadio

“Si el estadio era chico, el estacionamiento era vasto, llegamos a contar más de 50 autobuses que llegaban con porra de varias partes del país, era la locura cada que había juegos en el Olímpico, más cuando llegaban los grandes como América y Guadalajara, la gente no cabía y se subía hasta las lámparas del alumbrado, otras se quedaban afuera en las áreas verdes para aunque sea escuchar los gritos de emoción que salían del pequeño estadio”, menciona César Lucero Chalpeño, en ese tiempo, trabajador de mantenimiento.

“Nuestro trabajo en el CVO del IMSS era en el área de Conservación, que se hacía cargo de todas las instalaciones del Centro Vacacional, plomería, electricidad, etcétera, e incluso la jardinería; los días de juego éramos una cuadrilla de unos 20 trabajadores que esperábamos el final del partido para entrar a limpiar, barrer y hasta lavar cuando la gente tiraba refresco o cerveza, algo que era muy común”.

Sigue leyendo: Homenaje al excañero Manuel Vergara Salgado en Zacatepec

Como trabajadores, agrega el entrevistado, “estábamos adentro, pero más que disfrutar del partido, era para atender cualquier contingencia, aunque no faltaban compañeros que hasta formaban parte de la porra; el equipo tenía dos, una grande en sombra de casi mil personas y otra más pequeña en sol; afortunadamente durante el tiempo que tuvimos futbol de primera no hubo desgracias mayores”.

“Lo único fuerte que recuerdo fue cuando Chivas perdió con nuestros Halcones, 2-1; esa vez la afición que vino en buen número a apoyar al Guadalajara se metió muy duro con los propios jugadores de su equipo; les arrojaron de todo, hasta cerveza en botella. Afortunadamente no lesionaron a nadie, pero entre todo lo que arrojaron nos dejaron un verdadero mugrero y tuvimos al final que limpiar y hasta lavar con una pipa que siempre nos apoyaba con el derrame de los líquidos”.

Los sábado por la tarde, una corta tradición

Rubén García, otro empleado ya jubilado, agrega que él como aficionado al futbol “cada que se podía por mi trabajo que era de guardavidas en el balneario, me metía al estadio para ver aunque sea una parte de los partidos; recuerdo que el equipo jugaba los sábados a las 4 de la tarde pero a veces se recorría a las 5, lo que me beneficiaba porque todavía podía ver aunque sea medio tiempo, ya que mi labor en las albercas terminaba a las 6, de tal suerte que corría al estadio para ver el segundo tiempo”, recuerda.

“No me perdía ni los entrenamientos del equipo. Como trabajador tenía una vista exclusiva de sus entrenamientos”.

Y es que los llamados Potros de Hierro eran también propiedad del IMSS, por lo que Oaxtepec IMSS y Atlante IMSS, nombres oficiales de ambos clubes, se prestaban instalaciones de entrenamiento y hasta jugadores pues el conjunto atlantista también solía venir a trabajar una vez por semana a la comunidad morelense.

La fuerte carga salarial de sostener a dos equipos en Primera pronto resultó imposible de sostener por el ente de gobierno.

De lo bueno, muy poco

Oaxtepec había ascendido en apenas tres años desde Tercera a la Primera División.

En la temporada 1979-80 jugó su primera temporada en el circuito de ascenso y rápidamente logró el campeonato para subir a la Segunda División.

Ya en este circuito, en su segundo torneo logró coronarse para pasar a ser equipo del máximo circuito con el ascenso conseguido en la temporada 1981-82.

Así, la joven franquicia del Oaxtepec IMSS, reforzado con jugadores de su “hermano” el Atlante principalmente, debutó en la máxima categoría al torneo siguiente, jugando su primer encuentro de la temporada 82-83 como benjamín del circuito enfrentando al América de Carlos Reinoso de visita en el mundialista estadio Azteca, partido que perdió por 2 a 0.

Su debut como local fue en la segunda jornada recibiendo a la Jaiba Brava del Tampico Madero, a quien superó por 1 a 0.

Los resultados en casa en esa temporada para los de verde y blanco fueron con altibajos: en la semana 4 goleó al Atlas 4-0, en la 6 el Monterrey fue la víctima 2 por 0; en la 8 sufrió su primer derrota con el Puebla por 1-2; en la 10 empató a 2 con los Coyotes del Neza; en la 12 jugó el clásico morelense con el Zacatepec a quien derrotó 2-1; luego en la 14 empató con los Tecos de la UAG a 2 goles; en la 16 goleó al Morelia 4-0; y en la 19 cerró con un segundo revés en casa con Pumas por 1-2.

Para la segunda vuelta recibieron al América perdiendo como en su debut por 0-2 en la fecha 20; en la 22, el Atlético Potosino lo sorprendió al vencerlo por 1-2; en la 24 nuevo revés frente a Leones Negros de la U de G por 0-3; en la 26 recibió a su hermano el Atlante y perdió su tercer partido al hilo por 1-4.

Para la 28 el Cruz Azul pagó los platos rotos con triunfo morelense por 1-0; en la 30 se les apareció el “diablo” y volvieron a caer por 1-2 con el Toluca; en la 32 recuperaron terreno al derrotar al Guadalajara por 2 a 1; en la 34 igualaron a 2 con los Tigres; en la 36 perdieron con Necaxa por 1-3, y cerraron en la 37 con empate a 2 con “los esmeralda” de León.

En total Oaxtepec en casa durante su debut en el circuito bajo el mando técnico Edelmiro “Picao” Arnauda, sumó ocho derrotas, por siete victorias y cuatro empates.

De visita perdieron dos juegos más (10), empataron cuatro y ganaron cinco.

Temporada 83-84, la despedida

En la temporada siguiente, Oaxtepec estrenó técnico. Su portero titular Ricardo La Volpe se retiró del futbol para convertirse en el estratega del equipo.

Con el argentino al mando no pasó gran cosa y Halcones solo sumaron un punto más, 33, otra vez en cuarto lugar, superado en el grupo sólo por diferencia de goles por la U de G que se ubicó tercero.

Con esos números tampoco estuvo cerca de clasificar a liguilla, donde Cruz Azul con 41 y Tigres con 40 fueron los elegidos para la fiesta final.

Los resultados en casa fueron 9 triunfos con éxitos sobre León 2-1 en la fecha 2; contra Necaxa por 2-0 en la 11; en la 19, 2-0 sobre Tigres; en la 24, 1-0 sobre Tampico Madero; en la 27 por 3-2 al Atlas; en la 31, 4-3 contra el Unión de Curtidores; en la 33 por 2-0 ante Puebla; en la 35, 3-0 al Potosino; y en la 37, 1-0 sobre U de G.

Se empató aquí en cuatro duelos: ante Morelia en la jornada 4 a 1 gol; en la 9 frente al Monterrey a 2; en la 13 con el Cruz Azul 0-0; y en la 15 con el Neza a 1.

Y las derrotas fueron 6: con Toluca 1-3, con Chivas 1-4, con Tecos UAG mismo marcador, ante el América 1-2, frente al Atlante 1-0, y con Pumas 0-2.

Terminada esa temporada y pese a las buenas entradas en el estadio, la directiva de Halcones tuvo que vender al equipo ya que los gastos sumados a los del Atlante, ya no eran sostenibles para el Seguro Social.

Así el Oaxtepec IMSS terminó en Puebla donde cambiaron el nombre a Ángeles, franquicia que tampoco duró más allá de cuatro torneos y terminó mudándose a Torreón para convertirse en Santos Laguna, donde aún a la fecha, se mantiene en el máximo circuito logrando seis campeonatos, una franquicia de equipo chico en Morelos pero que nació para ser grande en el máximo circuito.



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En el firmamento del futbol mexicano hay cuatro equipos llamados grandes:

  • América
  • Guadalajara
  • Cruz Azul
  • Pumas

Catalogados así por la gran cantidad de afición que arrastran a lo largo y ancho de territorio nacional.

Los títulos que han obtenido son parte trascendental de su historia y jerarquía. Eso hace que la gente los siga, pero en el estado de Morelos hubo un equipo que, si bien no ganó más que dos ascensos y tuvo un paso fugaz por el máximo circuito de apenas un par de temporadas, logró reunir más gente en sus juegos de local que otros equipos campeones de nuestra liga nacional.

Se trata de los Halcones de Oaxtepec IMSS, un equipo que en los únicos 38 partidos que jugó como local en el pequeño estadio del Centro Vacacional Oaxtepec durante dos temporadas, 1982-83 y 1983-84, casi siempre tuvo llenos espectaculares.

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Muy diferente sucedió con los Rayos del Necaxa, que en sus mejores años, en la década de los 90, con todo y ser el equipo que dominó la Liga con figuras como el “Ratón” Zarate, Ivo Basay, Alex Aguinaga, Zague, y Ricardo Peláez, entre otros, no logró tener ese arrastre entre la afición capitalina y terminó en Aguascalientes.

Desolado lucía el coloso de Santa Úrsula cada vez que los Rayos jugaban.

Panorama muy distinto se veía en un estadio pequeño como el Olímpico del Centro Vacacional Oaxtepec IMSS, que albergaba cada 15 días a cerca de 15 mil espectadores que se daban cita buscando ver volar al halcón.

Un gran calor humano se dejaba sentir cada que jugaba el equipo de colores verde y blanco, tradicionales en todos los equipos morelenses del circuito profesional.

Cortesía | Pelota Azteca

Mandó a Zacatepec a segunda

Al CVO llegaban aficionados de toda la región del estado, incluso de la capital morelense y su zona metropolitana, afición que estaba necesitada de ver futbol del máximo circuito en una época cuando el equipo grande de la entidad, los Cañeros del Zacatepec, subían y bajaban de primera a segunda división.

A ese equipo Cañero, Oaxtepec lo enfrentó en su primera temporada y lo superó en los dos partidos, lo que le costó descender a la división de ascenso con solo 30 puntos conseguidos, por los 32 que sumaron los Halcones.

La joven franquicia morelense, si bien no pudo meterse a lugares de liguilla en las dos temporadas, pues estuvieron más tiempo en la parte baja de la tabla, fue un equipo que en su cancha se hacía respetar, comentan aficionados que no se perdieron ningún partido.

Experiencia en el estadio

“Si el estadio era chico, el estacionamiento era vasto, llegamos a contar más de 50 autobuses que llegaban con porra de varias partes del país, era la locura cada que había juegos en el Olímpico, más cuando llegaban los grandes como América y Guadalajara, la gente no cabía y se subía hasta las lámparas del alumbrado, otras se quedaban afuera en las áreas verdes para aunque sea escuchar los gritos de emoción que salían del pequeño estadio”, menciona César Lucero Chalpeño, en ese tiempo, trabajador de mantenimiento.

“Nuestro trabajo en el CVO del IMSS era en el área de Conservación, que se hacía cargo de todas las instalaciones del Centro Vacacional, plomería, electricidad, etcétera, e incluso la jardinería; los días de juego éramos una cuadrilla de unos 20 trabajadores que esperábamos el final del partido para entrar a limpiar, barrer y hasta lavar cuando la gente tiraba refresco o cerveza, algo que era muy común”.

Sigue leyendo: Homenaje al excañero Manuel Vergara Salgado en Zacatepec

Como trabajadores, agrega el entrevistado, “estábamos adentro, pero más que disfrutar del partido, era para atender cualquier contingencia, aunque no faltaban compañeros que hasta formaban parte de la porra; el equipo tenía dos, una grande en sombra de casi mil personas y otra más pequeña en sol; afortunadamente durante el tiempo que tuvimos futbol de primera no hubo desgracias mayores”.

“Lo único fuerte que recuerdo fue cuando Chivas perdió con nuestros Halcones, 2-1; esa vez la afición que vino en buen número a apoyar al Guadalajara se metió muy duro con los propios jugadores de su equipo; les arrojaron de todo, hasta cerveza en botella. Afortunadamente no lesionaron a nadie, pero entre todo lo que arrojaron nos dejaron un verdadero mugrero y tuvimos al final que limpiar y hasta lavar con una pipa que siempre nos apoyaba con el derrame de los líquidos”.

Los sábado por la tarde, una corta tradición

Rubén García, otro empleado ya jubilado, agrega que él como aficionado al futbol “cada que se podía por mi trabajo que era de guardavidas en el balneario, me metía al estadio para ver aunque sea una parte de los partidos; recuerdo que el equipo jugaba los sábados a las 4 de la tarde pero a veces se recorría a las 5, lo que me beneficiaba porque todavía podía ver aunque sea medio tiempo, ya que mi labor en las albercas terminaba a las 6, de tal suerte que corría al estadio para ver el segundo tiempo”, recuerda.

“No me perdía ni los entrenamientos del equipo. Como trabajador tenía una vista exclusiva de sus entrenamientos”.

Y es que los llamados Potros de Hierro eran también propiedad del IMSS, por lo que Oaxtepec IMSS y Atlante IMSS, nombres oficiales de ambos clubes, se prestaban instalaciones de entrenamiento y hasta jugadores pues el conjunto atlantista también solía venir a trabajar una vez por semana a la comunidad morelense.

La fuerte carga salarial de sostener a dos equipos en Primera pronto resultó imposible de sostener por el ente de gobierno.

De lo bueno, muy poco

Oaxtepec había ascendido en apenas tres años desde Tercera a la Primera División.

En la temporada 1979-80 jugó su primera temporada en el circuito de ascenso y rápidamente logró el campeonato para subir a la Segunda División.

Ya en este circuito, en su segundo torneo logró coronarse para pasar a ser equipo del máximo circuito con el ascenso conseguido en la temporada 1981-82.

Así, la joven franquicia del Oaxtepec IMSS, reforzado con jugadores de su “hermano” el Atlante principalmente, debutó en la máxima categoría al torneo siguiente, jugando su primer encuentro de la temporada 82-83 como benjamín del circuito enfrentando al América de Carlos Reinoso de visita en el mundialista estadio Azteca, partido que perdió por 2 a 0.

Su debut como local fue en la segunda jornada recibiendo a la Jaiba Brava del Tampico Madero, a quien superó por 1 a 0.

Los resultados en casa en esa temporada para los de verde y blanco fueron con altibajos: en la semana 4 goleó al Atlas 4-0, en la 6 el Monterrey fue la víctima 2 por 0; en la 8 sufrió su primer derrota con el Puebla por 1-2; en la 10 empató a 2 con los Coyotes del Neza; en la 12 jugó el clásico morelense con el Zacatepec a quien derrotó 2-1; luego en la 14 empató con los Tecos de la UAG a 2 goles; en la 16 goleó al Morelia 4-0; y en la 19 cerró con un segundo revés en casa con Pumas por 1-2.

Para la segunda vuelta recibieron al América perdiendo como en su debut por 0-2 en la fecha 20; en la 22, el Atlético Potosino lo sorprendió al vencerlo por 1-2; en la 24 nuevo revés frente a Leones Negros de la U de G por 0-3; en la 26 recibió a su hermano el Atlante y perdió su tercer partido al hilo por 1-4.

Para la 28 el Cruz Azul pagó los platos rotos con triunfo morelense por 1-0; en la 30 se les apareció el “diablo” y volvieron a caer por 1-2 con el Toluca; en la 32 recuperaron terreno al derrotar al Guadalajara por 2 a 1; en la 34 igualaron a 2 con los Tigres; en la 36 perdieron con Necaxa por 1-3, y cerraron en la 37 con empate a 2 con “los esmeralda” de León.

En total Oaxtepec en casa durante su debut en el circuito bajo el mando técnico Edelmiro “Picao” Arnauda, sumó ocho derrotas, por siete victorias y cuatro empates.

De visita perdieron dos juegos más (10), empataron cuatro y ganaron cinco.

Temporada 83-84, la despedida

En la temporada siguiente, Oaxtepec estrenó técnico. Su portero titular Ricardo La Volpe se retiró del futbol para convertirse en el estratega del equipo.

Con el argentino al mando no pasó gran cosa y Halcones solo sumaron un punto más, 33, otra vez en cuarto lugar, superado en el grupo sólo por diferencia de goles por la U de G que se ubicó tercero.

Con esos números tampoco estuvo cerca de clasificar a liguilla, donde Cruz Azul con 41 y Tigres con 40 fueron los elegidos para la fiesta final.

Los resultados en casa fueron 9 triunfos con éxitos sobre León 2-1 en la fecha 2; contra Necaxa por 2-0 en la 11; en la 19, 2-0 sobre Tigres; en la 24, 1-0 sobre Tampico Madero; en la 27 por 3-2 al Atlas; en la 31, 4-3 contra el Unión de Curtidores; en la 33 por 2-0 ante Puebla; en la 35, 3-0 al Potosino; y en la 37, 1-0 sobre U de G.

Se empató aquí en cuatro duelos: ante Morelia en la jornada 4 a 1 gol; en la 9 frente al Monterrey a 2; en la 13 con el Cruz Azul 0-0; y en la 15 con el Neza a 1.

Y las derrotas fueron 6: con Toluca 1-3, con Chivas 1-4, con Tecos UAG mismo marcador, ante el América 1-2, frente al Atlante 1-0, y con Pumas 0-2.

Terminada esa temporada y pese a las buenas entradas en el estadio, la directiva de Halcones tuvo que vender al equipo ya que los gastos sumados a los del Atlante, ya no eran sostenibles para el Seguro Social.

Así el Oaxtepec IMSS terminó en Puebla donde cambiaron el nombre a Ángeles, franquicia que tampoco duró más allá de cuatro torneos y terminó mudándose a Torreón para convertirse en Santos Laguna, donde aún a la fecha, se mantiene en el máximo circuito logrando seis campeonatos, una franquicia de equipo chico en Morelos pero que nació para ser grande en el máximo circuito.



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