/ miércoles 1 de noviembre de 2023

Acapulco, destrozado por el huracán 'Otis'

Bajo el impacto devastadorde vientos de 260 kilómetros por hora, la Costa Grande de Guerrero, y en especial el puerto de Acapulco, fueron destrozadosen la madrugada del 25 de octubre por el huracán “Otis”, de categoría 5, el más destructivo que haya golpeado las costas del Pacífico mexicano en los últimos treinta años.

Este meteoroarrasó la costa de Guerrero de manera excepcionalmente dura. Uno de los últimosciclones catastróficos que se abatió sobre la región fue el huracán “Paulina”, que causó graves daños en octubre de 1977. En México siempre ha sido previsible la llegada de estos fenómenos naturales en esta temporada.

Los huracanes provocan alarma moderada en la época de mayo a noviembre, porque la experiencia del gobierno federal se ha hecho muy amplia en el control de los daños que habitualmente provocan. Incluso, el huracán inmediato anterior de 2023, Norma, que azotó las costas de Sinaloa y Baja California el 19 de octubre, se degradó rápidamente a tormenta tropical y causó pocos daños materiales, sin generarpérdida de vidas humanas.

El huracán “Otis” se convirtió en un fenómeno devastador básicamente por razones que se relacionan con el cambio climático. El calentamiento global, que genera aumento en la temperatura de las aguas en la región media del continente, trajo como consecuencia que, de una tormenta tropical –como las decenas que se generan en la región centroamericana-- se haya convertido rápidamente en un meteoro de categoría 5, con vientos de 260 kilómetros por hora en solo unas pocas horas. Además de que su velocidad de traslado se incrementó de manera notable.

Los técnicos y científicos que estudian estos fenómenos están investigando las causas de ese comportamiento tan atípico. Hay muchas cuestiones pendientes, con dos temas principales: primero, los científicos se preguntan por qué una tormenta tropical se convirtió en un devastador huracán en tan solo doce horas, pasando rápidamente a incrementar la fuerza y destructividad de sus vientos; y segundo, por qué no tuvo el comportamiento pronosticado, o sea, que su fuerza disminuyera antes de tocar tierra, porqueOtis solo se disolvió después de golpear y causar graves daños a instalaciones, equipos, edificios y la muerte de personas.

En el aspecto político, los grupos conservadores del PRIAN están tratando de aprovechar el desastre para atacary desprestigiar al gobierno alegando diversas causas. Se lanzaron de inmediato –antes de analizar y meditar sobre las causas de fondo—contra el gobierno de AMLO por haber suprimido los fideicomisos que hasta 2018 sirvieron comofondos para proteger a la población en caso de desastres (Fonden).

El propio presidente López Obrador rechazó las acusaciones y explicó que todos los recursos del gobierno se están poniendo a disposición de la población. El mandatario acudió de inmediato a la zona de desastre, sorteando los obstáculos interpuestos por las intensas lluvias y deslaves.

Posteriormente, al regresar a la capital, López Obrador tomó en sus manos el control de las operaciones humanitarias y de auxilio a la población desde sus oficinas del Palacio Nacional. Ha estado en contacto permanente con miembros de su gabinete, en especial con los secretarios de Defensa y Marina. Prácticamente todo el gabinete, además de la gobernadora del Estado, Evelyn Salgado, se han aplicado en la coordinación de las tareas de auxilio a la población.Ayer el presidente AMLO propuso a la SCJN que se establezca un acuerdo para que los 15 mil millones de pesos de los fideicomisos, sean entregados ara reparar los daños del huracán.

En la zona del desastre se han concentrado más de 15 mil soldados, marinos y guardias nacionales, ejecutando los programas de emergencia. Se ha restablecido en más de 80%la energía eléctrica en la mayoría de las colonias, así como las comunicaciones por teléfono, aunque con muchas fallas; se han repartido miles de despensas y agua potable y se han establecido centros comunitarios donde la población ha podido consumir alimentos calientes en este momento de emergencia.En los lugares afectados por el siniestro, están trabajando más de 2 mil servidores de la Nación, personas que están levantando el censo de los daños casa por casa.

Debido al caos y la confusión, en las colonias de desató el pillaje. Las fuerzas armadas han restablecido el orden y han tomado bajo su control varias zonas comerciales y las gasolineras, donde algunos grupos han intentado robar víveres y gasolina. En especial, los guardias y soldados han tomado bajo resguardo las gasolineras, porque los saqueadores intentaron extraer combustible de manera ilegal, poniendo en riesgo a la población por el manejo irresponsable de los depósitos de combustible.

El número de muertos hasta el momento es de 45, a los cuales se agregan los desaparecidos, cuya lista asciende a 47, de acuerdo con cifras del gobierno de Guerrero. Muchos han sido localizados por brigadas que se formaron con ese propósito. Se está buscando entre las embarcaciones hundidas, porque algunas personas permanecieron en los yates que tenían bajo custodia. El próximo fin de semana llegará una grúa marítima para extraer del mar esas embarcaciones, por lo que es posible que se encuentren más cadáveres.

En otro aspecto, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, explicó en varias entrevistas que a principios del actual gobierno solo desapareció la figura del fideicomiso para desastres (Fonden) estructura burocrática que repartía los recursos, pero no desaparecieron el dinero ni los apoyos de que dispone la administración pública para atender tales eventos. El gobierno tiene disponibles fondos suficientes para auxiliar a la población, incluyendo dinero en caja, además de seguros y recursos para emplear en eventos catastróficos.

Al respecto, Yorio informó que el gobierno maneja tres tipos de recursos: los que se inscriben dentro del presupuesto porque habitualmente se presentan este tipo de fenómenos: esa cuenta tiene 18 mil millones de pesos; también existen seguros por 5 mil millones de pesos para atender eventos no tan habituales, pero que ocasionalmente llegan a presentarse. Además, para enfrentar eventos de gran magnitud se destinan 32 mil millones de pesos. Y finalmente, hay bonos catastróficos que se han convenido con otros países, cuyos recursos se elevan a 480 millones de dólares (unos 9 mil millones de pesos).

Bajo el impacto devastadorde vientos de 260 kilómetros por hora, la Costa Grande de Guerrero, y en especial el puerto de Acapulco, fueron destrozadosen la madrugada del 25 de octubre por el huracán “Otis”, de categoría 5, el más destructivo que haya golpeado las costas del Pacífico mexicano en los últimos treinta años.

Este meteoroarrasó la costa de Guerrero de manera excepcionalmente dura. Uno de los últimosciclones catastróficos que se abatió sobre la región fue el huracán “Paulina”, que causó graves daños en octubre de 1977. En México siempre ha sido previsible la llegada de estos fenómenos naturales en esta temporada.

Los huracanes provocan alarma moderada en la época de mayo a noviembre, porque la experiencia del gobierno federal se ha hecho muy amplia en el control de los daños que habitualmente provocan. Incluso, el huracán inmediato anterior de 2023, Norma, que azotó las costas de Sinaloa y Baja California el 19 de octubre, se degradó rápidamente a tormenta tropical y causó pocos daños materiales, sin generarpérdida de vidas humanas.

El huracán “Otis” se convirtió en un fenómeno devastador básicamente por razones que se relacionan con el cambio climático. El calentamiento global, que genera aumento en la temperatura de las aguas en la región media del continente, trajo como consecuencia que, de una tormenta tropical –como las decenas que se generan en la región centroamericana-- se haya convertido rápidamente en un meteoro de categoría 5, con vientos de 260 kilómetros por hora en solo unas pocas horas. Además de que su velocidad de traslado se incrementó de manera notable.

Los técnicos y científicos que estudian estos fenómenos están investigando las causas de ese comportamiento tan atípico. Hay muchas cuestiones pendientes, con dos temas principales: primero, los científicos se preguntan por qué una tormenta tropical se convirtió en un devastador huracán en tan solo doce horas, pasando rápidamente a incrementar la fuerza y destructividad de sus vientos; y segundo, por qué no tuvo el comportamiento pronosticado, o sea, que su fuerza disminuyera antes de tocar tierra, porqueOtis solo se disolvió después de golpear y causar graves daños a instalaciones, equipos, edificios y la muerte de personas.

En el aspecto político, los grupos conservadores del PRIAN están tratando de aprovechar el desastre para atacary desprestigiar al gobierno alegando diversas causas. Se lanzaron de inmediato –antes de analizar y meditar sobre las causas de fondo—contra el gobierno de AMLO por haber suprimido los fideicomisos que hasta 2018 sirvieron comofondos para proteger a la población en caso de desastres (Fonden).

El propio presidente López Obrador rechazó las acusaciones y explicó que todos los recursos del gobierno se están poniendo a disposición de la población. El mandatario acudió de inmediato a la zona de desastre, sorteando los obstáculos interpuestos por las intensas lluvias y deslaves.

Posteriormente, al regresar a la capital, López Obrador tomó en sus manos el control de las operaciones humanitarias y de auxilio a la población desde sus oficinas del Palacio Nacional. Ha estado en contacto permanente con miembros de su gabinete, en especial con los secretarios de Defensa y Marina. Prácticamente todo el gabinete, además de la gobernadora del Estado, Evelyn Salgado, se han aplicado en la coordinación de las tareas de auxilio a la población.Ayer el presidente AMLO propuso a la SCJN que se establezca un acuerdo para que los 15 mil millones de pesos de los fideicomisos, sean entregados ara reparar los daños del huracán.

En la zona del desastre se han concentrado más de 15 mil soldados, marinos y guardias nacionales, ejecutando los programas de emergencia. Se ha restablecido en más de 80%la energía eléctrica en la mayoría de las colonias, así como las comunicaciones por teléfono, aunque con muchas fallas; se han repartido miles de despensas y agua potable y se han establecido centros comunitarios donde la población ha podido consumir alimentos calientes en este momento de emergencia.En los lugares afectados por el siniestro, están trabajando más de 2 mil servidores de la Nación, personas que están levantando el censo de los daños casa por casa.

Debido al caos y la confusión, en las colonias de desató el pillaje. Las fuerzas armadas han restablecido el orden y han tomado bajo su control varias zonas comerciales y las gasolineras, donde algunos grupos han intentado robar víveres y gasolina. En especial, los guardias y soldados han tomado bajo resguardo las gasolineras, porque los saqueadores intentaron extraer combustible de manera ilegal, poniendo en riesgo a la población por el manejo irresponsable de los depósitos de combustible.

El número de muertos hasta el momento es de 45, a los cuales se agregan los desaparecidos, cuya lista asciende a 47, de acuerdo con cifras del gobierno de Guerrero. Muchos han sido localizados por brigadas que se formaron con ese propósito. Se está buscando entre las embarcaciones hundidas, porque algunas personas permanecieron en los yates que tenían bajo custodia. El próximo fin de semana llegará una grúa marítima para extraer del mar esas embarcaciones, por lo que es posible que se encuentren más cadáveres.

En otro aspecto, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda, explicó en varias entrevistas que a principios del actual gobierno solo desapareció la figura del fideicomiso para desastres (Fonden) estructura burocrática que repartía los recursos, pero no desaparecieron el dinero ni los apoyos de que dispone la administración pública para atender tales eventos. El gobierno tiene disponibles fondos suficientes para auxiliar a la población, incluyendo dinero en caja, además de seguros y recursos para emplear en eventos catastróficos.

Al respecto, Yorio informó que el gobierno maneja tres tipos de recursos: los que se inscriben dentro del presupuesto porque habitualmente se presentan este tipo de fenómenos: esa cuenta tiene 18 mil millones de pesos; también existen seguros por 5 mil millones de pesos para atender eventos no tan habituales, pero que ocasionalmente llegan a presentarse. Además, para enfrentar eventos de gran magnitud se destinan 32 mil millones de pesos. Y finalmente, hay bonos catastróficos que se han convenido con otros países, cuyos recursos se elevan a 480 millones de dólares (unos 9 mil millones de pesos).