/ martes 18 de abril de 2023

Sin conjeturas ni ataques Regidor Carrillo, sólo preguntas válidas que en Cuernavaca se hacen

La muerte de cualquier persona llena de dolor a familiares, amigos y a veces a la opinión pública dadas las circunstancias en las que ocurre o de quién se trate, lo que como sociedad debe movernos a guardar respeto por su duelo, más allá de que haya sido por causas naturales, un accidente, un crimen e incluso por mano propia -siempre la decisión más difícil que un ser humano puede enfrentar-.

Sin embargo, cuando una muerte se convierte en un “evento de alto impacto” por el contexto, la situación o los personajes involucrados en su narrativa, que llama la atención de los medios de comunicación, actores políticos y al final de las redes sociales -estas últimas mera reverberación de los hechos y declaraciones, aderezadas con los comentarios e imaginación de sus usuarios-, quienes están inmersos en “el ojo del huracán”, directa o indirectamente, deben enfrentar con total transparencia y madurez el escrutinio público, más si son servidores públicos, para aclarar cualquier duda que pueda anidar la especulación, el morbo, la descalificación, los ataques o la sospecha de impunidad que además de impedir cerrar un episodio lamentable genera en la comunidad una sensación de indefensión o por lo menos de desconcierto, así como la pérdida de credibilidad en las instituciones y en quienes las encabezan.

Es por eso Regidor Fernando Carrillo, integrante del Ayuntamiento de Cuernavaca, autoridad de la ciudad de todas y todos los que aquí vivimos, que al hacer falta piezas que expliquen el entorno, los días y las horas previas al suicidio de quien fuera su pareja, Erika Medina Moctezuma, acaecido el pasado 27 de marzo, que los cuernavaquenses y la opinión pública estatal y nacional vemos que arrecian los señalamientos, las conjeturas ramplonas y las deducciones ambiguas en torno al caso, que lo han obligado a publicar un comunicado oficial en sus perfiles de Facebook y Twitter, en el que concluye que medios y “personas amparadas en el anonimato” le imputan delitos haciendo “escarnio” de usted a lo que asevera que es “por sus pocos escrúpulos y fines aviesos” (sic).

Sin duda, tiene todo el derecho de plantear su postura en los términos que mejor considere y le convengan -el “golpeteo” lo ha recibido su persona-, además de pedir se respete su dolor y el de la familia de Erika.

Pero como dijo el filósofo alemán Hermann Graf Keyserling (1880-1946), “Generalizar siempre es equivocarse”, por lo que a continuación le comparto un par de datos que hacen frágiles las aseveraciones y conclusiones de su comunicado: primero, la mayoría de las notas en los medios que dieron cuenta de la tragedia de Erika y le han dado seguimiento están firmadas por reporteros y respaldadas por sus editores, así que no se amparan en el anonimato; y segundo, la cobertura de los hechos y de la investigación, así como tomar en cuenta declaraciones de funcionarios, políticos y activistas atiende a ofrecer a la ciudadanía los diferentes ángulos de la historia dejando fuera un tema moral “de escrúpulos” o propósitos perversos. Eso es ver “moros con tranchete” o hacer demagogia, más allá de que pueda haber algún “malora” o adversario político que no deje pasar la oportunidad.

Lo que no toca su comunicado regidor son las respuestas a preguntas que usted debe conocer y que muchos ciudadanos nos hacemos derivado de la información que se ha difundido, y que son válidas, dejándole aquí algunas que mientras no se aclaren seguirán alimentando la bola de nieve que crece y rueda en colisión hacia su imagen y reputación:

¿Es cierto que, como se derivaría de audios de conversaciones y mensajes recuperados del celular de Erika, previo a la fecha de su deceso había tenido discusiones con ella y que iba a prescindir de sus servicios en la regiduría?, ¿Pasó algo relevante entre ambos el jueves 23 de marzo en el bar Neón que se dice es de su propiedad?, ¿Tiene algo que ver la denuncia que en redes sociales hizo otra trabajadora del Ayuntamiento, Diana Altamirano, contra usted y Erika por amenazas y difamación tres días antes del suicidio?, ¿Usted vio a Erika el domingo o el lunes antes de que se reportara su deceso? y ¿Por qué familiares, amigos e integrantes del Colectivo 25 No más Violencia que marcharon el 13 de abril señalan que Erika habría sufrido agresiones de su parte, situación que había manifestado en diferentes ocasiones?

Por más aguda y difícil que parezca una crisis reputacional, el principio de salir primero con un mensaje claro, veraz y detallado que despeje las dudas y elucubraciones, evitando así que los vacíos los llenen otras voces, es algo que debe reevaluar ya que el tiempo corre y la ciudadanía merece que sus representantes y funcionarios le aclaren aquello que le inquieta. Vale la pena que le dé una revisada a sus apuntes de ese curso de Comunicación y Manejo de Crisis que tomó, y replantee su estrategia con su equipo de asesores, ya que con una publicación en sus redes sociales con 240 “Likes” tal vez no esté teniendo el alcance ni la penetración en una ciudad de casi 350 mil habitantes.

Aún hay tiempo, todavía no es una crisis para el gobierno del alcalde José Luis Urióstegui, pero eso puede cambiar si no se resuelve y capitula de cara al proceso electoral del 2024, y para sus propias aspiraciones.

Y dese la oportunidad de actuar con apego al Código de Ética de los Servidores Públicos de su partido, Acción Nacional, que en el apartado “Información, Comunicación y Transparencia” le invita a lo siguiente: “aseguraré que la información que llegue a la sociedad sea veraz, oportuna, adecuada, transparente y suficiente para cumplir con la exigencia del derecho a la información”.

La muerte de cualquier persona llena de dolor a familiares, amigos y a veces a la opinión pública dadas las circunstancias en las que ocurre o de quién se trate, lo que como sociedad debe movernos a guardar respeto por su duelo, más allá de que haya sido por causas naturales, un accidente, un crimen e incluso por mano propia -siempre la decisión más difícil que un ser humano puede enfrentar-.

Sin embargo, cuando una muerte se convierte en un “evento de alto impacto” por el contexto, la situación o los personajes involucrados en su narrativa, que llama la atención de los medios de comunicación, actores políticos y al final de las redes sociales -estas últimas mera reverberación de los hechos y declaraciones, aderezadas con los comentarios e imaginación de sus usuarios-, quienes están inmersos en “el ojo del huracán”, directa o indirectamente, deben enfrentar con total transparencia y madurez el escrutinio público, más si son servidores públicos, para aclarar cualquier duda que pueda anidar la especulación, el morbo, la descalificación, los ataques o la sospecha de impunidad que además de impedir cerrar un episodio lamentable genera en la comunidad una sensación de indefensión o por lo menos de desconcierto, así como la pérdida de credibilidad en las instituciones y en quienes las encabezan.

Es por eso Regidor Fernando Carrillo, integrante del Ayuntamiento de Cuernavaca, autoridad de la ciudad de todas y todos los que aquí vivimos, que al hacer falta piezas que expliquen el entorno, los días y las horas previas al suicidio de quien fuera su pareja, Erika Medina Moctezuma, acaecido el pasado 27 de marzo, que los cuernavaquenses y la opinión pública estatal y nacional vemos que arrecian los señalamientos, las conjeturas ramplonas y las deducciones ambiguas en torno al caso, que lo han obligado a publicar un comunicado oficial en sus perfiles de Facebook y Twitter, en el que concluye que medios y “personas amparadas en el anonimato” le imputan delitos haciendo “escarnio” de usted a lo que asevera que es “por sus pocos escrúpulos y fines aviesos” (sic).

Sin duda, tiene todo el derecho de plantear su postura en los términos que mejor considere y le convengan -el “golpeteo” lo ha recibido su persona-, además de pedir se respete su dolor y el de la familia de Erika.

Pero como dijo el filósofo alemán Hermann Graf Keyserling (1880-1946), “Generalizar siempre es equivocarse”, por lo que a continuación le comparto un par de datos que hacen frágiles las aseveraciones y conclusiones de su comunicado: primero, la mayoría de las notas en los medios que dieron cuenta de la tragedia de Erika y le han dado seguimiento están firmadas por reporteros y respaldadas por sus editores, así que no se amparan en el anonimato; y segundo, la cobertura de los hechos y de la investigación, así como tomar en cuenta declaraciones de funcionarios, políticos y activistas atiende a ofrecer a la ciudadanía los diferentes ángulos de la historia dejando fuera un tema moral “de escrúpulos” o propósitos perversos. Eso es ver “moros con tranchete” o hacer demagogia, más allá de que pueda haber algún “malora” o adversario político que no deje pasar la oportunidad.

Lo que no toca su comunicado regidor son las respuestas a preguntas que usted debe conocer y que muchos ciudadanos nos hacemos derivado de la información que se ha difundido, y que son válidas, dejándole aquí algunas que mientras no se aclaren seguirán alimentando la bola de nieve que crece y rueda en colisión hacia su imagen y reputación:

¿Es cierto que, como se derivaría de audios de conversaciones y mensajes recuperados del celular de Erika, previo a la fecha de su deceso había tenido discusiones con ella y que iba a prescindir de sus servicios en la regiduría?, ¿Pasó algo relevante entre ambos el jueves 23 de marzo en el bar Neón que se dice es de su propiedad?, ¿Tiene algo que ver la denuncia que en redes sociales hizo otra trabajadora del Ayuntamiento, Diana Altamirano, contra usted y Erika por amenazas y difamación tres días antes del suicidio?, ¿Usted vio a Erika el domingo o el lunes antes de que se reportara su deceso? y ¿Por qué familiares, amigos e integrantes del Colectivo 25 No más Violencia que marcharon el 13 de abril señalan que Erika habría sufrido agresiones de su parte, situación que había manifestado en diferentes ocasiones?

Por más aguda y difícil que parezca una crisis reputacional, el principio de salir primero con un mensaje claro, veraz y detallado que despeje las dudas y elucubraciones, evitando así que los vacíos los llenen otras voces, es algo que debe reevaluar ya que el tiempo corre y la ciudadanía merece que sus representantes y funcionarios le aclaren aquello que le inquieta. Vale la pena que le dé una revisada a sus apuntes de ese curso de Comunicación y Manejo de Crisis que tomó, y replantee su estrategia con su equipo de asesores, ya que con una publicación en sus redes sociales con 240 “Likes” tal vez no esté teniendo el alcance ni la penetración en una ciudad de casi 350 mil habitantes.

Aún hay tiempo, todavía no es una crisis para el gobierno del alcalde José Luis Urióstegui, pero eso puede cambiar si no se resuelve y capitula de cara al proceso electoral del 2024, y para sus propias aspiraciones.

Y dese la oportunidad de actuar con apego al Código de Ética de los Servidores Públicos de su partido, Acción Nacional, que en el apartado “Información, Comunicación y Transparencia” le invita a lo siguiente: “aseguraré que la información que llegue a la sociedad sea veraz, oportuna, adecuada, transparente y suficiente para cumplir con la exigencia del derecho a la información”.