/ martes 24 de enero de 2023

Cuernavaca, la historia sin fin

Aludiendo al nombre de la novela fantástica del escritor alemán Michael Ende, Die unendliche Geschichtecuya (1979), cuya traducción es “La historia interminable”, que en Latinoamérica se conoció como “La historia sin fin” gracias a la popular película de Wolfgang Petesen, en Cuernavaca estamos viviendo una historia inagotable de una autoridad municipal que intenta darle la vuelta a su triste realidad una y otra vez para volver al mismo punto, o más abajo, que lo único que nos ha dejado los últimos 20 años a quienes vivimos en ella es el deterioro constante de los servicios públicos, más inseguridad, una inalcanzable “mejor calidad de vida” y menos oportunidades de crecimiento y desarrollo en nuestro horizonte inmediato y de mediano plazo.

Los resultados de la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), correspondiente al Cuarto Trimestre de 2022, dada a conocer el 19 de enero, pintan de cuerpo entero el desastre del gobierno del alcalde José Luis Urióstegui que parece no entender que la prioridad de su administración debe ser dar seguridad a las familias cuernavaquenses, más allá de que diga que ha dedicado esfuerzos a ello o que es uno de sus ejes de trabajo: la percepción de inseguridad en la capital morelense aumentó al pasar de 77% en septiembre a 82.4% en diciembre, dato que al compararse con el registro de hace un año, diciembre de 2021, que fue de 85.6%, demuestra que prácticamente no ha habido avance alguno por parte de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC) a cargo de Alicia Vázquez Luna.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero son éstas las que permiten a la ciudadanía conocer otras realidades, valorar lo que se tiene, exigir a las autoridades y, de no obtener la respuesta deseada, movilizarse al cambio.

Y para muestra un botón, que busca ofrecer un ejemplo –hay muchos- de “cómo sí” pueden cambiar las cosas cuando se tiene voluntad, pero además visión, estrategia, capacidad, compromiso y entrega para con la ciudad, y no “de dientes para afuera”.

Los actuales gobiernos de Cuernavaca y de Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México, emanados del Partido Acción Nacional (PAN), iniciaron el mismo día, el 1 de enero de 2022, ambos heredaron las administraciones municipales de ediles de morena con un descuido enorme en la infraestructura y servicios, elevados niveles de inseguridad y deuda. Sin embargo, teniendo ambos un año entero ya de gestión, la historia del alcalde de allá, Pedro Rodríguez Villegas, es diametralmente opuesta, no solo en los rubros social, económico y de servicios públicos –por lo que ha recibido una decena de premios nacionales e internacionales-, sino justo por su trabajo en materia de seguridad.

Durante 2022, el Ayuntamiento atizapense puso en marcha el Plan de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes –que calcula la llegada de una patrulla en menos de 5 minutos a cualquier lugar de su territorio-, ordenó la instalación de 200 nuevas cámaras de videovigilancia y la modernización de 296 –con lo que operan ya 1,096-, e hizo una inversión millonaria a fin de incorporar 163 patrullas nuevas –teniendo ya en operación 249-, además de renovar el equipamiento del cuerpo policial, logrando con ello el fortalecimiento y la dignificación de sus más de 1,300 elementos, lo que le ha valido a su corporación –con miembros de la Marina Armada de México integrados en su estructura- reconocimientos de la Policía Nacional de Colombia y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) por “hacer del municipio un espacio más seguro”, reza uno de los diplomas.

Ahora bien, los resultados: con dichas acciones, el Edil de Atizapán de Zaragoza está logrando cumplir su compromiso más importante con sus gobernados que es hacer de su municipio el más seguro del Estado de México, que tiene 125 demarcaciones.

De acuerdo a los resultados del mismo estudio, la percepción de inseguridad entre los atizapenses continúa disminuyendo al pasar de 65.3% en septiembre a 61.3% en diciembre –un 4%-; previamente, de junio a septiembre también se registró una baja del 70.3 por ciento al 65.3 ya mencionado y, siguiendo la tendencia del registro anual, de diciembre de 2021 a diciembre de 2022 la percepción pasó de 75.0% a 61.3%, un 13.7%, en total.

En dicho documento, disponible en el siguiente link https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/ensu/doc/ensu2022_diciembre_presentacion_ejecutiva.pdf, se puede ver el detalle del gran trabajo de éste municipio, también panista, y de los demás mexiquenses considerados, cuyos registros son mayores en cuanto a percepción de inseguridad y de otras variables, además del panorama completo de lo que se midió en Cuernavaca y en las demás ciudades parte de la muestra.

Así, como dice la malograda campaña del Partido Acción Nacional a nivel nacional, “Sí hay de otra”.

Por lo que los cuernavaquenses no debemos conformarnos con los resultados obtenidos hasta ahora por José Luis Urióstegui al frente del gobierno municipal, quien ha dicho que, a pesar de los números de la encuesta del INEGI, que penosamente coloca a Cuernavaca entre las 11 ciudades con mayor percepción de inseguridad del país, la separación del cargo de la titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC), Alicia Vázquez Luna, no será viable.

“Será una decisión del cabildo, lo que hemos avanzado no ha concluido, es un proceso de varios meses, también hay que considerar que truncar un proceso como estos generaría un desfase, lo que deseamos es una continuidad y solidez en los programas. La continuidad de la secretaria es fundamental para consolidar el proyecto de seguridad pública”, explicó el munícipe a los medios de comunicación, parece que sin pudor.

¿Los cuernavaquenses debemos esperar un año más para ver resultados en la estrategia de seguridad? ¿Alicia Vázquez Luna no tendrá un poco de vergüenza para presentar su renuncia a José Luis Urióstegui ante los nulos resultados obtenidos? Los regidores de oposición, primero, y los del PAN, después, “el Cabildo”, ¿no van a exigir la renuncia inmediata de la funcionaria ante este desastre y exigir acciones contundentes?

Sin duda, la atención del alcalde y de su cabildo parece estar en otros asuntos, lo suyos, y no en los de la ciudadanía, que se siente y está a merced de la delincuencia, y que tristemente es quien pone los heridos o muertos en los diferentes crímenes de los que a diario nos enteramos por las noticias, comentarios de vecinos o amigos, o a través de las redes sociales.

Aludiendo al nombre de la novela fantástica del escritor alemán Michael Ende, Die unendliche Geschichtecuya (1979), cuya traducción es “La historia interminable”, que en Latinoamérica se conoció como “La historia sin fin” gracias a la popular película de Wolfgang Petesen, en Cuernavaca estamos viviendo una historia inagotable de una autoridad municipal que intenta darle la vuelta a su triste realidad una y otra vez para volver al mismo punto, o más abajo, que lo único que nos ha dejado los últimos 20 años a quienes vivimos en ella es el deterioro constante de los servicios públicos, más inseguridad, una inalcanzable “mejor calidad de vida” y menos oportunidades de crecimiento y desarrollo en nuestro horizonte inmediato y de mediano plazo.

Los resultados de la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), correspondiente al Cuarto Trimestre de 2022, dada a conocer el 19 de enero, pintan de cuerpo entero el desastre del gobierno del alcalde José Luis Urióstegui que parece no entender que la prioridad de su administración debe ser dar seguridad a las familias cuernavaquenses, más allá de que diga que ha dedicado esfuerzos a ello o que es uno de sus ejes de trabajo: la percepción de inseguridad en la capital morelense aumentó al pasar de 77% en septiembre a 82.4% en diciembre, dato que al compararse con el registro de hace un año, diciembre de 2021, que fue de 85.6%, demuestra que prácticamente no ha habido avance alguno por parte de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC) a cargo de Alicia Vázquez Luna.

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero son éstas las que permiten a la ciudadanía conocer otras realidades, valorar lo que se tiene, exigir a las autoridades y, de no obtener la respuesta deseada, movilizarse al cambio.

Y para muestra un botón, que busca ofrecer un ejemplo –hay muchos- de “cómo sí” pueden cambiar las cosas cuando se tiene voluntad, pero además visión, estrategia, capacidad, compromiso y entrega para con la ciudad, y no “de dientes para afuera”.

Los actuales gobiernos de Cuernavaca y de Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México, emanados del Partido Acción Nacional (PAN), iniciaron el mismo día, el 1 de enero de 2022, ambos heredaron las administraciones municipales de ediles de morena con un descuido enorme en la infraestructura y servicios, elevados niveles de inseguridad y deuda. Sin embargo, teniendo ambos un año entero ya de gestión, la historia del alcalde de allá, Pedro Rodríguez Villegas, es diametralmente opuesta, no solo en los rubros social, económico y de servicios públicos –por lo que ha recibido una decena de premios nacionales e internacionales-, sino justo por su trabajo en materia de seguridad.

Durante 2022, el Ayuntamiento atizapense puso en marcha el Plan de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes –que calcula la llegada de una patrulla en menos de 5 minutos a cualquier lugar de su territorio-, ordenó la instalación de 200 nuevas cámaras de videovigilancia y la modernización de 296 –con lo que operan ya 1,096-, e hizo una inversión millonaria a fin de incorporar 163 patrullas nuevas –teniendo ya en operación 249-, además de renovar el equipamiento del cuerpo policial, logrando con ello el fortalecimiento y la dignificación de sus más de 1,300 elementos, lo que le ha valido a su corporación –con miembros de la Marina Armada de México integrados en su estructura- reconocimientos de la Policía Nacional de Colombia y de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) por “hacer del municipio un espacio más seguro”, reza uno de los diplomas.

Ahora bien, los resultados: con dichas acciones, el Edil de Atizapán de Zaragoza está logrando cumplir su compromiso más importante con sus gobernados que es hacer de su municipio el más seguro del Estado de México, que tiene 125 demarcaciones.

De acuerdo a los resultados del mismo estudio, la percepción de inseguridad entre los atizapenses continúa disminuyendo al pasar de 65.3% en septiembre a 61.3% en diciembre –un 4%-; previamente, de junio a septiembre también se registró una baja del 70.3 por ciento al 65.3 ya mencionado y, siguiendo la tendencia del registro anual, de diciembre de 2021 a diciembre de 2022 la percepción pasó de 75.0% a 61.3%, un 13.7%, en total.

En dicho documento, disponible en el siguiente link https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/ensu/doc/ensu2022_diciembre_presentacion_ejecutiva.pdf, se puede ver el detalle del gran trabajo de éste municipio, también panista, y de los demás mexiquenses considerados, cuyos registros son mayores en cuanto a percepción de inseguridad y de otras variables, además del panorama completo de lo que se midió en Cuernavaca y en las demás ciudades parte de la muestra.

Así, como dice la malograda campaña del Partido Acción Nacional a nivel nacional, “Sí hay de otra”.

Por lo que los cuernavaquenses no debemos conformarnos con los resultados obtenidos hasta ahora por José Luis Urióstegui al frente del gobierno municipal, quien ha dicho que, a pesar de los números de la encuesta del INEGI, que penosamente coloca a Cuernavaca entre las 11 ciudades con mayor percepción de inseguridad del país, la separación del cargo de la titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC), Alicia Vázquez Luna, no será viable.

“Será una decisión del cabildo, lo que hemos avanzado no ha concluido, es un proceso de varios meses, también hay que considerar que truncar un proceso como estos generaría un desfase, lo que deseamos es una continuidad y solidez en los programas. La continuidad de la secretaria es fundamental para consolidar el proyecto de seguridad pública”, explicó el munícipe a los medios de comunicación, parece que sin pudor.

¿Los cuernavaquenses debemos esperar un año más para ver resultados en la estrategia de seguridad? ¿Alicia Vázquez Luna no tendrá un poco de vergüenza para presentar su renuncia a José Luis Urióstegui ante los nulos resultados obtenidos? Los regidores de oposición, primero, y los del PAN, después, “el Cabildo”, ¿no van a exigir la renuncia inmediata de la funcionaria ante este desastre y exigir acciones contundentes?

Sin duda, la atención del alcalde y de su cabildo parece estar en otros asuntos, lo suyos, y no en los de la ciudadanía, que se siente y está a merced de la delincuencia, y que tristemente es quien pone los heridos o muertos en los diferentes crímenes de los que a diario nos enteramos por las noticias, comentarios de vecinos o amigos, o a través de las redes sociales.