Pese a lo espectacular que resultó la cancelación de la candidatura propietaria a la alcaldía de Cuernavaca por la coalición Juntos Haremos Historia; una determinación que el Impepac tomó bajo una lógica de derecho que representa más problemas que soluciones; lo cierto es que todo indica que, al final, la problemática coalición tendrá candidato y, si el Partido Encuentro Social hizo bien sus procedimientos para sancionar y expulsar a José Gómez Borbolla, al final el candidato será el recomendado, colocado, impuesto, sugerido, metido con calzador por Cuauhtémoc Blanco Bravo, el ex árbitro profesional, Gilberto Alcalá Pineda.
Se trata, dicen los especialistas en esto, de un asunto de lógica jurídica. Si bien, desde una óptica ortodoxa el Impepac podría haber considerado la cancelación de las fórmulas completas de la coalición para alcaldía y regidores, bajo un argumento que fue expuesto en la sesión en que se tomó la medida, “la suerte del principal deberá aplicarse a las accesorias”; la autoridad electoral privilegió el derecho de los candidatos registrados a sindica municipal y regidores, y de toda la fórmula en sus suplencias, para determinar que ellos no perdieran su registro, lo que abrió enormes dudas sobre el voto por la coalición en Cuernavaca: ¿se puede votar por una fórmula sin titular?
Pero parece que esa pregunta no tendrá que ser respondida, en tanto el candidato depuesto, José Gómez Borbolla, como la coalición afectada por la no sustitución, Juntos Haremos Historia, controvierten la determinación del Impepac, con lo que podrían ocurrir dos cosas: primero, que el Partido Encuentro Social no pueda acreditar haber cumplido con el proceso de expulsión y retiro de la nominación a José Gómez Borbolla, con lo que se le tendrían que respetar los derechos políticos que adquirió en dos momentos, cuando el partido lo nominó y cuando el Impepac validó el registro de su candidatura; y segundo que, habiéndose expulsado legítimamente a Borbolla y retirado legalmente su nominación, los tribunales electorales determinen lo absurdo de permitir que los electores –que merecen claridad en todas las etapas del proceso- voten por una casilla en blanco para beneficiar a sujetos que suponen adquirir una votación proporcional en función de quien es titular de la planilla, lo que culminaría con la instrucción al Impepac para que permita a la coalición registrar a un candidato, en una medida que ofrezca certeza a los electores y el respeto del partido político a postular a los candidatos de acuerdo con sus propias determinaciones.
En cualquiera de los dos escenarios previstos por esta sucesión de acontecimientos, el asunto sigue estando en que la candidatura quedará entre Gómez Borbolla y Alcalá Pineda; el primero porque mantiene la presunción de que han sido violados sus derechos y en una de esas podría ganar la controversia en los tribunales: y el otro porque Cuauhtémoc Blanco hará todo porque así sea, discutirá con quien sea, enfrentará a quien sea, para probar que quien controla a Juntos Haremos Historia en Morelos es precisamente él y ninguno otro.
Por lo pronto, como apuntan las cosas, la probabilidad de que el candidato a la alcaldía de Cuernavaca parece inclinarse a Gilberto Alcalá, tan sólo porque requiere de muchas menos condiciones de las que hoy necesita Gómez Borbolla para mejorar su suerte. Además, según parece hasta ahora, si alguien está en un pleito jurídico en que aparezca Cuauhtémoc Blanco, bien puede empezar a rezar porque el ex futbolista esté de su lado.
Twitter: @martinellito
Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx
.jpg "Xóchitl Gálvez (17).jpg")