/ viernes 8 de marzo de 2024

8 de marzo: reflexiones en el Día Internacional de la Mujer

El origen del Día Internacional de la Mujer se remonta a varios eventos clave en la lucha por los derechos de las mujeres, especialmente en el contexto de las reivindicaciones laborales y políticas del siglo XX. Por ejemplo, la huelga de trabajadoras textiles en Nueva York el 8 de marzo de 1857, donde las mujeres protestaron contra las condiciones laborales inhumanas. Sin embargo, hay cierta controversia sobre la veracidad de este evento, por la escasa documentación.

Otro suceso vinculado con la conmemoración, es la huelga de trabajadoras de la fábrica de textiles Cotton en Nueva York el 8 de marzo de 1908, donde las mujeres demandaban mejores condiciones laborales, reducción de la jornada laboral, y el fin del trabajo infantil. Este evento culminó en una manifestación que congregó a unas 15,000 mujeres.

La idea de un día internacional de la mujer se propuso por primera vez en 1910 durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, por la líder socialista alemana Clara Zetkin. La propuesta buscaba establecer un día especial cada año para promover la igualdad de derechos para las mujeres, incluido el sufragio femenino. La propuesta fue aprobada unánimemente por más de 100 mujeres procedentes de 17 países.

La fecha del 8 de marzo se consolidó después de 1917, cuando las mujeres rusas se manifestaron por “pan y paz" en el contexto de los movimientos revolucionarios en Rusia. Desde entonces, se ha convertido en un día de reconocimiento de los logros de las mujeres en diferentes esferas, así como de reflexión sobre los desafíos pendientes en la lucha por la igualdad de género en todo el mundo.

En México, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer ha sido influenciada por luchas feministas, sociales y políticas que se han entrelazado a lo largo de su historia. Desde las soldaderas en la Revolución Mexicana hasta las activistas contemporáneas, las mujeres mexicanas han jugado roles fundamentales en la conformación de nuestra sociedad actual. No obstante, pese a los avances, enfrentamos problemáticas significativas en términos de violencia de género, desigualdades laborales, representación política y acceso a la justicia.

Nuestro país ha hecho esfuerzos por garantizar la igualdad y proteger los derechos de las mujeres. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y las reformas a la Constitución en materia de paridad de género son ejemplos de ello. A nivel internacional, México es parte de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y ha recibido recomendaciones para fortalecer sus marcos jurídicos y políticas públicas en pro de los Derechos Humanos Constitucionales de las mujeres.

La realidad en el terreno a menudo contrasta con el marco jurídico. La violencia contra las mujeres, incluyendo los feminicidios, sigue siendo una problemática grave. Según datos de organizaciones civiles y reportes de medios de comunicación, cada día en México se cometen innumerables actos de violencia de género, muchos de los cuales quedan en la impunidad.

Aunque la participación femenina ha aumentado, aún existen brechas salariales significativas y barreras para el acceso a posiciones de liderazgo. En la política, la paridad de género en candidaturas ha sido un avance notable, pero la representación efectiva y la participación en puestos de decisión aún enfrentan obstáculos estructurales y culturales

En este 8 de marzo, se entrelazan la memoria histórica y la urgencia del presente, destacando tanto los logros cuanto las persistentes inequidades. Este día sirve como un recordatorio poderoso de que, pese a los avances significativos en la lucha por la igualdad de género, aún quedan retos críticos por superar. La reflexión y la acción se vuelven imperativas en la esfera pública y política, y con mayor fuerza en la cotidianidad de nuestras vidas y comunidades. Subrayamos la responsabilidad compartida de continuar el trabajo hacia una sociedad donde la igualdad de género sea una realidad consolidada, y no un ideal distante.

Profesor de Derecho Civil y Derecho Familiar de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México

El origen del Día Internacional de la Mujer se remonta a varios eventos clave en la lucha por los derechos de las mujeres, especialmente en el contexto de las reivindicaciones laborales y políticas del siglo XX. Por ejemplo, la huelga de trabajadoras textiles en Nueva York el 8 de marzo de 1857, donde las mujeres protestaron contra las condiciones laborales inhumanas. Sin embargo, hay cierta controversia sobre la veracidad de este evento, por la escasa documentación.

Otro suceso vinculado con la conmemoración, es la huelga de trabajadoras de la fábrica de textiles Cotton en Nueva York el 8 de marzo de 1908, donde las mujeres demandaban mejores condiciones laborales, reducción de la jornada laboral, y el fin del trabajo infantil. Este evento culminó en una manifestación que congregó a unas 15,000 mujeres.

La idea de un día internacional de la mujer se propuso por primera vez en 1910 durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, por la líder socialista alemana Clara Zetkin. La propuesta buscaba establecer un día especial cada año para promover la igualdad de derechos para las mujeres, incluido el sufragio femenino. La propuesta fue aprobada unánimemente por más de 100 mujeres procedentes de 17 países.

La fecha del 8 de marzo se consolidó después de 1917, cuando las mujeres rusas se manifestaron por “pan y paz" en el contexto de los movimientos revolucionarios en Rusia. Desde entonces, se ha convertido en un día de reconocimiento de los logros de las mujeres en diferentes esferas, así como de reflexión sobre los desafíos pendientes en la lucha por la igualdad de género en todo el mundo.

En México, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer ha sido influenciada por luchas feministas, sociales y políticas que se han entrelazado a lo largo de su historia. Desde las soldaderas en la Revolución Mexicana hasta las activistas contemporáneas, las mujeres mexicanas han jugado roles fundamentales en la conformación de nuestra sociedad actual. No obstante, pese a los avances, enfrentamos problemáticas significativas en términos de violencia de género, desigualdades laborales, representación política y acceso a la justicia.

Nuestro país ha hecho esfuerzos por garantizar la igualdad y proteger los derechos de las mujeres. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y las reformas a la Constitución en materia de paridad de género son ejemplos de ello. A nivel internacional, México es parte de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y ha recibido recomendaciones para fortalecer sus marcos jurídicos y políticas públicas en pro de los Derechos Humanos Constitucionales de las mujeres.

La realidad en el terreno a menudo contrasta con el marco jurídico. La violencia contra las mujeres, incluyendo los feminicidios, sigue siendo una problemática grave. Según datos de organizaciones civiles y reportes de medios de comunicación, cada día en México se cometen innumerables actos de violencia de género, muchos de los cuales quedan en la impunidad.

Aunque la participación femenina ha aumentado, aún existen brechas salariales significativas y barreras para el acceso a posiciones de liderazgo. En la política, la paridad de género en candidaturas ha sido un avance notable, pero la representación efectiva y la participación en puestos de decisión aún enfrentan obstáculos estructurales y culturales

En este 8 de marzo, se entrelazan la memoria histórica y la urgencia del presente, destacando tanto los logros cuanto las persistentes inequidades. Este día sirve como un recordatorio poderoso de que, pese a los avances significativos en la lucha por la igualdad de género, aún quedan retos críticos por superar. La reflexión y la acción se vuelven imperativas en la esfera pública y política, y con mayor fuerza en la cotidianidad de nuestras vidas y comunidades. Subrayamos la responsabilidad compartida de continuar el trabajo hacia una sociedad donde la igualdad de género sea una realidad consolidada, y no un ideal distante.

Profesor de Derecho Civil y Derecho Familiar de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México