/ miércoles 8 de agosto de 2018

“Liberen a Elba”… y que la liberan

Detenida desde el 26 de febrero de 2013 por un cúmulo de delitos financieros, la ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, quien fuera la mujer más poderosa de México en los sexenios de Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa, quedó en libertad al ser absuelta por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.

La noticia de la liberación opacó incluso la entrega de constancia de presidente electo a Andrés Manuel López Obrador, lo que demuestra la influencia que la maestra sigue teniendo, más por la coyuntura de “victimización” que se logró entre el magisterio a partir de la reforma educativa que por la gestión que hubiera hecho la desgastada figura de Elba Esther ya al final de su mandato como presidenta vitalicia del SNTE (un pleito que, por cierto, está por iniciar con la nueva dirigencia de su ex pupilo y ahora adversario a modo, Juan Díaz de la Torre).

En la esfera nacional, la liberación de Elba Esther Gordillo libera presión a la operación política de la salida del Presidente Enrique Peña Nieto al distraer a sus aliados ex turquesas en frentes diferentes a pedirle asilo o intervención para el cobijo del PRI; abre el frente de batalla para que el SNTE esté distraído con su conflicto interno permitiendo que otras estructuras magisteriales, la CNTE y Maestros por México, se hagan cargo de las discusiones previas para modificar la reforma educativa; quita una bandera de perdón al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador; e inicia la cuenta regresiva para la dirigencia actual del SNTE que, queriendo o no, tendrá que redefinirse entre el gordillismo, lo que vino después, o una figura nueva de sindicalismo (que nadie propone pero sería lo más obvio).

No habiendo nuevas propuestas de organización sindical, lo cierto es que el gremio magisterial deberá definirse entre un gordillismo con una amplísima ventaja coyuntural, los maestros identifican a Elba Esther como la dirigente que los quiso salvar de la reforma educativa y pagó su atrevimiento con cárcel “¡Oh, sagrada mártir!”; pero además, los líderes cercanos a ella coordinaron y operaron partes de las campañas de Andrés Manuel López Obrador, con lo que la cercanía con el próximo gobierno federal es más que evidente. En cambio, el grupo de Juan Díaz de la Torre tiene todas las circunstancias en contra, fueron derrotados políticamente, perdieron su partido y casi todos sus candidatos que empiezan ya a buscar refugio en otros partidos. El tamaño del miedo al gordillismo de los neoinstitucionales es equivalente a la rabia con que han reaccionado tratando de desprestigiar a la propia Gordillo (como si eso hiciera falta), y a quienes se identifican de alguna forma como beneficiarios de su liberación y de la nueva coyuntura en la federación y las entidades federativas.

En el plano local, por cierto, quienes podrían quedar muy bien ubicados después del caos que viene son justamente a quienes la actual dirigencia sindical trató de marginar, golpear, humillar y que, algunos convencidos y otros resignados, tuvieron que buscar refugio en los grupos políticos que hoy son triunfadores. Cierto que siempre fueron gordillistas, por consiguiente fueron primero priistas, luego turquesas y ahora son morenos. En nuestra entrega de mañana referiremos puntualmente a los nombres que podrían volver a la escena pública mucho antes de lo esperado, ya que la liberación de Elba Esther también fue más rápida de lo que se había anticipado.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Detenida desde el 26 de febrero de 2013 por un cúmulo de delitos financieros, la ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo, quien fuera la mujer más poderosa de México en los sexenios de Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa, quedó en libertad al ser absuelta por los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.

La noticia de la liberación opacó incluso la entrega de constancia de presidente electo a Andrés Manuel López Obrador, lo que demuestra la influencia que la maestra sigue teniendo, más por la coyuntura de “victimización” que se logró entre el magisterio a partir de la reforma educativa que por la gestión que hubiera hecho la desgastada figura de Elba Esther ya al final de su mandato como presidenta vitalicia del SNTE (un pleito que, por cierto, está por iniciar con la nueva dirigencia de su ex pupilo y ahora adversario a modo, Juan Díaz de la Torre).

En la esfera nacional, la liberación de Elba Esther Gordillo libera presión a la operación política de la salida del Presidente Enrique Peña Nieto al distraer a sus aliados ex turquesas en frentes diferentes a pedirle asilo o intervención para el cobijo del PRI; abre el frente de batalla para que el SNTE esté distraído con su conflicto interno permitiendo que otras estructuras magisteriales, la CNTE y Maestros por México, se hagan cargo de las discusiones previas para modificar la reforma educativa; quita una bandera de perdón al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador; e inicia la cuenta regresiva para la dirigencia actual del SNTE que, queriendo o no, tendrá que redefinirse entre el gordillismo, lo que vino después, o una figura nueva de sindicalismo (que nadie propone pero sería lo más obvio).

No habiendo nuevas propuestas de organización sindical, lo cierto es que el gremio magisterial deberá definirse entre un gordillismo con una amplísima ventaja coyuntural, los maestros identifican a Elba Esther como la dirigente que los quiso salvar de la reforma educativa y pagó su atrevimiento con cárcel “¡Oh, sagrada mártir!”; pero además, los líderes cercanos a ella coordinaron y operaron partes de las campañas de Andrés Manuel López Obrador, con lo que la cercanía con el próximo gobierno federal es más que evidente. En cambio, el grupo de Juan Díaz de la Torre tiene todas las circunstancias en contra, fueron derrotados políticamente, perdieron su partido y casi todos sus candidatos que empiezan ya a buscar refugio en otros partidos. El tamaño del miedo al gordillismo de los neoinstitucionales es equivalente a la rabia con que han reaccionado tratando de desprestigiar a la propia Gordillo (como si eso hiciera falta), y a quienes se identifican de alguna forma como beneficiarios de su liberación y de la nueva coyuntura en la federación y las entidades federativas.

En el plano local, por cierto, quienes podrían quedar muy bien ubicados después del caos que viene son justamente a quienes la actual dirigencia sindical trató de marginar, golpear, humillar y que, algunos convencidos y otros resignados, tuvieron que buscar refugio en los grupos políticos que hoy son triunfadores. Cierto que siempre fueron gordillistas, por consiguiente fueron primero priistas, luego turquesas y ahora son morenos. En nuestra entrega de mañana referiremos puntualmente a los nombres que podrían volver a la escena pública mucho antes de lo esperado, ya que la liberación de Elba Esther también fue más rápida de lo que se había anticipado.


Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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