/ jueves 16 de junio de 2022

El inicio de una nueva carrera presidencial

Como sabemos, el pasado 5 de junio se celebraron elecciones en seis entidades federativas donde el partido en el poder se quedó con cuatro gubernaturas, siendo un gran descalabro para la oposición.

Dicho descalabró pegó más en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien fuese el gran pilar del régimen posrevolucionario, que en su momento contribuyó para sentar las bases de un México institucional bajo un sistema hermético políticamente hablando donde no había una oposición real, pues el Partido Acción Nacional (PAN) era un partido de acompañamiento que contribuía a legitimar ante los ojos de la comunidad internacional el régimen emanado de una revolución. Hoy el PRI, al igual que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) están en riesgo de extinguirse si no hay una dirigencia nacional que tenga un mínimo de sentido común ante los nuevos aires políticos en México.

Seguir con una oposición absurda solo demuestra que quienes dirigen al PRI y al PRD les están siendo mermados sus intereses partidistas o de quienes están detrás de ellos, que claramente no representan el interés de la mayoría de los mexicanos. Cabe mencionar que difícilmente podrán arrebatarle la presidencia a Morena, al menos para 2024, y si llegasen a reposicionarse en las urnas no será por su habilidad política sino más bien por los propios tropiezos de Morena, que en muchos casos está repitiendo rituales priistas que en vez de sumar pueden restarle el apoyo de los ciudadanos, acciones que no solo las han adoptado en Morena sino también el PAN en su momento cuando estuvo en el poder, no por nada “un priista en cada hijo te dio”.

Al parecer con el mitin en Toluca, se ha iniciado la carrera presidencial al interior de Morena, y que por los tiempos en que nos encontramos, la atención se tornará a ello, inclusive para el propio partido en el poder, pues lo que tenía que haber hecho se hizo o no se hizo en los primeros tres años de la actual administración, pues como recordaremos el 6 de junio de 2021 fueron las elecciones intermedias que permitieron que el partido del presidente diera un pequeño paso hacia atrás en la Cámara de Diputados dando como resultado no tener el control para reformas constitucionales como lo que aconteció con la reforma eléctrica en meses pasados.

Morena debe cuidar en no transformase en aquello que tanto se criticó del viejo régimen autoritario, por lo que se debe hacer una limpia de fondo antes de que sea tarde, y dejar que los verdaderos militantes de este nuevo proyecto de nación tengan mayor presencia, pues de lo que se ha visto, hay muchos casos en que se perdonan y adoptan a políticos de la vieja guardia que no abonan a la cuarta transformación y por ende a la democracia.

En cuanto a los presidenciables, si se quiere seguir por la ruta trazada por el presidente, se debe optar por quien cuente con el perfil de mayor convicción a los proyectos de izquierda bajo las vertientes de primero los pobres y el combate a la corrupción, y que no pase lo que en la Ciudad de México, en ese entonces Distrito Federal bajo el gobierno del PRD que no se eligieron los perfiles convenientes y que terminó por fracturar a dicho partido dejándolo en manos de mercenarios políticos. Deben tener cuidado con los caballos de Troya. Hay muchos personajes que ven en la izquierda un negocio político, como aquellos con nombres romanos.

En política no se puede estar esperanzado a la buena fe del gobernante en turno, debe haber cimientos sólidos para seguir un proyecto de nación que busque el bien común, y esto necesariamente implica mayor cultura política por parte de los ciudadanos para participar en los asuntos públicos, y no desaparecer una vez celebradas las elecciones. Democracia no es sinónimo de alternancia, es una forma de Estado donde la legitimación del poder político en sus distintas etapas de su fenomenología debe estar presente, y eso se logra con mayor participación ciudadana.

Twitter: @jcarlosjaimes

Facebook: Juan Carlos Jaimes

Correo eletrónico: jcjaimes_uaem@hotmail.com

Como sabemos, el pasado 5 de junio se celebraron elecciones en seis entidades federativas donde el partido en el poder se quedó con cuatro gubernaturas, siendo un gran descalabro para la oposición.

Dicho descalabró pegó más en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien fuese el gran pilar del régimen posrevolucionario, que en su momento contribuyó para sentar las bases de un México institucional bajo un sistema hermético políticamente hablando donde no había una oposición real, pues el Partido Acción Nacional (PAN) era un partido de acompañamiento que contribuía a legitimar ante los ojos de la comunidad internacional el régimen emanado de una revolución. Hoy el PRI, al igual que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) están en riesgo de extinguirse si no hay una dirigencia nacional que tenga un mínimo de sentido común ante los nuevos aires políticos en México.

Seguir con una oposición absurda solo demuestra que quienes dirigen al PRI y al PRD les están siendo mermados sus intereses partidistas o de quienes están detrás de ellos, que claramente no representan el interés de la mayoría de los mexicanos. Cabe mencionar que difícilmente podrán arrebatarle la presidencia a Morena, al menos para 2024, y si llegasen a reposicionarse en las urnas no será por su habilidad política sino más bien por los propios tropiezos de Morena, que en muchos casos está repitiendo rituales priistas que en vez de sumar pueden restarle el apoyo de los ciudadanos, acciones que no solo las han adoptado en Morena sino también el PAN en su momento cuando estuvo en el poder, no por nada “un priista en cada hijo te dio”.

Al parecer con el mitin en Toluca, se ha iniciado la carrera presidencial al interior de Morena, y que por los tiempos en que nos encontramos, la atención se tornará a ello, inclusive para el propio partido en el poder, pues lo que tenía que haber hecho se hizo o no se hizo en los primeros tres años de la actual administración, pues como recordaremos el 6 de junio de 2021 fueron las elecciones intermedias que permitieron que el partido del presidente diera un pequeño paso hacia atrás en la Cámara de Diputados dando como resultado no tener el control para reformas constitucionales como lo que aconteció con la reforma eléctrica en meses pasados.

Morena debe cuidar en no transformase en aquello que tanto se criticó del viejo régimen autoritario, por lo que se debe hacer una limpia de fondo antes de que sea tarde, y dejar que los verdaderos militantes de este nuevo proyecto de nación tengan mayor presencia, pues de lo que se ha visto, hay muchos casos en que se perdonan y adoptan a políticos de la vieja guardia que no abonan a la cuarta transformación y por ende a la democracia.

En cuanto a los presidenciables, si se quiere seguir por la ruta trazada por el presidente, se debe optar por quien cuente con el perfil de mayor convicción a los proyectos de izquierda bajo las vertientes de primero los pobres y el combate a la corrupción, y que no pase lo que en la Ciudad de México, en ese entonces Distrito Federal bajo el gobierno del PRD que no se eligieron los perfiles convenientes y que terminó por fracturar a dicho partido dejándolo en manos de mercenarios políticos. Deben tener cuidado con los caballos de Troya. Hay muchos personajes que ven en la izquierda un negocio político, como aquellos con nombres romanos.

En política no se puede estar esperanzado a la buena fe del gobernante en turno, debe haber cimientos sólidos para seguir un proyecto de nación que busque el bien común, y esto necesariamente implica mayor cultura política por parte de los ciudadanos para participar en los asuntos públicos, y no desaparecer una vez celebradas las elecciones. Democracia no es sinónimo de alternancia, es una forma de Estado donde la legitimación del poder político en sus distintas etapas de su fenomenología debe estar presente, y eso se logra con mayor participación ciudadana.

Twitter: @jcarlosjaimes

Facebook: Juan Carlos Jaimes

Correo eletrónico: jcjaimes_uaem@hotmail.com