/ sábado 6 de abril de 2024

¿Censurar el libro 'Gracias' de Andrés Manuel?

Para empezar, debemos subrayar que desde nuestra perspectiva no vemos que haya razones jurídicas ni de hecho para censurar un libro. Si el texto del mismo fuera ofensivo, dañino o inconveniente contra el pueblo, probablemente se justificaría una censura; pero como si estuviéramos en la época de que Savonarola en Florencia; o en la Santa Inquisición; o averiguar quién es el señor Reyes Rodríguez Mondragón, para haber intentado, y esto es lo más grave, porque ha quedado descubierto en su limitación de miras, porque sorprende que sea abogado del Instituto Tecnológico Autónomo de México y otros estudios, para que ignore que en el siglo XXI, en el año 2024, resulta una especie de aberración social, jurídica, económica, política, que se pretenda prohibir que la gente lea el libro de Andrés Manuel; que se rememore el tiempo en que el oscurantismo era el común denominador para juzgar, sobre todo al pueblo.

Es aberrante que se haya intentado, afortunadamente no progresó, prohibir la lectura del libro denominado “Gracias”, donde el Presidente de la República se despide y agradece al pueblo mexicano, la forma en que lo ha apoyado para que se haga realidad la Cuarta Transformación.

Es importante insistir, en que por encima del sujeto de marras que intentó esta acción, debe protegerse la libertad de expresión; la libertad de prensa, y querer mezclar estas cuestiones con la época electoral, para tratar de servir o de atender a la ocurrencia de la señora X, ha dejado en un ridículo total, no al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sino a los dos sujetos, ella y él, que intentaron sin éxito prohibir la circulación, la venta, y algo más grave, la lectura del libro; cómo es posible y habría que preguntarle a estos dos sujetos si leyeron el libro o si fue atendiendo a una consigna oscura, y una petición de los mismos, que durante casi seis años han estado en contra del actual gobierno.

Habría que preguntar la calidad intelectual y moral de los que pretenden censurar, pero además ¿han leído el libro?; en qué afecta, en qué molesta, que un Presidente de la República exprese en una obra la síntesis, el agradecimiento, de lo que ha hecho durante seis años con el apoyo de más de 30 millones de mexicanos.

Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata rechazaron la iniciativa del señor Reyes y su compañera Otálora, y así ellos argumentaron acertadamente lo siguiente, que lo transcribimos por su importancia: “Sólo en los regímenes dictatoriales se suspenden los libros".

Habría que considerar hasta dónde, como no sea haberlo ligado a que estamos en tiempos electorales, un libro que además desafortunadamente los mexicanos en general leemos poco, y así lo confirma el INEGI, inclusive hay números que dicen que el mexicano durante su vida lee medio libro en los años que pueda vivir.

También es importante reiterar, que lo que se pretendía es absurdo, porque en palabras de los Magistrados, específicamente de la Mata “Se puede no estar de acuerdo con lo que alguien dice, -sería lo que expresó el Presidente de la República- pero no es la censura el camino para cerrar el paso a las ideas”.

La otra acción, que desde nuestra perspectiva es absurda, es que preguntarles ¿leyeron el libro? ¿tuvieron acceso a él? La señora X no anexó el libro, pero qué les costaba ir a una librería y comprarlo, y obviamente leerlo para saber lo que iban hacer.

Otra calamidad es que hayan intentado sin lograrlo, hacer un análisis de fondo de la obra, porque hay que considerar que ni siquiera lo leyeron.

Conclusiones

Primera: No tiene el TEPJF facultades para sacar un libro del mercado, y menos prohibir su lectura.

Segunda: Para leer hay que comprar el libro e interesarse en él, lo que no ocurre desgraciadamente con la mayoría de los mexicanos.

Tercera: Que bueno que no se les ocurrió decir que habría que quemar todos los ejemplares del libro “Gracias” para que no perjudicaran a los mexicanos.

Cuarta: Hay que decirles a estos dos sujetos, a él y a ella, que los libros no se censuran; lo que sigue es, ¿habrá que cerrar las bibliotecas? ¿Quemarlas?, ¿o lo que ocurrió en la Alemania de Hitler?.


Licenciado en Derecho. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com



Para empezar, debemos subrayar que desde nuestra perspectiva no vemos que haya razones jurídicas ni de hecho para censurar un libro. Si el texto del mismo fuera ofensivo, dañino o inconveniente contra el pueblo, probablemente se justificaría una censura; pero como si estuviéramos en la época de que Savonarola en Florencia; o en la Santa Inquisición; o averiguar quién es el señor Reyes Rodríguez Mondragón, para haber intentado, y esto es lo más grave, porque ha quedado descubierto en su limitación de miras, porque sorprende que sea abogado del Instituto Tecnológico Autónomo de México y otros estudios, para que ignore que en el siglo XXI, en el año 2024, resulta una especie de aberración social, jurídica, económica, política, que se pretenda prohibir que la gente lea el libro de Andrés Manuel; que se rememore el tiempo en que el oscurantismo era el común denominador para juzgar, sobre todo al pueblo.

Es aberrante que se haya intentado, afortunadamente no progresó, prohibir la lectura del libro denominado “Gracias”, donde el Presidente de la República se despide y agradece al pueblo mexicano, la forma en que lo ha apoyado para que se haga realidad la Cuarta Transformación.

Es importante insistir, en que por encima del sujeto de marras que intentó esta acción, debe protegerse la libertad de expresión; la libertad de prensa, y querer mezclar estas cuestiones con la época electoral, para tratar de servir o de atender a la ocurrencia de la señora X, ha dejado en un ridículo total, no al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sino a los dos sujetos, ella y él, que intentaron sin éxito prohibir la circulación, la venta, y algo más grave, la lectura del libro; cómo es posible y habría que preguntarle a estos dos sujetos si leyeron el libro o si fue atendiendo a una consigna oscura, y una petición de los mismos, que durante casi seis años han estado en contra del actual gobierno.

Habría que preguntar la calidad intelectual y moral de los que pretenden censurar, pero además ¿han leído el libro?; en qué afecta, en qué molesta, que un Presidente de la República exprese en una obra la síntesis, el agradecimiento, de lo que ha hecho durante seis años con el apoyo de más de 30 millones de mexicanos.

Mónica Soto, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata rechazaron la iniciativa del señor Reyes y su compañera Otálora, y así ellos argumentaron acertadamente lo siguiente, que lo transcribimos por su importancia: “Sólo en los regímenes dictatoriales se suspenden los libros".

Habría que considerar hasta dónde, como no sea haberlo ligado a que estamos en tiempos electorales, un libro que además desafortunadamente los mexicanos en general leemos poco, y así lo confirma el INEGI, inclusive hay números que dicen que el mexicano durante su vida lee medio libro en los años que pueda vivir.

También es importante reiterar, que lo que se pretendía es absurdo, porque en palabras de los Magistrados, específicamente de la Mata “Se puede no estar de acuerdo con lo que alguien dice, -sería lo que expresó el Presidente de la República- pero no es la censura el camino para cerrar el paso a las ideas”.

La otra acción, que desde nuestra perspectiva es absurda, es que preguntarles ¿leyeron el libro? ¿tuvieron acceso a él? La señora X no anexó el libro, pero qué les costaba ir a una librería y comprarlo, y obviamente leerlo para saber lo que iban hacer.

Otra calamidad es que hayan intentado sin lograrlo, hacer un análisis de fondo de la obra, porque hay que considerar que ni siquiera lo leyeron.

Conclusiones

Primera: No tiene el TEPJF facultades para sacar un libro del mercado, y menos prohibir su lectura.

Segunda: Para leer hay que comprar el libro e interesarse en él, lo que no ocurre desgraciadamente con la mayoría de los mexicanos.

Tercera: Que bueno que no se les ocurrió decir que habría que quemar todos los ejemplares del libro “Gracias” para que no perjudicaran a los mexicanos.

Cuarta: Hay que decirles a estos dos sujetos, a él y a ella, que los libros no se censuran; lo que sigue es, ¿habrá que cerrar las bibliotecas? ¿Quemarlas?, ¿o lo que ocurrió en la Alemania de Hitler?.


Licenciado en Derecho. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com