/ martes 5 de enero de 2021

Año nuevo: reforzando el avance democrático

Con motivo del inicio de un nuevo año, es habitual que la gente haga una revisión de sus propios errores, comience a rectificar su conducta y establezca nuevas metas y propósitos en su agenda. Eso pasa en términos individuales. Pero como miembros de una colectividad, debemos reflexionar sobre los asuntos que más han dañado la convivencia entre los diversos sectores de la sociedad.

El pueblo mexicano está inmerso en un cambio social que ha generado muchas resistencias. Aunque el repudio popular es general contra los corruptos del viejo régimen, éste ha podido retener posiciones de poder, que por su fuerza mantienen tensa la situación en todos los terrenos. Son pocos los afectados por las medidas de cambio político y social, pero su voz se hace escuchar hasta el último de los rincones, porque los medios de comunicación de masas continúan a su servicio.

La inmensa mayoría de la población ha sido beneficiada por el presente régimen. Los adultos mayores, los jóvenes estudiantes, las amas de casa, los obreros y los productores del campo. El sistema de pensiones y becas a la población vulnerable está funcionando bien, y mantiene la dinámica de la economía. Los recursos han fluido con regularidad y mantienen tranquila a la población de menores ingresos.

Estamos hablando de unos 10 millones de núcleos sociales que, de acuerdo a la estructura de la familia amplia de México, representan alrededor de 50 millones de personas. Diez millones de familias abarcan los diversos programas sociales, reforzados por los ingresos que proceden del exterior, en este caso los miles de millones de dólares que envían los trabajadores mexicanos radicados en el extranjero.

Los migrantes inyectan dinero que obtienen en el exterior a la economía nacional, recursos que se suman a los que se generan al interior del país. Por esta combinación, hay algunas familias que redondean sus ingresos hasta unos 10 mil pesos mensuales. Y como los precios no han aumentado –la inflación está controlada—esos millones de personas sirven de sustento a la estabilidad del sistema en su conjunto. Forman una base muy estable de la pirámide social.

La crispación social generada por la pandemia empieza a encontrar un punto de equilibrio. Aunque la corrupción y el influyentismo en el acceso a las vacunas ha generado irritación social, el gobierno obradorista ha comenzado a reaccionar de manera adecuada, castigando y exhibiendo públicamente a los funcionarios abusivos.Desde luego, sus parientes beneficiados por el abuso deberán esperar el turno que realmente les corresponde por su edad, paraque puedan recibirla segunda dosis. Es lo justo.

De enero a mayo, las campañas electorales ocuparán el espacio central de la atención pública. Los excesos en los gastos de campaña deben ser vigilados. En las redes sociales se incrementarán los ataques y respuestas entre candidatos, cada vez más vitriólicas y despiadadas.

Hay que tener claro un dato central: el árbitro electoral, el Consejo General del INE, claramente es juez y parte. Ya ha intentado callar al presidente en su tradicional conferencia mañanera. No pudo hacerlo, pero su conducta será sin duda favorable a los partidos y candidatos de la derecha.

El carácter faccioso del INE ya quedó demostrado por lo menos en 2 ocasiones: la primera durante el proceso electoral de 2012, en el cual fingió demencia e ignoró las denuncias en torno a los gastos de la campaña peñista. Emilio Lozoya con sus recientes revelaciones no hizo más que confirmar lo que todo mundo sabía: Peña Nieto compró la presidencia de la República, a cambio de enajenar el futuro de la nación, vendiendo por adelantado suculentos contratos con la empresa brasileña que financió –entre otras—su campaña.

La segunda fue durante la campaña del 2017 en el estado de México, cuando hubo numerosas denuncias porfraude y compra masiva del voto. Estos hechos solo merecieron desdeñosos comentarios de la cúpula del INE, que al final convalidó un fraude que aún mantiene en el poder al primo incómodo, Alfredo del Mazo.

Además, el INE no es imparcial por una razón muy simple: en caso de vencer de nuevo la coalición de izquierda en las próximas elecciones, la presión sobre el Consejo General se incrementará, sobre todo en lo tocante al reclamo acerca de su fingida neutralidad y a los sueldos principescos que obtienen aún los altos funcionarios.

La coalición de izquierda (Morena-PT-PVEM) se enfila a reafirmar su triunfo electoral del 2018. Lleva ventaja en las principales posiciones en disputa, y se dispone a obtener victorias completas en la mayoría de las elecciones de gobernador en las 15 entidades. Las redes sociales retumban con las publicaciones y videos de ambos bandos.

En el fondo, el proyecto reformista de AMLO está en juego. Si la oposición de la derecha obtuviera mayoría en el próximo congreso federal, entrarían en función los “contrapesos” y habría reñida disputa por los presupuestos. Los recursos para los programas presidenciales podrían ser puestos en peligro, y por consiguiente, el poder del presidente saldría muy acotado hasta volverlo inoperante.

Si esto sucediera, de inmediato la batalla se trasladaría a las calles y plazas, y la lucha por la hegemonía política cobraría dimensiones gigantescas, por lo cual se pondría en riesgo la relativa estabilidad del país. Así pues, las próximas elecciones son una oportunidad de continuar el programa de reformas con relativa paz y estabilidad. Es la oportunidad histórica de dar una salida democrática a la crisis que vive el país.

Por otro lado, los principales voceros de la derecha han sido exhibidos en su ridícula pequeñez. A Joaquín López-Dórigalo exhibieron ante el país con una caricatura del monero Hernández, portando la leyenda: “AMLO, MALOTE, REGRÉSAME EL CHAYOTE” al tiempo que las redes retumbaban con las sonoras carcajadas de millones de ciudadanos.

El aludido ardió enindignación pero no podía defenderse, porque lo del chayote es fácilmente comprobable. Se salió por la tangente, diciendo que AMLO lo había agredido a mansalva, con ventaja, y trató de presentarse como la víctima. En las redes sociales millones de ciudadanos lo acribillaron con frases, memes y burlas. Mala suerte, pero son los riesgos de su oficio como empresario de la desinformación.

A Brozo (Víctor Trujillo) le llovió duro en su milpa desde el Canal 11. Estefanía Veloz, joven simpatizante del obradorismo, se refirió a él como prototipo de la oposición de derecha, y lo tildó de ”payaso y vagabundo” con un estilo calmado, elegante y despectivo. Tanto Brozo como su aliado, Carlos Loret de Mola, solo exhibieron, con su biliosa respuesta,intolerancia y falta de talento y oficio en los terrenos de la ironía. Solo sirven para agredir y hacer montajes.

Finalmente una observación: los candidatos locales y federales de la coalición de izquierda deben ser muy cuidadosos de hoy en adelante. Saben que cualquier resbalón podría ser aprovechado por la jauría de derecha. Deben trabajar y comportarse como abanderados del pueblo, y alejarse de toda clase de frivolidades. La prensa de la derecha está vigilante y es muy rencorosa.

Con motivo del inicio de un nuevo año, es habitual que la gente haga una revisión de sus propios errores, comience a rectificar su conducta y establezca nuevas metas y propósitos en su agenda. Eso pasa en términos individuales. Pero como miembros de una colectividad, debemos reflexionar sobre los asuntos que más han dañado la convivencia entre los diversos sectores de la sociedad.

El pueblo mexicano está inmerso en un cambio social que ha generado muchas resistencias. Aunque el repudio popular es general contra los corruptos del viejo régimen, éste ha podido retener posiciones de poder, que por su fuerza mantienen tensa la situación en todos los terrenos. Son pocos los afectados por las medidas de cambio político y social, pero su voz se hace escuchar hasta el último de los rincones, porque los medios de comunicación de masas continúan a su servicio.

La inmensa mayoría de la población ha sido beneficiada por el presente régimen. Los adultos mayores, los jóvenes estudiantes, las amas de casa, los obreros y los productores del campo. El sistema de pensiones y becas a la población vulnerable está funcionando bien, y mantiene la dinámica de la economía. Los recursos han fluido con regularidad y mantienen tranquila a la población de menores ingresos.

Estamos hablando de unos 10 millones de núcleos sociales que, de acuerdo a la estructura de la familia amplia de México, representan alrededor de 50 millones de personas. Diez millones de familias abarcan los diversos programas sociales, reforzados por los ingresos que proceden del exterior, en este caso los miles de millones de dólares que envían los trabajadores mexicanos radicados en el extranjero.

Los migrantes inyectan dinero que obtienen en el exterior a la economía nacional, recursos que se suman a los que se generan al interior del país. Por esta combinación, hay algunas familias que redondean sus ingresos hasta unos 10 mil pesos mensuales. Y como los precios no han aumentado –la inflación está controlada—esos millones de personas sirven de sustento a la estabilidad del sistema en su conjunto. Forman una base muy estable de la pirámide social.

La crispación social generada por la pandemia empieza a encontrar un punto de equilibrio. Aunque la corrupción y el influyentismo en el acceso a las vacunas ha generado irritación social, el gobierno obradorista ha comenzado a reaccionar de manera adecuada, castigando y exhibiendo públicamente a los funcionarios abusivos.Desde luego, sus parientes beneficiados por el abuso deberán esperar el turno que realmente les corresponde por su edad, paraque puedan recibirla segunda dosis. Es lo justo.

De enero a mayo, las campañas electorales ocuparán el espacio central de la atención pública. Los excesos en los gastos de campaña deben ser vigilados. En las redes sociales se incrementarán los ataques y respuestas entre candidatos, cada vez más vitriólicas y despiadadas.

Hay que tener claro un dato central: el árbitro electoral, el Consejo General del INE, claramente es juez y parte. Ya ha intentado callar al presidente en su tradicional conferencia mañanera. No pudo hacerlo, pero su conducta será sin duda favorable a los partidos y candidatos de la derecha.

El carácter faccioso del INE ya quedó demostrado por lo menos en 2 ocasiones: la primera durante el proceso electoral de 2012, en el cual fingió demencia e ignoró las denuncias en torno a los gastos de la campaña peñista. Emilio Lozoya con sus recientes revelaciones no hizo más que confirmar lo que todo mundo sabía: Peña Nieto compró la presidencia de la República, a cambio de enajenar el futuro de la nación, vendiendo por adelantado suculentos contratos con la empresa brasileña que financió –entre otras—su campaña.

La segunda fue durante la campaña del 2017 en el estado de México, cuando hubo numerosas denuncias porfraude y compra masiva del voto. Estos hechos solo merecieron desdeñosos comentarios de la cúpula del INE, que al final convalidó un fraude que aún mantiene en el poder al primo incómodo, Alfredo del Mazo.

Además, el INE no es imparcial por una razón muy simple: en caso de vencer de nuevo la coalición de izquierda en las próximas elecciones, la presión sobre el Consejo General se incrementará, sobre todo en lo tocante al reclamo acerca de su fingida neutralidad y a los sueldos principescos que obtienen aún los altos funcionarios.

La coalición de izquierda (Morena-PT-PVEM) se enfila a reafirmar su triunfo electoral del 2018. Lleva ventaja en las principales posiciones en disputa, y se dispone a obtener victorias completas en la mayoría de las elecciones de gobernador en las 15 entidades. Las redes sociales retumban con las publicaciones y videos de ambos bandos.

En el fondo, el proyecto reformista de AMLO está en juego. Si la oposición de la derecha obtuviera mayoría en el próximo congreso federal, entrarían en función los “contrapesos” y habría reñida disputa por los presupuestos. Los recursos para los programas presidenciales podrían ser puestos en peligro, y por consiguiente, el poder del presidente saldría muy acotado hasta volverlo inoperante.

Si esto sucediera, de inmediato la batalla se trasladaría a las calles y plazas, y la lucha por la hegemonía política cobraría dimensiones gigantescas, por lo cual se pondría en riesgo la relativa estabilidad del país. Así pues, las próximas elecciones son una oportunidad de continuar el programa de reformas con relativa paz y estabilidad. Es la oportunidad histórica de dar una salida democrática a la crisis que vive el país.

Por otro lado, los principales voceros de la derecha han sido exhibidos en su ridícula pequeñez. A Joaquín López-Dórigalo exhibieron ante el país con una caricatura del monero Hernández, portando la leyenda: “AMLO, MALOTE, REGRÉSAME EL CHAYOTE” al tiempo que las redes retumbaban con las sonoras carcajadas de millones de ciudadanos.

El aludido ardió enindignación pero no podía defenderse, porque lo del chayote es fácilmente comprobable. Se salió por la tangente, diciendo que AMLO lo había agredido a mansalva, con ventaja, y trató de presentarse como la víctima. En las redes sociales millones de ciudadanos lo acribillaron con frases, memes y burlas. Mala suerte, pero son los riesgos de su oficio como empresario de la desinformación.

A Brozo (Víctor Trujillo) le llovió duro en su milpa desde el Canal 11. Estefanía Veloz, joven simpatizante del obradorismo, se refirió a él como prototipo de la oposición de derecha, y lo tildó de ”payaso y vagabundo” con un estilo calmado, elegante y despectivo. Tanto Brozo como su aliado, Carlos Loret de Mola, solo exhibieron, con su biliosa respuesta,intolerancia y falta de talento y oficio en los terrenos de la ironía. Solo sirven para agredir y hacer montajes.

Finalmente una observación: los candidatos locales y federales de la coalición de izquierda deben ser muy cuidadosos de hoy en adelante. Saben que cualquier resbalón podría ser aprovechado por la jauría de derecha. Deben trabajar y comportarse como abanderados del pueblo, y alejarse de toda clase de frivolidades. La prensa de la derecha está vigilante y es muy rencorosa.