/ miércoles 21 de febrero de 2024

Registro de Claudia y concentración rosa en el zócalo

Mientras en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) se realizó el registro de la candidata de la izquierda Claudia Sheinbaum el domingo 18 de febrero, Lorenzo Córdova, expresidente de dicha institución, montado en un templete en el Zócalo capitalino, pronunció un discurso donde llamó a defender la democracia en este país.

En un solo día, se manifestaron claramente en el corazón de México las expresiones fundamentales que dominan la vida política del país. Por un lado, la izquierda integrada por la coalición Morena-PT-PVEM registró la candidatura de la exjefa de gobierno de la capital mexicana, al tiempo que las huestes de la derecha –disfrazadas de blanco y rosa—exhibieron su rechazo a los programas populares que se han implantado en el presente sexenio, y descalificaron los avances del actual proceso de transformación.

Claudia Sheinbaum fue acompañada en ese acto por los dirigentes de los partidos que integran la coalición: Alberto Anaya, coordinador nacional del PT; la diputada Karen Castrejón por el PVEM y Mario Delgado y Citlalli Hernández por la dirección de Morena. Como asistentes al evento en el INE estuvieron presentes los gobernadores y gobernadoras de los estados del país que llegaron al poder con el apoyo de la izquierda. Los líderes de ambas cámaras legislativas federales; los candidatos y candidatas de izquierda a las 9 gubernaturas que se encuentran en disputa en la contienda que culminará el 2 de junio. Hizo acto de presencia la flor y nata de la clase política obradorista, incluyendo los dirigentes que disputaron el año pasado con Claudia Sheinbaum la candidatura a la presidencia de la República.

En su discurso, la candidata de izquierda reiteró su compromiso de construir el segundo piso de la transformación del país, y expresó su apoyo a las recientes iniciativas enviadas por el presidente AMLO al Congreso de la Unión para continuar con la secuencia de cambios. En especial, manifestó su apoyo a las mujeres, a los pueblos originarios y afromexicanos, a los obreros, campesinos y estudiantes, así como a la consagración de sus derechos colectivos en una nueva Constitución.

Mientras tanto, la marcha de los contingentes de la marea rosa (como ellos la han llamado) avanzó por las principales avenidas del centro de la capital hasta la plancha del Zócalo. Los organizadores del evento informaron que ese acto se replicó en decenas de ciudades del país y del extranjero. El gobierno de la capital publicó un boletín donde calculó el número de asistentes en 90 mil personas.

La convocatoria de esta marcha fue firmada por decenas de organizaciones “de la sociedad civil”, algunos de ellos solo son cascarones sin contenido que representan pequeños grupos sin apoyo real, y en muchos casos son organismos que no existen. Por ejemplo: la Unión Nacional Sinarquista (UNS) heredera de los cristeros a mediados del siglo pasado, se convirtió en partido político que posteriormente dio origen al Partido Demócrata Mexicano (PDM) desaparecido hace varios años.

Decenas de reporteros y camarógrafos fueron desplegados por los medios de comunicación para informar en tiempo real del paso de los contingentes. También hicieron acto de presencia numerosos dirigentes políticos como Marko Cortés, líder del PAN, Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, Jesús Zambrano, del PRD y otros. Y desde luego, el inspirador y líder moral de la derecha, Claudio X. González. Una de las consignas más repetidas por los manifestantes fue #Narcopresidente AMLO.

El orador principal del acto, Lorenzo Córdova, señaló que el gobierno de AMLO ha anulado las libertades, y llamó a los presentes a luchar por “nuestra democracia”, puesta en peligro por la política del gobierno actual. Advirtió en el país está en marcha un intento oficial de restauración autoritaria y, en caso de concretarse las recientes propuestas legislativas de AMLO –advirtió-- los jueces serán designados por el nuevo partido hegemónico. Pidió luchar en defensa de la Constitución, por la vigencia del estado de derecho, y en contra de lo que llaman “elección de estado” que se supone ejecutará el gobierno actual.

Al respecto, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente, comentó en sus redes con ironía que en México “todo marchaba bien cuando Lorenzo Córdova dirigía al INE, pero todo se descompuso cuando él abandonó ese cargo”. Por lo mismo, propuso que se le designara nuevamente en ese puesto, y así resolver todos los problemas de la democracia mexicana.

Gerardo Fernández Noroña comentó también sobre la concentración blanca-rosa en el Zócalo. Señaló que la izquierda fue la que históricamente abrió camino a la democracia; la que sufrió represión y encarcelamientos. Y de Lorenzo Córdova expresó que, cuando fue presidente del INE no fue “árbitro vendido”, sino de plano jugador del equipo contrario, como hoy se confirma.

De acuerdo con el concepto de los organizadores, el balance del gobierno de AMLO es negativo. Tomaron la palabra para criticar al “dictador” que ha suprimido la democracia, o por lo menos lo que ellos entienden por ese concepto. No se refirieron al hecho de que más de cinco millones de mexicanos de los sectores marginales salieron de la pobreza en este sexenio, según datos oficiales del Inegi.

El historiador Enrique Krauze comparó la marcha rosa del pasado domingo con las jornadas históricas del movimiento estudiantil de 1968. Pero si bien los participantes de ambas movilizaciones recorrieron las mismas calles del centro histórico capitalino, la comparación resulta absurda y sin sentido.

Los jóvenes lucharon en aquellas jornadas contra un régimen brutal. En esa época sí había una “dictadura perfecta”, o sea que la policía disolvía mítines y mataba estudiantes, mientras el gobierno aparentaba que había elecciones. No existía siquiera el concepto de “sociedad civil”, ni prensa independiente, ni organismos de derechos humanos. Quien no se sujetaba a los férreos lineamientos del régimen priísta estaba condenado a una vida marginal.

El asunto relevante para los próceres de la derecha es la pérdida de sus controles, de sus privilegios, de sus jugosos negocios al amparo del poder. Por eso salen a la calle a protestar. No porque se hayan reducido los márgenes de libertad democrática, sino porque se han suprimido sus privilegios. De acuerdo con su visión maniquea, eso es “comunismo” y pronto estaremos igual que en Cuba o Venezuela.

Mientras en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) se realizó el registro de la candidata de la izquierda Claudia Sheinbaum el domingo 18 de febrero, Lorenzo Córdova, expresidente de dicha institución, montado en un templete en el Zócalo capitalino, pronunció un discurso donde llamó a defender la democracia en este país.

En un solo día, se manifestaron claramente en el corazón de México las expresiones fundamentales que dominan la vida política del país. Por un lado, la izquierda integrada por la coalición Morena-PT-PVEM registró la candidatura de la exjefa de gobierno de la capital mexicana, al tiempo que las huestes de la derecha –disfrazadas de blanco y rosa—exhibieron su rechazo a los programas populares que se han implantado en el presente sexenio, y descalificaron los avances del actual proceso de transformación.

Claudia Sheinbaum fue acompañada en ese acto por los dirigentes de los partidos que integran la coalición: Alberto Anaya, coordinador nacional del PT; la diputada Karen Castrejón por el PVEM y Mario Delgado y Citlalli Hernández por la dirección de Morena. Como asistentes al evento en el INE estuvieron presentes los gobernadores y gobernadoras de los estados del país que llegaron al poder con el apoyo de la izquierda. Los líderes de ambas cámaras legislativas federales; los candidatos y candidatas de izquierda a las 9 gubernaturas que se encuentran en disputa en la contienda que culminará el 2 de junio. Hizo acto de presencia la flor y nata de la clase política obradorista, incluyendo los dirigentes que disputaron el año pasado con Claudia Sheinbaum la candidatura a la presidencia de la República.

En su discurso, la candidata de izquierda reiteró su compromiso de construir el segundo piso de la transformación del país, y expresó su apoyo a las recientes iniciativas enviadas por el presidente AMLO al Congreso de la Unión para continuar con la secuencia de cambios. En especial, manifestó su apoyo a las mujeres, a los pueblos originarios y afromexicanos, a los obreros, campesinos y estudiantes, así como a la consagración de sus derechos colectivos en una nueva Constitución.

Mientras tanto, la marcha de los contingentes de la marea rosa (como ellos la han llamado) avanzó por las principales avenidas del centro de la capital hasta la plancha del Zócalo. Los organizadores del evento informaron que ese acto se replicó en decenas de ciudades del país y del extranjero. El gobierno de la capital publicó un boletín donde calculó el número de asistentes en 90 mil personas.

La convocatoria de esta marcha fue firmada por decenas de organizaciones “de la sociedad civil”, algunos de ellos solo son cascarones sin contenido que representan pequeños grupos sin apoyo real, y en muchos casos son organismos que no existen. Por ejemplo: la Unión Nacional Sinarquista (UNS) heredera de los cristeros a mediados del siglo pasado, se convirtió en partido político que posteriormente dio origen al Partido Demócrata Mexicano (PDM) desaparecido hace varios años.

Decenas de reporteros y camarógrafos fueron desplegados por los medios de comunicación para informar en tiempo real del paso de los contingentes. También hicieron acto de presencia numerosos dirigentes políticos como Marko Cortés, líder del PAN, Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, Jesús Zambrano, del PRD y otros. Y desde luego, el inspirador y líder moral de la derecha, Claudio X. González. Una de las consignas más repetidas por los manifestantes fue #Narcopresidente AMLO.

El orador principal del acto, Lorenzo Córdova, señaló que el gobierno de AMLO ha anulado las libertades, y llamó a los presentes a luchar por “nuestra democracia”, puesta en peligro por la política del gobierno actual. Advirtió en el país está en marcha un intento oficial de restauración autoritaria y, en caso de concretarse las recientes propuestas legislativas de AMLO –advirtió-- los jueces serán designados por el nuevo partido hegemónico. Pidió luchar en defensa de la Constitución, por la vigencia del estado de derecho, y en contra de lo que llaman “elección de estado” que se supone ejecutará el gobierno actual.

Al respecto, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente, comentó en sus redes con ironía que en México “todo marchaba bien cuando Lorenzo Córdova dirigía al INE, pero todo se descompuso cuando él abandonó ese cargo”. Por lo mismo, propuso que se le designara nuevamente en ese puesto, y así resolver todos los problemas de la democracia mexicana.

Gerardo Fernández Noroña comentó también sobre la concentración blanca-rosa en el Zócalo. Señaló que la izquierda fue la que históricamente abrió camino a la democracia; la que sufrió represión y encarcelamientos. Y de Lorenzo Córdova expresó que, cuando fue presidente del INE no fue “árbitro vendido”, sino de plano jugador del equipo contrario, como hoy se confirma.

De acuerdo con el concepto de los organizadores, el balance del gobierno de AMLO es negativo. Tomaron la palabra para criticar al “dictador” que ha suprimido la democracia, o por lo menos lo que ellos entienden por ese concepto. No se refirieron al hecho de que más de cinco millones de mexicanos de los sectores marginales salieron de la pobreza en este sexenio, según datos oficiales del Inegi.

El historiador Enrique Krauze comparó la marcha rosa del pasado domingo con las jornadas históricas del movimiento estudiantil de 1968. Pero si bien los participantes de ambas movilizaciones recorrieron las mismas calles del centro histórico capitalino, la comparación resulta absurda y sin sentido.

Los jóvenes lucharon en aquellas jornadas contra un régimen brutal. En esa época sí había una “dictadura perfecta”, o sea que la policía disolvía mítines y mataba estudiantes, mientras el gobierno aparentaba que había elecciones. No existía siquiera el concepto de “sociedad civil”, ni prensa independiente, ni organismos de derechos humanos. Quien no se sujetaba a los férreos lineamientos del régimen priísta estaba condenado a una vida marginal.

El asunto relevante para los próceres de la derecha es la pérdida de sus controles, de sus privilegios, de sus jugosos negocios al amparo del poder. Por eso salen a la calle a protestar. No porque se hayan reducido los márgenes de libertad democrática, sino porque se han suprimido sus privilegios. De acuerdo con su visión maniquea, eso es “comunismo” y pronto estaremos igual que en Cuba o Venezuela.