/ miércoles 17 de abril de 2024

Los dirigentes del PRIAN construyeron una candidatura fallida

Los partidos de la derecha mexicana (PRI-PAN-PRD) están pagando el precio de los graves errores políticos que cometieron desde el principio, cuando abordaron los temas de la presente campaña electoral, ya que su candidata presidencial no solo permanece estancada, sino que muestra un claro retroceso en sus niveles de aceptación popular.

Los mencionados dirigentes no han sabido analizar y menos actualizar sus conceptos y métodos desde 2018, a pesar de que en aquella campaña sus carencias quedaron a la vista. Su propuesta de gobierno sigue siendo la misma mezcolanza de medidas privatizadoras que ya comprobaron su ineficacia. En los seis años transcurridos después de su derrota, no han podido asimilar las causas. No han mostrado profundidad en el análisis y por lo mismo carecen de un proyecto coherente de nación, y han dejado todo a las ocurrencias de una candidata que marcha de pifia en pifia, y se resbala todos los días por falta de coherencia y lucidez en sus opiniones.

Inclusive hay sectores de la comentocracia en los medios que han pintado su raya ante tanta evidencia de inmadurez e improvisación. El grupo de derecha reunido en torno a Latinus realizó un encuentro al día siguiente del debate, donde hizo una crítica mordaz de la actuación de Xóchitl Gálvez. Dieron en el clavo al afirmar que, al mostrar el escudo nacional al revés, Xóchitl debió dar una razón clara, pero no lo hizo y permitió que todo quedara en chascarrillos. En respuesta, los “xochilovers” de sangre azul se les fueron encima, llamándolos “chairos” y personajes a sueldo de AMLO, en medio de la sonrisa complaciente de las agrupaciones que simpatizan con el obradorismo.

Los grupos y sectores del movimiento progresista, por su parte, han hecho varias observaciones sobre el desempeño de la campaña prianista en su conjunto, cuyos puntos principales se pueden sintetizar de esta manera:

  • El primer error político de esa campaña fue que los dirigentes de la derecha impidieron se efectuara, a principios de septiembre de 2023, el debate proyectado entre las precandidatas Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes, a pesar de que el padrón de militantes ya estaba disponible para recibir el voto. Por lo mismo, la candidatura de la exsenadora Gálvez no se pudo legitimar mediante la votación de los simpatizantes.
  • El presidente del PAN, Marko Cortés publicó en aquellos días un mensaje en sus redes donde dio a conocer el acuerdo mafioso establecido entre las direcciones del PRI y el PAN con el candidato vencedor a la gubernatura de Coahuila. Al no deslindarse de esos manejos, la candidata del PRIAN dejó correr las sospechas ciudadanas de que ella fue corresponsable de los mismos, o al menos de que no tuvo la capacidad política de fijar sus límites.
  • Xóchitl Gálvez está resultando una mala candidata. Carece de la capacidad de argumentar sin tener en las manos un guión por escrito. No tiene la claridad suficiente en sus ideas para exponerlas de manera fluida y congruente. Por ejemplo: en el primer debate realizado el 7 de abril, Xóchitl Gálvez no pudo hilvanar sus ideas de manera adecuada, aunque los “moderadores” le pusieron en bandeja varios puntos de crítica contra el gobierno de AMLO en diversos temas, con el fin de que les diera remates eficaces. Su actuación fue titubeante y llena de nerviosismo
  • Por lo tanto, se puede afirmar que el conjunto de agrupaciones de derecha –coordinadas por Claudio X. González—no pudieron crear una candidatura sólida, con imagen, presencia y discurso contundentes. Los argumentos de Xóchitl Gálvez en la campaña no han mostrado la fuerza necesaria para acreditarla como candidata “presidenciable”.
  • Hace algunos días, la exsenadora Gálvez quiso responder a la candidata de izquierda, Claudia Sheinbaum, su afirmación de que ella vive en un departamento rentado, mientras Xóchitl lo hace en una casa del “Cártel Inmobiliario”. La respuesta de Xóchitl Gálvez fue muy desafortunada: “Si a los 60 años no tienes casa propia y no has podido construir un patrimonio, eres muy “güey”. Esa idea cayó como baño de agua helada sobre millones de personas de la tercera edad, y ha sido tema de comentarios durante varios días. Hasta Javier Lozano –exfuncionario de Felipe Calderón- se vio obligado a corregirle la plana.
  • De hecho, la exsenadora Gálvez aspiraba en julio del 2023 a competir en la campaña por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, donde quizás hubiera conseguido mejores logros. Pero ante la carencia de prospectos, los líderes de la derecha prianista decidieron improvisar y convertirla en candidata presidencial, contra viento y marea, con los resultados a la vista. En los hechos, quien indujo la candidatura de la exfuncionaria hidalguense fue el propio López Obrador, por sus constantes menciones. Lo cual indica con claridad que la dirigencia del PRIAN carece de experiencia en estas lides, ya que sus líderes se comportaron como novatos en materia política.
  • Por lo demás, al presentarse como una sola agrupación político-electoral, los partidos aliados no hicieron más que sumar y potenciar desprestigios y debilidades. Cabe la posibilidad de que cada partido por sí solo hubiera podido defenderse en algunas regiones. Pero al presentarse unidos, solo confirmaron las peores sospechas de que los antiguos firmantes del “Pacto por México” de EPN hoy están tratando de dar marcha atrás a la rueda de la historia.

A diferencia de otros procesos, la campaña electoral que tiene lugar en este momento se realiza en el contexto de la victoria política, económica y cultural de la izquierda obradorista en México. AMLO ha podido mostrar las debilidades de la política neoliberal. La población ha recibido grandes beneficios sociales, que han resultado plenamente compatibles con el desarrollo económico del país. Al mismo tiempo, al promoverse diariamente el debate público de hechos e ideas, la población está aprendiendo rápidamente.

Recordemos que la transición del año 2000 se produjo en medio del hartazgo de la población contra los gobiernos priístas, hábilmente aprovechado por la derecha empresarial para llevar a Fox a la Presidencia. El cambio prometido no se realizó, y por el contrario el partido albiazul adquirió los peores vicios del PRI, básicamente los relacionados con la corrupción y el fraude electoral.

La transición de 2012 –el regreso del PRI a Los Pinos-- demostró que los panistas no lograron resistir más de 12 años la prueba de fuego del poder. La presente transición está enmarcada en una palpable satisfacción popular por el desempeño de AMLO, y mira con grandes expectativas un nuevo gobierno de izquierda, manejado con sobriedad, conocimiento y disciplina.

Los partidos de la derecha mexicana (PRI-PAN-PRD) están pagando el precio de los graves errores políticos que cometieron desde el principio, cuando abordaron los temas de la presente campaña electoral, ya que su candidata presidencial no solo permanece estancada, sino que muestra un claro retroceso en sus niveles de aceptación popular.

Los mencionados dirigentes no han sabido analizar y menos actualizar sus conceptos y métodos desde 2018, a pesar de que en aquella campaña sus carencias quedaron a la vista. Su propuesta de gobierno sigue siendo la misma mezcolanza de medidas privatizadoras que ya comprobaron su ineficacia. En los seis años transcurridos después de su derrota, no han podido asimilar las causas. No han mostrado profundidad en el análisis y por lo mismo carecen de un proyecto coherente de nación, y han dejado todo a las ocurrencias de una candidata que marcha de pifia en pifia, y se resbala todos los días por falta de coherencia y lucidez en sus opiniones.

Inclusive hay sectores de la comentocracia en los medios que han pintado su raya ante tanta evidencia de inmadurez e improvisación. El grupo de derecha reunido en torno a Latinus realizó un encuentro al día siguiente del debate, donde hizo una crítica mordaz de la actuación de Xóchitl Gálvez. Dieron en el clavo al afirmar que, al mostrar el escudo nacional al revés, Xóchitl debió dar una razón clara, pero no lo hizo y permitió que todo quedara en chascarrillos. En respuesta, los “xochilovers” de sangre azul se les fueron encima, llamándolos “chairos” y personajes a sueldo de AMLO, en medio de la sonrisa complaciente de las agrupaciones que simpatizan con el obradorismo.

Los grupos y sectores del movimiento progresista, por su parte, han hecho varias observaciones sobre el desempeño de la campaña prianista en su conjunto, cuyos puntos principales se pueden sintetizar de esta manera:

  • El primer error político de esa campaña fue que los dirigentes de la derecha impidieron se efectuara, a principios de septiembre de 2023, el debate proyectado entre las precandidatas Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes, a pesar de que el padrón de militantes ya estaba disponible para recibir el voto. Por lo mismo, la candidatura de la exsenadora Gálvez no se pudo legitimar mediante la votación de los simpatizantes.
  • El presidente del PAN, Marko Cortés publicó en aquellos días un mensaje en sus redes donde dio a conocer el acuerdo mafioso establecido entre las direcciones del PRI y el PAN con el candidato vencedor a la gubernatura de Coahuila. Al no deslindarse de esos manejos, la candidata del PRIAN dejó correr las sospechas ciudadanas de que ella fue corresponsable de los mismos, o al menos de que no tuvo la capacidad política de fijar sus límites.
  • Xóchitl Gálvez está resultando una mala candidata. Carece de la capacidad de argumentar sin tener en las manos un guión por escrito. No tiene la claridad suficiente en sus ideas para exponerlas de manera fluida y congruente. Por ejemplo: en el primer debate realizado el 7 de abril, Xóchitl Gálvez no pudo hilvanar sus ideas de manera adecuada, aunque los “moderadores” le pusieron en bandeja varios puntos de crítica contra el gobierno de AMLO en diversos temas, con el fin de que les diera remates eficaces. Su actuación fue titubeante y llena de nerviosismo
  • Por lo tanto, se puede afirmar que el conjunto de agrupaciones de derecha –coordinadas por Claudio X. González—no pudieron crear una candidatura sólida, con imagen, presencia y discurso contundentes. Los argumentos de Xóchitl Gálvez en la campaña no han mostrado la fuerza necesaria para acreditarla como candidata “presidenciable”.
  • Hace algunos días, la exsenadora Gálvez quiso responder a la candidata de izquierda, Claudia Sheinbaum, su afirmación de que ella vive en un departamento rentado, mientras Xóchitl lo hace en una casa del “Cártel Inmobiliario”. La respuesta de Xóchitl Gálvez fue muy desafortunada: “Si a los 60 años no tienes casa propia y no has podido construir un patrimonio, eres muy “güey”. Esa idea cayó como baño de agua helada sobre millones de personas de la tercera edad, y ha sido tema de comentarios durante varios días. Hasta Javier Lozano –exfuncionario de Felipe Calderón- se vio obligado a corregirle la plana.
  • De hecho, la exsenadora Gálvez aspiraba en julio del 2023 a competir en la campaña por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, donde quizás hubiera conseguido mejores logros. Pero ante la carencia de prospectos, los líderes de la derecha prianista decidieron improvisar y convertirla en candidata presidencial, contra viento y marea, con los resultados a la vista. En los hechos, quien indujo la candidatura de la exfuncionaria hidalguense fue el propio López Obrador, por sus constantes menciones. Lo cual indica con claridad que la dirigencia del PRIAN carece de experiencia en estas lides, ya que sus líderes se comportaron como novatos en materia política.
  • Por lo demás, al presentarse como una sola agrupación político-electoral, los partidos aliados no hicieron más que sumar y potenciar desprestigios y debilidades. Cabe la posibilidad de que cada partido por sí solo hubiera podido defenderse en algunas regiones. Pero al presentarse unidos, solo confirmaron las peores sospechas de que los antiguos firmantes del “Pacto por México” de EPN hoy están tratando de dar marcha atrás a la rueda de la historia.

A diferencia de otros procesos, la campaña electoral que tiene lugar en este momento se realiza en el contexto de la victoria política, económica y cultural de la izquierda obradorista en México. AMLO ha podido mostrar las debilidades de la política neoliberal. La población ha recibido grandes beneficios sociales, que han resultado plenamente compatibles con el desarrollo económico del país. Al mismo tiempo, al promoverse diariamente el debate público de hechos e ideas, la población está aprendiendo rápidamente.

Recordemos que la transición del año 2000 se produjo en medio del hartazgo de la población contra los gobiernos priístas, hábilmente aprovechado por la derecha empresarial para llevar a Fox a la Presidencia. El cambio prometido no se realizó, y por el contrario el partido albiazul adquirió los peores vicios del PRI, básicamente los relacionados con la corrupción y el fraude electoral.

La transición de 2012 –el regreso del PRI a Los Pinos-- demostró que los panistas no lograron resistir más de 12 años la prueba de fuego del poder. La presente transición está enmarcada en una palpable satisfacción popular por el desempeño de AMLO, y mira con grandes expectativas un nuevo gobierno de izquierda, manejado con sobriedad, conocimiento y disciplina.