En los últimos años el porcentaje de defunciones por leucemia linfoblástica en menores de edad incrementó más del uno por ciento en el país, esto se debe al aumento en la capacidad de diagnóstico del sistema de salud, de acuerdo con el estudio “Leucemia Infantil” del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). En Morelos el porcentaje de supervivencia supera el 50 por ciento, el cual aunque es alto, queda por debajo del promedio nacional.
¿Qué es la leucemia linfoblástica?
La leucemia linfoblástica (LLA) es un desorden maligno en las células “que afecta a los glóbulos rojos y plaquetas. Se origina en la médula ósea y es común en edad preescolar”.
Es la primera causa de muerte en menores de cinco a 14 años de edad en México, y la sexta causa en menores de cinco años de edad. Siete de cada diez menores que padecen algún tipo de cáncer, tienen LLA.
Aunque se reporta un aumento en el porcentaje de supervivencia debido a un diagnóstico temprano, cada año se descubren dos mil casos nuevos en menores de 18 años de edad.
“En un periodo de 20 años (1998-2018) se registró un incremento en la proporción de muertes por LLA en la población menor de 20, que pasaron de representar 0.3% de las defunciones en 1990 a 1.0% en 2000 y 1.3% en 2016. Este incremento podría ser atribuible a una mayor capacidad diagnóstica”.
El estudio “Leucemia Infantil” muestra que en Morelos la tasa de supervivencia es del 53 por ciento, ocupando el lugar número 22, por debajo de entidades como Ciudad de México, Estado de México y Guerrero, por citar algunos.
“El diagnóstico se realiza mediante el análisis morfológico, citogenético y molecular del aspirado de médula ósea. El tratamiento dura aproximadamente dos años”.
Retos
Al tener variación de síntomas como anemia, fiebre, malestar o hemorragia, estos suelen confundirse con enfermedades infecciosas, por lo que uno de los retos más importantes es el diagnóstico oportuno, esto dilatará el tratamiento y con ello el efecto para retraer la enfermedad, es así que se reconoce un “surebgistro” de casos.
Apenas el 20 por ciento de los menores acceden a herramientas de diagnóstico para ser incluidos en “grupos de riesgo”.
El abandono del tratamiento es otro de los retos: “Se han citado muchas razones para el abandono, incluida la falta de recursos financieros, la comprensión deficiente de la enfermedad, los factores culturales, la creencia en las terapias alternativas, el miedo a la toxicidad del tratamiento, la atención inadecuada por parte de los trabajadores de la salud y la disminución del conocimiento de los programas de ayuda”.
Recomendaciones
Entre las recomendaciones emitidas por el INSP es que los gobiernos centralicen o regionalicen los servicios de laboratorio, para un diagnóstico temprano, garantizar el suministro de medicamentos, reverenciarlos al área oncológica de manera temprana, el “twinning” o hermanamiento entre hospitales para compartir experiencias.
Así como una vigilancia y monitoreo del cáncer infantil.
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