Feliz Año Nuevo

Ding, dong. Sonaban las campanadas anunciando el nuevo año

Reicelda Oxilia | El Sol de Cuernavaca

  · miércoles 8 de enero de 2020

Cortesía | Johan Mata

Casi las primeras dos décadas se han ido. Son cuatro lustros de este nuevo siglo que se han esfumado, así, como soplido del viento, abandonándonos en la lentitud o en la rapidez del tiempo, según quien lo haya vivido.

Ding, dong. Sonaban las campanadas anunciando el nuevo año. El primer brindis, por Greta Thunberg. Su activismo ecológico ha permeado afortunadamente en las juventudes de muchas partes del planeta. No hay otra actividad más importante hoy en día, aunque haya alguno que otro gobernante fascistoide que no quiera darse cuenta de la magnitud del problema que estamos enfrentando si no cambiamos urgente y radicalmente nuestros estilos de vida. La ONU ya dio un pronóstico alarmante y por las redes sociales corren todas las medidas que deberíamos tomar para no seguir contaminando a esta Tierra.

El segundo brindis, por las "Sardinas". Ese nuevo movimiento social italiano que tiene por objetivo acabar con la xenofobia, racismo y la discriminación proveniente de la ultra derecha de su país.

El tercer brindis, pero no el menos importante, por las y los feministas del mundo, en todas sus facciones, que van con todo para erradicar esta visión patriarcal vulgar, rapaz, anacrónica, misógina, violenta y criminal que nos ha envuelto durante muchos siglos. Es hora de cambiar este esquema de una vez por todas, aunque haya mucha gente que no entienda, todavía, de lo que se trata este fenómeno social mundial. Ya lo irán entendiendo, aún esos "grandes" pensadores que utilizan sus conocimientos para la denostación y la burla.

Ding, dong. Sonaron otras campanadas. Una plegaria para este continente que sigue siendo el traspatio de los güeros del norte, invadiendo nuestros territorios también con todo tipo de sectas que se han infiltrado de tal manera, que están poniendo todo de cabeza. Véase el caso de Bolivia y otros lados. Este nuestro México, particularmente, tan cerca de gringolandia y tan lejos de Huitzilopochtli. Literalmente.

El tiempo vuela, nos abandona, o, tal vez, somos nosotros los que empezamos a abandonar al tiempo. El tiempo sigue siendo una incógnita. ¿Qué es el tiempo en realidad? ¿Dónde está realmente el tiempo?

Renato Leduc decía que es sabia la virtud de conocer el tiempo y que dichoso aquel que amó y se desató a tiempo, dándole tiempo al tiempo.

Sería tan hermoso amar como en otros tiempos, sin ignorar que el tiempo es oro. Amar, queriendo como en otro tiempo, sin perder el tiempo, ¡ay!, cuánto tiempo.

Seguir teniendo amores, ilusiones y proyectos, como en otros tiempos, pero ahora, sin tener la dicha inicua de perder el tiempo. Porque para muchas cosas, ya no tenemos tiempo. Por fin nos cayó el "20".

Reanudamos nuestras actividades, entrevistas y proyectos.

¡FELIZ AÑO NUEVO PARA TODAS Y PARA TODOS!

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