[Extranjeros en Morelos] Mathias Goeritz desde la óptica de Friedeberg

En De vacaciones por la vida leemos, en boca de Friedeberg y pluma de José Miguel Cervantes, algunas noticias morelenses relativas al artista Mathias Goeritz

José N. Iturriaga | Historiador

  · viernes 7 de abril de 2023

La vida y obra de Pedro Friederberg fue documentada por la directora Liora Siplk. / Cortesía | Calouma

El pintor y escultor italiano Pedro Friedeberg llegó a México al inicio de la segunda Guerra Mundial. Su pinturasurrealista con interpretaciones arquitectónicas sui géneris le ha dado fama internacional. Asimismo su “escultura funcionalista”, como La silla-mano, ha sido reconocida por la crítica y el público.

En 2011, publicó “De vacaciones por la vida”. Allí leemos, en boca de Friedeberg y pluma de José Miguel Cervantes, estas noticias morelenses relativas al artista Mathias Goeritz:

“Por una época Mathias vivió en Temixco, entonces un suburbio de Cuernavaca; allí se construyó y todavía existe su estudio de doble altura y numerosas columnas. Eran tantas que se volvió como un laberinto, un cuarto donde no se podía estar. Nomás podía uno circular y perderse. Este sitio, según indicaba Mathias, era una pieza de arquitectura emocional”.

“Mientras radicaba en Morelos hizo amistad con el obispo Sergio Méndez Arceo y participó en el rescate del interior de la catedral de Cuernavaca. Todavía en la actualidad se puede apreciar la labor extraordinaria que llevó a cabo. Se puso al descubierto todo un conjunto de frescos de la época de la Colonia, que decoraban la totalidad del templo y que habían permanecido ocultos durante centurias, cubiertos por sucesivas capas de pintura. La intervención fue integral e incluyó el diseño de los vitrales, el presbiterio, los reclinatorios, candeleros y bancas. Tengo entendido que mi amigo y maestro [Goeritz] realizó este trabajo en combinación con la comunidad de monjes benedictinos radicados en Ahuatepec, Morelos, a quienes ayudó mucho en sus teorías artísticas y de diseño”.

“Más adelante compró una casa en Cuernavaca que reconstruyó a su gusto. Para contradecirlo yo les hice los planos para una nueva casa —que después adquirieron carácter de obra de arte al ser colocados en un marco—, cuya arquitectura estaba basada en las ‘villas’ que existieron en Mixcoac en 1905. Algunas de las habitaciones estaban bautizadas con nombres poco corrientes: ‘Salón de chismes y calumnias’, ‘Terraza de la perra destructora de matrimonios felices’, etcétera. El nombre de este último se debía a que la pareja tenía una perra bóxer que se saltaba a las camas, mordía y arrancaba las sábanas, se subíaa la mesa del comedor y se comía todo. Mathias decía que esa perra iba a destruir su matrimonio”.

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“A la boda de Mathias e Ida [Rodríguez Prampolini, veracruzana] asistió el obispo Méndez Arceo, quien, al parecer, intervino para obtener la dispensa necesaria para la boda: no sé por qué demencial y siniestra razón, la Chacha [Ida] estuvo casada previamente según lo prescrito por la Iglesia Católica Romana. En la ceremonia y cena posteriores participaron Mario Pani y Eduardo Terrazas, y la boda tuvo lugar en la casa de Cuernavaca que, más adelante, adquirió Bertha Cuevas, esposa en ese entonces de José Luis Cuevas”.

“En ese tiempo a Ida le daba por las ideas de extrema izquierda. Para demostrar que algunas eran viables, intentó hacer labor social en Tlayacapan, un poblado de Morelos, según ella ‘para ayudar a los indios que no tenían nada’. Pretendía que les devolvieran el caudal de agua que era del pueblo y que un grupo de ‘influyentes’—entre ellos el hijo del gobernador de Morelos— había desviado para unos fraccionamientos de su propiedad. Como estas personas vieron en riesgo sus intereses, amenazaron de muerte a la Chacha, quien tuvo que abandonar el proyecto".




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