/ miércoles 31 de enero de 2024

Zedillo y su conferencia para Élites

El interés público que generó Ernesto Zedillo en los medios políticos del país durante la semana pasada, hizo que hubiera la expectativa de que el expresidente --quien gobernó al país de 1994 al año 2000-- diera una conferencia que, aún con un público restringido, tuviera difusión en los medios de prensa, para informar al púbico acerca de sus conceptos.

Eso no ocurrió. En cambio, el expresidente habló ante un público previamente seleccionado que se vio obligado a pagar por su entrada, con preguntas a modo formuladas por un periodista declaradamente neoliberal como Leo Zuckerman, conductor de un programa de Televisa.

Las palabras de Zedillo fueron transmitidas “en vivo” por un circuito cerrado de televisión, y desde luego nadie pudo formular ninguna pregunta. Las medidas de seguridad fueron en extremo rigurosas tanto en el interior como en el exterior de la Hacienda de los Morales, con presencia de decenas de elementos de seguridad privada.

En los días anteriores a la conferencia, el presidente López Obrador había formulado en público varias preguntas al exfuncionario, que se pueden sintetizar de esta forma:

- Cuál es la razón por la que Zedillo decidió reducir las pensiones de los trabajadores jubilados de México a menos del 50% de su salario.

-Por qué el entonces presidente tomó la decisión de proponer que se convirtieran en deuda pública los adeudos de empresarios y banqueros, de manera que la sociedad mexicana sigue pagando una deuda de varios billones de pesos, y que nuestros descendientes seguirán pagando durante décadas.

- La razón por la que el expresidente tomó la decisión de privatizar los ferrocarriles mexicanos y entregarlos a empresarios nacionales y extranjeros (con quienes, a su vez, trabajó posteriormente como parte de su directiva).

En el evento, Zedillo no se refirió a las preguntas de AMLO, y solo de manera oblicua dijo que algunos políticos, cuando no entienden ciertos conceptos, insultan a sus oponentes llamándolos “neoliberales”. Zedillo pronunció sus palabras por el mencionado circuito, se despidió de sus anfitriones y salió rápidamente del evento en medio de un convoy de camionetas blindadas, bajo el resguardo de decenas de agentes de seguridad y con algunos reporteros solicitándole unas palabras, así como varios abogados que tienen asuntos pendientes con su administración, esforzándose por entregarle algunos documentos.

El expresidente vive actualmente enclaustrado en la Universidad de Yale, en EU, y guarda un perfil muy discreto en relación con su vida pública y privada. De vez en cuando pronuncia conferencias magistrales en España, o en algún país de América Latina, en compañía del expresidente del gobierno español José María Aznar, y en ocasiones por el escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, quien desde hace varios años se ha convertido en impulsor de las peores causas de la derecha mundial.

Ernesto Zedillo es reconocido en ciertos medios políticos e intelectuales de derecha como un “demócrata” por el hecho de haber resistido las presiones del ala autoritaria del PRI (su partido) en el año 2000, durante la crisis de la alternancia, y haberle entregado la banda presidencial a Vicente Fox, primer presidente no-priista del país desde hacía por lo menos 70 años.

En ese sentido –si tomamos en cuenta solo los aspectos formales—Zedillo fue un “demócrata” en términos electorales. Pero al mismo tiempo, cuando los intereses políticos y económicos de la oligarquía estuvieron en peligro –por ejemplo, con el levantamiento del EZLN de 1994 en Chiapas—Zedillo aplicó la mano dura y la represión más descarnada contra los movimientos de protesta. Y esa mano dura la mostró durante su gobierno en numerosas ocasiones. Citaremos algunos episodios:

- Represión de Aguas Blancas: el 28 de junio de 1995, decenas de productores rurales de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OSS) se dirigían en camiones de carga a realizar gestiones en el municipio de Atoyac de Álvarez con objeto de conseguir mejores precios para sus productos. Los policías municipales y la judicial de Guerrero los detuvieron en el Vado de Aguas Blancas, los hizo tirarse al piso y los asesinó a sangre fría, sin ninguna formalidad judicial. El resultado fue de 17 campesinos muertos y 25 heridos de gravedad. El gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, quien ordenó la matanza, se vio obligado posteriormente a renunciar al cargo.

- La represión de Acteal: el 22 de diciembre de 1997, 45 indígenas tzotziles organizados en el grupo de “Las Abejas”, se encontraban en oración por la paz, en una región conmocionada por el levantamiento zapatista de 1994. Grupos de elementos paramilitares, miembros del PRI en aquella entidad, portando armas blancas y de fuego, masacraron de manera indiscriminada a hombres, mujeres embarazadas y niños. El escándalo tuvo repercusiones mundiales. El secretario de Gobernación de Zedillo, Emilio Chuayffet Chemor, se vio obligado a renunciar al cargo.

- El 4 de junio de 1978, en la comunidad de El Charco del municipio de Ayutla de los Libres, el ejército federal rodeó a las 4 de la mañana el edificio de la escuela primaria “Caritino Maldonado Pérez” y abrió fuego de fusil y granada contra las personas que dormían en su interior. El tiroteo duró alrededor de 6 horas. La represión produjo 11 personas muertas –algunas presentaban el tiro de gracia—y 25 detenidos, entre ellos los profesores Erika Zamora y Efrén Cortés Chávez, quienes tiempo después fueron liberados. Varios años después, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante la demanda de familiares de los fallecidos y sus abogados, condenó el ataque y expresó que tales hechos fueron constitutivos de delitos contra la vida, la propiedad, la integridad y la libertad de las personas.

Como podemos ver, ese es en realidad el concepto de democracia que aplica Zedillo. Tiene respeto a las formalidades y rituales de la democracia representativa; da garantías para el desarrollo y acumulación del capital, pero en cambio usa la mano dura y la represión contra las luchas del pueblo.

Ese concepto de democracia liberal es el que maneja y difunde Zedillo. Como tal, fue derrotado por el diluvio popular de votos en las elecciones del 2018, y volverá a morder el polvo de la derrota en las elecciones de junio de este año.


El interés público que generó Ernesto Zedillo en los medios políticos del país durante la semana pasada, hizo que hubiera la expectativa de que el expresidente --quien gobernó al país de 1994 al año 2000-- diera una conferencia que, aún con un público restringido, tuviera difusión en los medios de prensa, para informar al púbico acerca de sus conceptos.

Eso no ocurrió. En cambio, el expresidente habló ante un público previamente seleccionado que se vio obligado a pagar por su entrada, con preguntas a modo formuladas por un periodista declaradamente neoliberal como Leo Zuckerman, conductor de un programa de Televisa.

Las palabras de Zedillo fueron transmitidas “en vivo” por un circuito cerrado de televisión, y desde luego nadie pudo formular ninguna pregunta. Las medidas de seguridad fueron en extremo rigurosas tanto en el interior como en el exterior de la Hacienda de los Morales, con presencia de decenas de elementos de seguridad privada.

En los días anteriores a la conferencia, el presidente López Obrador había formulado en público varias preguntas al exfuncionario, que se pueden sintetizar de esta forma:

- Cuál es la razón por la que Zedillo decidió reducir las pensiones de los trabajadores jubilados de México a menos del 50% de su salario.

-Por qué el entonces presidente tomó la decisión de proponer que se convirtieran en deuda pública los adeudos de empresarios y banqueros, de manera que la sociedad mexicana sigue pagando una deuda de varios billones de pesos, y que nuestros descendientes seguirán pagando durante décadas.

- La razón por la que el expresidente tomó la decisión de privatizar los ferrocarriles mexicanos y entregarlos a empresarios nacionales y extranjeros (con quienes, a su vez, trabajó posteriormente como parte de su directiva).

En el evento, Zedillo no se refirió a las preguntas de AMLO, y solo de manera oblicua dijo que algunos políticos, cuando no entienden ciertos conceptos, insultan a sus oponentes llamándolos “neoliberales”. Zedillo pronunció sus palabras por el mencionado circuito, se despidió de sus anfitriones y salió rápidamente del evento en medio de un convoy de camionetas blindadas, bajo el resguardo de decenas de agentes de seguridad y con algunos reporteros solicitándole unas palabras, así como varios abogados que tienen asuntos pendientes con su administración, esforzándose por entregarle algunos documentos.

El expresidente vive actualmente enclaustrado en la Universidad de Yale, en EU, y guarda un perfil muy discreto en relación con su vida pública y privada. De vez en cuando pronuncia conferencias magistrales en España, o en algún país de América Latina, en compañía del expresidente del gobierno español José María Aznar, y en ocasiones por el escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, quien desde hace varios años se ha convertido en impulsor de las peores causas de la derecha mundial.

Ernesto Zedillo es reconocido en ciertos medios políticos e intelectuales de derecha como un “demócrata” por el hecho de haber resistido las presiones del ala autoritaria del PRI (su partido) en el año 2000, durante la crisis de la alternancia, y haberle entregado la banda presidencial a Vicente Fox, primer presidente no-priista del país desde hacía por lo menos 70 años.

En ese sentido –si tomamos en cuenta solo los aspectos formales—Zedillo fue un “demócrata” en términos electorales. Pero al mismo tiempo, cuando los intereses políticos y económicos de la oligarquía estuvieron en peligro –por ejemplo, con el levantamiento del EZLN de 1994 en Chiapas—Zedillo aplicó la mano dura y la represión más descarnada contra los movimientos de protesta. Y esa mano dura la mostró durante su gobierno en numerosas ocasiones. Citaremos algunos episodios:

- Represión de Aguas Blancas: el 28 de junio de 1995, decenas de productores rurales de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OSS) se dirigían en camiones de carga a realizar gestiones en el municipio de Atoyac de Álvarez con objeto de conseguir mejores precios para sus productos. Los policías municipales y la judicial de Guerrero los detuvieron en el Vado de Aguas Blancas, los hizo tirarse al piso y los asesinó a sangre fría, sin ninguna formalidad judicial. El resultado fue de 17 campesinos muertos y 25 heridos de gravedad. El gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, quien ordenó la matanza, se vio obligado posteriormente a renunciar al cargo.

- La represión de Acteal: el 22 de diciembre de 1997, 45 indígenas tzotziles organizados en el grupo de “Las Abejas”, se encontraban en oración por la paz, en una región conmocionada por el levantamiento zapatista de 1994. Grupos de elementos paramilitares, miembros del PRI en aquella entidad, portando armas blancas y de fuego, masacraron de manera indiscriminada a hombres, mujeres embarazadas y niños. El escándalo tuvo repercusiones mundiales. El secretario de Gobernación de Zedillo, Emilio Chuayffet Chemor, se vio obligado a renunciar al cargo.

- El 4 de junio de 1978, en la comunidad de El Charco del municipio de Ayutla de los Libres, el ejército federal rodeó a las 4 de la mañana el edificio de la escuela primaria “Caritino Maldonado Pérez” y abrió fuego de fusil y granada contra las personas que dormían en su interior. El tiroteo duró alrededor de 6 horas. La represión produjo 11 personas muertas –algunas presentaban el tiro de gracia—y 25 detenidos, entre ellos los profesores Erika Zamora y Efrén Cortés Chávez, quienes tiempo después fueron liberados. Varios años después, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ante la demanda de familiares de los fallecidos y sus abogados, condenó el ataque y expresó que tales hechos fueron constitutivos de delitos contra la vida, la propiedad, la integridad y la libertad de las personas.

Como podemos ver, ese es en realidad el concepto de democracia que aplica Zedillo. Tiene respeto a las formalidades y rituales de la democracia representativa; da garantías para el desarrollo y acumulación del capital, pero en cambio usa la mano dura y la represión contra las luchas del pueblo.

Ese concepto de democracia liberal es el que maneja y difunde Zedillo. Como tal, fue derrotado por el diluvio popular de votos en las elecciones del 2018, y volverá a morder el polvo de la derrota en las elecciones de junio de este año.