/ viernes 1 de marzo de 2024

1 de marzo: Día de la cero discriminación

Hoy, se celebran 10 años que la Asamblea de las Naciones Unidas proclamó el 1 de marzo, como el día de la Cero Discriminación; esto con la intención de promover la igualdad y la equidad para todas las personas, independientemente del género, la edad, la sexualidad, el origen étnico o el estado serológico respecto al VIH (virus de inmunodeficiencia humana), según el portal de Programa Conjunto de las Naciones Unidas de ONUSIDA.

Sin embargo, en la celebración actualmente encontramos una serie de nuevas vertientes sobre la discriminación a nivel mundial, lo que constituye un espectro mucho mayor, a fin de promover y celebrar el derecho que tiene cada persona a vivir una vida plena, con dignidad, independientemente de su aspecto, sexo, edad, religión, lugar de procedencia, la condición social, las opiniones, raza, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, lengua.

En México, se encuentra establecido en el artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que “queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.

Sumado a ello, se cuenta con la “Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación”, donde nos señala en su artículo 9, una serie de acciones que son consideradas discriminatorias.

Ahora bien, desde los ambientes educativos es imperativo promover en los educandos la no discriminación, en dos vertientes, el primero para no ser víctimas de prácticas discriminatorias y en segundo plano, para que en el desarrollo de su profesión fomenten los valores de igualdad y tolerancia.

Promover ambientes sanos de desarrollo en las instituciones educativas, debe ser una tarea primordial; por ello, la educación basada en valores que permitan la construcción de una andamiaje que fortalezca la cultura de tolerancia, el respeto y la paz. La educación debe ser la clave de todo, como lo subrayó Nelson Mandela, “nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel o su origen o su religión”.

Seguimos trabajando, ¡nos leemos pronto!

Correo electrónico fbonilla@uaem.mx

Facebook: @Felipe Bonilla Sánchez

Instagram: fb.sanchez


Hoy, se celebran 10 años que la Asamblea de las Naciones Unidas proclamó el 1 de marzo, como el día de la Cero Discriminación; esto con la intención de promover la igualdad y la equidad para todas las personas, independientemente del género, la edad, la sexualidad, el origen étnico o el estado serológico respecto al VIH (virus de inmunodeficiencia humana), según el portal de Programa Conjunto de las Naciones Unidas de ONUSIDA.

Sin embargo, en la celebración actualmente encontramos una serie de nuevas vertientes sobre la discriminación a nivel mundial, lo que constituye un espectro mucho mayor, a fin de promover y celebrar el derecho que tiene cada persona a vivir una vida plena, con dignidad, independientemente de su aspecto, sexo, edad, religión, lugar de procedencia, la condición social, las opiniones, raza, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, lengua.

En México, se encuentra establecido en el artículo 1° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que “queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.

Sumado a ello, se cuenta con la “Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación”, donde nos señala en su artículo 9, una serie de acciones que son consideradas discriminatorias.

Ahora bien, desde los ambientes educativos es imperativo promover en los educandos la no discriminación, en dos vertientes, el primero para no ser víctimas de prácticas discriminatorias y en segundo plano, para que en el desarrollo de su profesión fomenten los valores de igualdad y tolerancia.

Promover ambientes sanos de desarrollo en las instituciones educativas, debe ser una tarea primordial; por ello, la educación basada en valores que permitan la construcción de una andamiaje que fortalezca la cultura de tolerancia, el respeto y la paz. La educación debe ser la clave de todo, como lo subrayó Nelson Mandela, “nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel o su origen o su religión”.

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