/ viernes 12 de abril de 2024

La importancia de la educación financiera en México

En México, la falta de educación financiera ha sido un desafío persistente que afecta la capacidad de las personas para comprender y cumplir con sus obligaciones fiscales, incluida la declaración al Servicio de Administración Tributaria (SAT), por ello es necesario reconocer los plazos de presentación y los beneficios fiscales a los que se tienen derecho, pero los términos técnicos y los procedimientos pueden resultar confusos para quienes no están familiarizados con ellos. Es ahí donde recae la importancia de la educación financiera, para empoderar a las personas con los conocimientos y habilidades básicos y necesarios para tomar decisiones financieras informadas y responsables.

En un país como México, donde la falta de alfabetización financiera es común, es necesario emprender acciones que puedan marcar la diferencia en la vida de las personas al ayudarles a entender conceptos clave como presupuesto, ahorro, inversión, crédito, deducciones, retención de impuestos, entre muchos otros más.

La declaración al SAT es un proceso en el que los contribuyentes reportan sus ingresos, gastos y otras actividades financieras para calcular y pagar los impuestos correspondientes, pero puede ser un proceso confuso y abrumador para aquellos que desconocen al respecto. La gran diversidad de términos, los procedimientos complicados y las consecuencias del incumplimiento pueden generar estrés y ansiedad en los contribuyentes, lo que a su vez puede llevar a errores en la presentación de impuestos o a la evasión fiscal. Además, el incumplimiento de las obligaciones fiscales puede resultar en sanciones y multas por parte del SAT. Y, precisamente, para evitar todas estas situaciones complicadas, es que se vuelve necesario abordar la falta de educación financiera en México mediante iniciativas que promuevan la alfabetización financiera en todas las etapas de la vida, desde la educación básica hasta la educación continua para adultos.

En la edad escolar se debe comenzar por aprender sobre conceptos financieros, se necesita que exista una integración acerca de las finanzas al currículo escolar, así mismo llevar a los alumnos a reconocer la importancia del ahorro, la gestión del dinero y la planificación financiera para el futuro. Se debe buscar que en las escuelas se propicien actividades prácticas y experiencias de aprendizaje que enseñen habilidades financieras; de hecho, sería muy interesante para la comunidad escolar invitar a profesionales del sector financiero a dar talleres. En definitiva, al agregar la educación financiera en el currículo escolar de una manera integral y coherente, se pude garantizar que los estudiantes adquieran las habilidades financieras necesarias para tomar decisiones informadas y responsables para la vida adulta.

Las personas que trabajan y reciben un salario mensual pueden beneficiarse de una educación financiera para aprender a administrar sus ingresos de manera eficaz, hacer un presupuesto, ahorrar para emergencias y planificar para objetivos financieros a corto y largo. Esto es importante para mantener la transparencia en nuestras finanzas y contribuir al funcionamiento del gobierno y los servicios públicos. Aquellos que son dueños de negocios o están involucrados en actividades empresariales pueden necesitar conocimientos financieros más avanzados, como la gestión de flujo de efectivo, la evaluación de riesgos y la planificación financiera estratégica.

Al mejorar la comprensión de los ciudadanos sobre temas financieros, como la declaración al SAT, podemos fortalecer la estabilidad económica y promover un mayor cumplimiento fiscal en el país. Las personas que se están preparando para jubilarse o ya están jubiladas pueden beneficiarse de una educación financiera para planificar su jubilación, administrar sus ahorros y maximizar sus ingresos durante esta.

En definitiva, la educación financiera es fundamental para mejorar la toma de decisiones, reducir el endeudamiento, fomentar el ahorro y la inversión, promover la estabilidad financiera a largo plazo, tanto de manera individual como a nivel nacional, y es que educarnos en este rubro es un aspecto clave para el desarrollo económico y el bienestar de la población en México. Por ello, es importante que se promueva y se integre en la educación formal, aunque mientras esto último sucede, no perdamos de vista que existen instituciones financieras que juegan un papel importante para educarnos respecto a este tema, ya que ofrecen servicios y recursos educativos para sus clientes, tales como la impartición de talleres, seminarios y herramientas en línea para mejorar la alfabetización financiera.

También existe una diversidad de Organizaciones sin fines de lucro y grupos de la sociedad civil, los cuales se dedican a promover la educación financiera entre diferentes grupos de la población; aquí es conveniente tener acercamiento especialmente con quienes tienen menor acceso a recursos financieros y educativos porque, precisamente, el problema es que no toda la población tiene alcance a estas instituciones y organizaciones. Y no podemos dejar de lado la tecnología, por medio de aplicaciones móviles y plataformas en línea, que facilita el acceso a la educación financiera para un público más amplio, permitiendo que las personas aprendan de temas financieros desde la comunidad de sus hogares.

Pero, a pesar de contar con estas herramientas o estrategias, es importante aumentar los esfuerzos para promover la educación financiera en México tanto a nivel gubernamental como a través de iniciativas de la sociedad civil y el sector privado, debido a que es un pilar fundamental para el desarrollo económico y el bienestar de la sociedad mexicana. Al reconocer su importancia y trabajar juntos para promoverla, podemos construir un futuro más próspero y equitativo para todos, ya que favorece a la contribución de servicios públicos esenciales como educación, salud, infraestructura y seguridad.

GABRIELA ROBLEDO HERNÁNDEZ es Maestra en Ciencias de la Educación, doctorante en Planeación, Evaluación y Gestión Educativa en el Centro Universitario Humanista en Educación (CUHE) y Profesora de primaria en los SEIEM.

En México, la falta de educación financiera ha sido un desafío persistente que afecta la capacidad de las personas para comprender y cumplir con sus obligaciones fiscales, incluida la declaración al Servicio de Administración Tributaria (SAT), por ello es necesario reconocer los plazos de presentación y los beneficios fiscales a los que se tienen derecho, pero los términos técnicos y los procedimientos pueden resultar confusos para quienes no están familiarizados con ellos. Es ahí donde recae la importancia de la educación financiera, para empoderar a las personas con los conocimientos y habilidades básicos y necesarios para tomar decisiones financieras informadas y responsables.

En un país como México, donde la falta de alfabetización financiera es común, es necesario emprender acciones que puedan marcar la diferencia en la vida de las personas al ayudarles a entender conceptos clave como presupuesto, ahorro, inversión, crédito, deducciones, retención de impuestos, entre muchos otros más.

La declaración al SAT es un proceso en el que los contribuyentes reportan sus ingresos, gastos y otras actividades financieras para calcular y pagar los impuestos correspondientes, pero puede ser un proceso confuso y abrumador para aquellos que desconocen al respecto. La gran diversidad de términos, los procedimientos complicados y las consecuencias del incumplimiento pueden generar estrés y ansiedad en los contribuyentes, lo que a su vez puede llevar a errores en la presentación de impuestos o a la evasión fiscal. Además, el incumplimiento de las obligaciones fiscales puede resultar en sanciones y multas por parte del SAT. Y, precisamente, para evitar todas estas situaciones complicadas, es que se vuelve necesario abordar la falta de educación financiera en México mediante iniciativas que promuevan la alfabetización financiera en todas las etapas de la vida, desde la educación básica hasta la educación continua para adultos.

En la edad escolar se debe comenzar por aprender sobre conceptos financieros, se necesita que exista una integración acerca de las finanzas al currículo escolar, así mismo llevar a los alumnos a reconocer la importancia del ahorro, la gestión del dinero y la planificación financiera para el futuro. Se debe buscar que en las escuelas se propicien actividades prácticas y experiencias de aprendizaje que enseñen habilidades financieras; de hecho, sería muy interesante para la comunidad escolar invitar a profesionales del sector financiero a dar talleres. En definitiva, al agregar la educación financiera en el currículo escolar de una manera integral y coherente, se pude garantizar que los estudiantes adquieran las habilidades financieras necesarias para tomar decisiones informadas y responsables para la vida adulta.

Las personas que trabajan y reciben un salario mensual pueden beneficiarse de una educación financiera para aprender a administrar sus ingresos de manera eficaz, hacer un presupuesto, ahorrar para emergencias y planificar para objetivos financieros a corto y largo. Esto es importante para mantener la transparencia en nuestras finanzas y contribuir al funcionamiento del gobierno y los servicios públicos. Aquellos que son dueños de negocios o están involucrados en actividades empresariales pueden necesitar conocimientos financieros más avanzados, como la gestión de flujo de efectivo, la evaluación de riesgos y la planificación financiera estratégica.

Al mejorar la comprensión de los ciudadanos sobre temas financieros, como la declaración al SAT, podemos fortalecer la estabilidad económica y promover un mayor cumplimiento fiscal en el país. Las personas que se están preparando para jubilarse o ya están jubiladas pueden beneficiarse de una educación financiera para planificar su jubilación, administrar sus ahorros y maximizar sus ingresos durante esta.

En definitiva, la educación financiera es fundamental para mejorar la toma de decisiones, reducir el endeudamiento, fomentar el ahorro y la inversión, promover la estabilidad financiera a largo plazo, tanto de manera individual como a nivel nacional, y es que educarnos en este rubro es un aspecto clave para el desarrollo económico y el bienestar de la población en México. Por ello, es importante que se promueva y se integre en la educación formal, aunque mientras esto último sucede, no perdamos de vista que existen instituciones financieras que juegan un papel importante para educarnos respecto a este tema, ya que ofrecen servicios y recursos educativos para sus clientes, tales como la impartición de talleres, seminarios y herramientas en línea para mejorar la alfabetización financiera.

También existe una diversidad de Organizaciones sin fines de lucro y grupos de la sociedad civil, los cuales se dedican a promover la educación financiera entre diferentes grupos de la población; aquí es conveniente tener acercamiento especialmente con quienes tienen menor acceso a recursos financieros y educativos porque, precisamente, el problema es que no toda la población tiene alcance a estas instituciones y organizaciones. Y no podemos dejar de lado la tecnología, por medio de aplicaciones móviles y plataformas en línea, que facilita el acceso a la educación financiera para un público más amplio, permitiendo que las personas aprendan de temas financieros desde la comunidad de sus hogares.

Pero, a pesar de contar con estas herramientas o estrategias, es importante aumentar los esfuerzos para promover la educación financiera en México tanto a nivel gubernamental como a través de iniciativas de la sociedad civil y el sector privado, debido a que es un pilar fundamental para el desarrollo económico y el bienestar de la sociedad mexicana. Al reconocer su importancia y trabajar juntos para promoverla, podemos construir un futuro más próspero y equitativo para todos, ya que favorece a la contribución de servicios públicos esenciales como educación, salud, infraestructura y seguridad.

GABRIELA ROBLEDO HERNÁNDEZ es Maestra en Ciencias de la Educación, doctorante en Planeación, Evaluación y Gestión Educativa en el Centro Universitario Humanista en Educación (CUHE) y Profesora de primaria en los SEIEM.