En un audaz modus operandi, delincuentes disfrazados de pacientes ingresan a clínicas de Cuautla, simulando dolor y urgencias médicas, con el propósito de asaltar a otros pacientes y al personal. Esta escalada en la inseguridad, sumada a estrictas regulaciones sanitarias, ha provocado el cierre de varios establecimientos de salud privados en la región.
Arturo Cruz Mendoza, presidente de la Asociación de Hospitales Privados y Profesionales de la Salud de la Región Oriente de Morelos, habló de la preocupación que envuelve al sector:
"En mi clínica, estos falsos pacientes han causado pánico al asaltar a quienes están en pleno tratamiento y al personal médico".
Para enfrentar la inseguridad, los hospitales y clínicas han tenido que adaptarse:
"Hemos reducido horarios, contratado personal de seguridad y hemos tenido que instalar cámaras. Todo porque el estado no garantiza el estado de derecho", lamentó Cruz Mendoza.
Pero la inseguridad no es el único problema que enfrentan estas clínicas. A ello se suma un endurecimiento en las normativas por parte de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Morelos.
"Nos exigen tener infraestructura de primer nivel, algo irónico cuando sus propios hospitales públicos están en condiciones pésimas", denunció el médico.
Las recientes regulaciones han complicado aún más la situación.
"Con la actualización de las normas sanitarias, se han vuelto exageradamente estrictos. Las clínicas existentes no pueden atender urgencias sin una infraestructura de primer mundo. Si ya tienes un edificio, tienes que construir uno nuevo", añadió el presidente de la asociación civil.
La combinación de delincuencia y estrictas regulaciones ha llevado al cierre de tres clínicas en el oriente de Morelos.
"De 23 hospitales y clínicas privadas en la región, tres ya no operan. La delincuencia es la principal causa, pero las normativas también juegan un papel determinante, ya que no podemos costear la nueva infraestructura", concluyó Cruz Mendoza.
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