Dentro del Museo de Sitio y Zona Arqueológica de Xochicalco se presentó la exposición temporal “Los Guerreros del Monte Tláloc en Xochicalco”, en la cual se exhiben vestimentas especiales que utilizaban sacerdotes, guerreros y militares de Nezahualcóyotl, así como corazas de la ciudad prehispánica mesoamericana, armas y equipos básicos para los rituales los cuales podrían asociarse con la guerra, la cual poseía un aspecto ceremonial dentro de la cosmovisión de la sociedad xochicalca.
La colección se creó con plumas, piedras preciosas, ixtle, tejidos de algodón y piel, además integra siete atuendos, diversas herramientas y material para la ceremonia en honor al dios de la lluvia, Tláloc.
De acuerdo con Víctor Arribalzaga, investigador del Instituto de Antropología e Historia (INAH) en la Dirección de Estudios Arqueológicos, la exposición es una recreación sobre los trajes militares que utilizaban en el siglo XVI, además de que incorporaron otros que se empleaban siglos antes. Expresó que decidieron crear tal muestra con el deseo de transmitir a la población algo que fuera entendible y atractivo; "en ocasiones los museos son un poco fríos y no transmiten, pero al ver una recreación de estos trajes, entonces, el público en general puede comprender perfectamente de qué estamos hablando, o entender para qué servían ciertas piezas o las cosas que se ven en los códices", comentó.
La exposición se encuentra ubicada en la entrada del museo, que desde el momento en que abre sus puertas crea una sensación de sorpresa y expectativa, es decir, surge cierto deseo de conocer la historia detrás de cada atuendo y los materiales que se utilizaron para hacerlos.
El primer atuendo representado es el del guerrero xochicalca, guerrero sacerdote que tenía conocimientos y sabiduría; además de que ayudaba en los encuentros y curaba a los habitantes; esta figura quedó plasmada en la pirámide de la serpiente emplumada, y en Xochicalco en donde hay vestigios de un Congreso de Sabios. Los trajes eran ricos en pedrería y en sus armas.
El guerrero tolteca, más contemporáneo, presenta un atuendo con más plumaria y está elaborado con base en una figurilla que se localiza en una colección privada en Inglaterra; tal personaje contaba con más armas, un palo conejero y dardos.
El siguiente es un guerrero cuache, de los más salvajes de la exposición, el cual tenía como objetivo primordial capturar a sus enemigos, reconocidos como los sicarios de verdad.
A su vez, el militar de Nezahualcóyotl tiene un yelmo muy parecido al de un samurái, su traje es azul y está cubierto con plumas.
Dentro de la misma exhibición, se encuentra representada la ceremonia de la lluvia a Tláloc, la cual está custodiada por un guerrero vestido de jaguar, personaje que está en el inframundo para acompañar al dios azteca. Asimismo, un militar representa un águila, el cual hace referencia al Sol, lo que, a su vez, está vinculado a la relación entre luz y oscuridad, vida/ muerte.
Por otro lado está el comandante, quien da esas muertes, éste está caracterizado por un guerrero de la muerte, a quien se le hunde los ojos, se le contraen las encías y la nariz se colapsa; por último está el guerrero huasteco.
Ellos cuatro protegían a los tlatoanis en el monte Tlalóc, ubicado entre Ixtapaluca y Texcoco, ya que se encontraban en guerra con Tlaxcala, además de que custodiaban las ofrendas.
Cada una de las figuras cuenta con una armadura militar denominada ichcahuipilli, de 60 centímetros de diámetro, la cual era ligera; ésta utiliza una especie de popotillo y que es un tipo de traje kevlar, puesto que al recibir un golpe la energía se dispersa protegiendo el brazo de los guerreros. Para esta armadura también se utilizan plumas para adornarla, con base en el traje específico de cada uno.
La exposición temporal “Los Guerreros del Monte Tláloc en Xochicalco” estará abierta al público hasta el 30 de septiembre, de 9:00 a 17:00 horas todos los días.
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