La tradición mexicana de la Iglesia católica señala que la noche del 28 de septiembre se coloca una cruz de flor de pericón en negocios y casas para que no entre el diablo. Con ocho días de anticipación en Cuernavaca ya hay cruces a la venta, en las calles principales puedes encontrar comerciantes vendiendo flores amarillas cuyo nombre en náhuatl es Yiauhtli, y su significado es hierba de las nubes.
"Apenas ayer empezamos a vender, no nos fue tan bien, pero aún es pronto", confesó Javier, comerciante ambulante, cuyas flores corta de la localidad de Villa Santiago en Cuernavaca; desde hace nueve años su familia se dedica a esta actividad.
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Las cruces comercializadas sobre la Avenida Vicente Guerrero tienen un costo de 15 pesos.
También afuera de la iglesia del Calvario hay una mujer que vende estos amuletos, según vecinos de la zona llega aproximadamente a las 15:00 horas. "Ayer llegó después de las 2:30, ella misma las arma y las vende", comentó Laura, comerciante de la zona.
La cruz se coloca en autos, puertas y ventanas para ahuyentar el mal y hace referencia a la pelea que hubo entre San Miguel Arcángel (líder de los ángeles) y el diablo la noche del 28 y madrugada del 29 de septiembre, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La flor de pericón es utilizada en algunas comunidades cuando se registra una tormenta muy fuerte, la tradición dice que se tiene que colocar una cruz de pericón, junto con una palma bendita, en medio del patio para alejar las tragedias y cese la lluvia.
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