Uno de los grupos más diversos y abundantes en todo el planeta es el de los escarabajos, particularmente los gorgojos.

Si has encontrado “gusanitos” en tus cereales, lo más probable es que ya los conozcas muy bien. Incluso hay quienes les consideran “plaga”, pero -según palabras de mi maestro el Doctor Armando Burgos, especialista en escarabajos- este es un término mal empleado, pues los animales solamente aprovechan los recursos disponibles ¿y quién se va a resistir a los banquetes que tenemos almacenados?

Aunque sí pueden poner en jaque a los productores de varias especies de plantas, para varias de las personas que se dedican a la agricultura su control es un verdadero dolor de cabeza.

Los gorgojos se alimentan de diferentes partes de las plantas y tienen una probóscide, que es prácticamente una “trompita” alargada, como la de los elefantes. Hay algunos que llevan honguitos que siembran después para alimentar a sus larvas. Pero, además, ¡son grandes polinizadores!

Al ser insectos tienen tres pares de patas, antenas, alas, aunque algunos no las presentan o incluso las tienen muy reducidas. Viven en casi todos los ecosistemas terrestres y hasta de agua dulce.

Hay alrededor de 87 mil especies de estos insectos en el mundo y en México existen unas cuatro mil especies y casi la mitad de ellas únicamente viven en nuestro territorio nacional, o sea que son endémicas. Además, el 85 por ciento de los gorgojos mexicanos son de una sola familia: la Curculionidae.

De hecho, se estima que nos falta conocer más del doble de las especies que ya se conocen, pero esto es debido a que no es tan sencillo su colecta e identificación, sumado a que hay muy pocas personas especialistas en el grupo. Los gorgojos cumplen un papel sustancial en la naturaleza y además despliegan una belleza sin igual.

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