/ domingo 4 de julio de 2021

¿Podremos domar la tercera ola de la pandemia?

Entramos al segundo semestre del segundo año de la pandemia. Para quienes hemos tenido que cambiar nuestros hábitos ha sido un tiempo largo pero para quienes han tenido pérdidas, de familiares, amigos, salud, empleo o ingresos, ha sido una eternidad y nos solidarizamos con su duelo.

Durante ese tiempo este espacio se ha concentrado en comunicar datos de contagios , hospitalizaciones y muertes tanto a nivel nacional como mundial. También ha proporcionado información del virus y de la enfermedad que ocasiona, de la respuesta que han desplegado los diferentes gobiernos en la aplicación de medidas preventivas así como de la aportación de la ciencia con nuevos métodos diagnósticos, medicamentos y vacunas.

Se ha hecho enfásis en la importancia de prevenir la transmisión del contagio para reducir las probabilidades del virus de mutar recalcando la importancia de la aplicación masiva de pruebas diagnósticas para identificar portadores asintomáticos, siempre con una postura crítica a partir de datos oficiales.

Dicho lo anterior, es momento de hacer un corte de caja. No queda más que reconocer que la conciencia que despertó la pandemia resultó irregular y volátil. La apuesta de algunos gobiernos, entre ellos el de México, a la inmunidad de rebaño tuvo consecuencias. La minimización de las medidas preventivas, en particular la negativa a impulsar el uso obligatorio de cubrebocas, junto con el subregistro de casos y muertes ha generado una falsa percepción de seguridad. La aplicación del semáforo epidemiológico de manera contradictoria con sus mismos criterios técnicos tiene al país en semáforo verde aún con evidencias innegables de que estamos en la puerta de la tercera ola de la pandemia.

La diferencia de esta ola con respecto a las anteriores no es solo conductual sino que ya no estamos tratando con el mismo virus de principios de año y nuestra respuesta debiera ser congruente con esa realidad.

En solo dos semanas la variante gamma, originada en Brasil y que asolaba parte del territorio nacional se ha visto desplazada por la temible variante delta versión plus, originada en la India hace apenas tres meses. La mitad de los casos analizados provenientes de la Ciudad de México son delta, en el noroeste del país la penetración ya es de noventa por ciento. La variante delta es más contagiosa, una persona infectada podría contagiar hasta 8 personas en lugar de las 2 de la variante original. Además, para contagiarse ya no hace falta contacto directo y sostenido con el infectado por 15 minutos, con diez segundos es suficiente. Existe información que la variante delta ocasiona un cuadro clínico más parecido al resfriado común incluyendo estornudos y escurrimiento nasal por lo que podría confundirse con alergia evitando su oportuno diagnóstico.

Sobre la eficacia de las vacunas para protegernos contra delta sabemos que las de Janssen, Astra Zeneca y Pfizer protegen casi igual que contra la variante original después de dos semanas de la aplicación del esquema completo. La protección parcial que provee la primera dosis en el caso de Astra Zeneca y Pfizer es de alto riesgo, por lo que es indipensable asegurarse de recibir la segunda dosis. No existe información disponible sobre las vacunas de Cansino, Sinovac ni Sputnik.

El espectro de daño que deje la tercera ola depende mucho de la cobertura de vacunación. En México se han recibido 59,731,895 dosis, casi sesenta millones. De estas, se han aplicado 46,945,511 que representa a 20 millones de mexicanos con el esquema completo y más de 12 millones con solamente la primera dosis, muy bajo todavía para evitar la dispersión masiva del virus.

Los datos preliminares de la tercera ola en México indican que actualmente el grupo con mayor incidencia de contagio es el de 18 a 29 años, seguido por 30 a 39 años y 40 a 49 años. La baja de casos en personas de 50 años en adelante refleja el éxito de la vacunación en ese grupo de edad. De manera muy importante, el número de casos en menores de edad, aunque no muy significativo, presenta una clara tendencia a la alza por lo que hay que reforzar las medidas pertinentes.

Termino insistiendo en la importancia de entender que las medidas preventivas son como una serie de capas superpuestas, ninguna de ellas por sí sola, ni siquiera la vacuna, nos protege al cien por ciento del contagio, de la enfermedad ni de la muerte. Necesitamos evitar de manera rigurosa la asistencia a eventos masivos aunque sean al aire libre, los espacios cerrados o mal ventilados y, sobre todo, usar cubrebocas de manera permanente fuera de casa. Por supuesto, también vacunarnos en cuanto haya la oportunidad. Solo así podremos, como buenos surfistas, domar la tercera ola de la pandemia.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
Reivindicando a Plutón o Brenda Valderrama en Facebook

Entramos al segundo semestre del segundo año de la pandemia. Para quienes hemos tenido que cambiar nuestros hábitos ha sido un tiempo largo pero para quienes han tenido pérdidas, de familiares, amigos, salud, empleo o ingresos, ha sido una eternidad y nos solidarizamos con su duelo.

Durante ese tiempo este espacio se ha concentrado en comunicar datos de contagios , hospitalizaciones y muertes tanto a nivel nacional como mundial. También ha proporcionado información del virus y de la enfermedad que ocasiona, de la respuesta que han desplegado los diferentes gobiernos en la aplicación de medidas preventivas así como de la aportación de la ciencia con nuevos métodos diagnósticos, medicamentos y vacunas.

Se ha hecho enfásis en la importancia de prevenir la transmisión del contagio para reducir las probabilidades del virus de mutar recalcando la importancia de la aplicación masiva de pruebas diagnósticas para identificar portadores asintomáticos, siempre con una postura crítica a partir de datos oficiales.

Dicho lo anterior, es momento de hacer un corte de caja. No queda más que reconocer que la conciencia que despertó la pandemia resultó irregular y volátil. La apuesta de algunos gobiernos, entre ellos el de México, a la inmunidad de rebaño tuvo consecuencias. La minimización de las medidas preventivas, en particular la negativa a impulsar el uso obligatorio de cubrebocas, junto con el subregistro de casos y muertes ha generado una falsa percepción de seguridad. La aplicación del semáforo epidemiológico de manera contradictoria con sus mismos criterios técnicos tiene al país en semáforo verde aún con evidencias innegables de que estamos en la puerta de la tercera ola de la pandemia.

La diferencia de esta ola con respecto a las anteriores no es solo conductual sino que ya no estamos tratando con el mismo virus de principios de año y nuestra respuesta debiera ser congruente con esa realidad.

En solo dos semanas la variante gamma, originada en Brasil y que asolaba parte del territorio nacional se ha visto desplazada por la temible variante delta versión plus, originada en la India hace apenas tres meses. La mitad de los casos analizados provenientes de la Ciudad de México son delta, en el noroeste del país la penetración ya es de noventa por ciento. La variante delta es más contagiosa, una persona infectada podría contagiar hasta 8 personas en lugar de las 2 de la variante original. Además, para contagiarse ya no hace falta contacto directo y sostenido con el infectado por 15 minutos, con diez segundos es suficiente. Existe información que la variante delta ocasiona un cuadro clínico más parecido al resfriado común incluyendo estornudos y escurrimiento nasal por lo que podría confundirse con alergia evitando su oportuno diagnóstico.

Sobre la eficacia de las vacunas para protegernos contra delta sabemos que las de Janssen, Astra Zeneca y Pfizer protegen casi igual que contra la variante original después de dos semanas de la aplicación del esquema completo. La protección parcial que provee la primera dosis en el caso de Astra Zeneca y Pfizer es de alto riesgo, por lo que es indipensable asegurarse de recibir la segunda dosis. No existe información disponible sobre las vacunas de Cansino, Sinovac ni Sputnik.

El espectro de daño que deje la tercera ola depende mucho de la cobertura de vacunación. En México se han recibido 59,731,895 dosis, casi sesenta millones. De estas, se han aplicado 46,945,511 que representa a 20 millones de mexicanos con el esquema completo y más de 12 millones con solamente la primera dosis, muy bajo todavía para evitar la dispersión masiva del virus.

Los datos preliminares de la tercera ola en México indican que actualmente el grupo con mayor incidencia de contagio es el de 18 a 29 años, seguido por 30 a 39 años y 40 a 49 años. La baja de casos en personas de 50 años en adelante refleja el éxito de la vacunación en ese grupo de edad. De manera muy importante, el número de casos en menores de edad, aunque no muy significativo, presenta una clara tendencia a la alza por lo que hay que reforzar las medidas pertinentes.

Termino insistiendo en la importancia de entender que las medidas preventivas son como una serie de capas superpuestas, ninguna de ellas por sí sola, ni siquiera la vacuna, nos protege al cien por ciento del contagio, de la enfermedad ni de la muerte. Necesitamos evitar de manera rigurosa la asistencia a eventos masivos aunque sean al aire libre, los espacios cerrados o mal ventilados y, sobre todo, usar cubrebocas de manera permanente fuera de casa. Por supuesto, también vacunarnos en cuanto haya la oportunidad. Solo así podremos, como buenos surfistas, domar la tercera ola de la pandemia.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
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