Como he señalado en diversos espacios, el mes de agosto está dedicado a las juventudes, entendidas en la diversidad de segmentos en los que se desarrollan los jóvenes: económico, social, político, cultural; pero también por la diversidad de enfoques y perspectivas que ha incorporado la industria 4.0.
Uno de los aspectos prioritarios para los jóvenes, aunque no solo para ellos, es el correspondiente a contar con un espacio laboral. Para nadie es un secreto que los jóvenes hoy día tienen una visión de futuro completamente diferente a la de sus papás y demás personas adultas. Diga usted si no: los jóvenes no solo desean trabajos diferentes al de sus padres, buscan uno en el que la exigencia de horarios y tareas sea más flexible, aunque por otro lado también buscan estabilidad en el tiempo y en el espacio; particularmente las posibilidades laborales que representan las nuevas tecnologías generan entre los jóvenes una especie de fascinación y búsqueda. No son pocas las noticias que escuchamos relacionadas con personas que, teniendo un empleo formal estable, terminan por abandonarlo para aventurase al mercado digital como influencer o tictoker; porque resulta, sin duda, más atractivo y económicamente mas rentable, no es de extrañar entonces que exista un desplazamiento a dichos espacios laborales. Y es que, en la actualidad, la incertidumbre y la inestabilidad en los mercados laborales, formales y tradicionales, locales y mundiales, es cada vez mayor derivado de los múltiples desequilibrios en los distintos aspectos de la sociedad.
Los dos ejes en los que se mueve la dinámica económica: la educación y el trabajo son fundamentales para la inclusión laboral y el aumento en la productividad. En el primero, de acuerdo con el ultimo censo 2020 han existido avances significativos puestos en pausa o desaceleración debido a la pandemia, lo que representa un desafío para continuar con las posibilidades de educación particularmente para los jóvenes, ahora con el agregado de la formación en las nuevas tecnologías del conocimiento y la información (TIC´s). Nada fácil la tarea, que tendrá que encontrar un equilibrio entre la tercera revolución industrial y la cuarta, es decir, entre la científico-técnica vivida desde la segunda mitad del siglo XX y la tecnológica de muy corta data. Las actividades del Parlamento Juvenil seguro darán varias propuestas. Les saludo con afecto, amables lectores.