Paulina Castro Góngora
Se entiende por relleno sanitario a los espacios en donde se depositan todos los residuos solidos de una ciudad, su objetivo es almacenar todos esos residuos en terrenos grandes y lejos de las ciudades, se crean capas de diferentes materiales aptos para lograr un adecuado manejo de los olores y gases que generan los residuos, es decir, “se entierra” la basura. Todos los rellenos sanitarios deben de estar respaldados con normas y documentación específica en donde se regule al personal que labora ahí, como al que recolecta la basura, entre otros.
En México existen cerca de 40 rellenos sanitarios, aunque, no todos cuentan con las normativas correspondientes y muchos de ellos son operados de forma clandestina; también es importante mencionar que en México se generan poco más de 42 millones de toneladas de residuos sólidos al año. Estos residuos son recolectados y llevados a los diferentes rellenos sanitarios o tiraderos, pero ¿qué pasa dentro de ellos?
Una vez depositados los residuos, las personas que habitan dentro de los rellenos sanitarios o en tiraderos a cielo abierto comienzan a “pepenar” la basura, específicamente los residuos como aluminio, pet, cartón, madera, entre otros, para después venderlos y darles un uso nuevo, pero, esta “bien”, ¿no es así? Las personas ganan dinero, se recicla y se le da un nuevo uso. Sin embargo, la realidad es que algunos de los rellenos sanitarios están controlados por grupos delictivos, quienes están involucrados en actividades como gestión ilegal de residuos, extorsiones y tráfico de drogas; mismos grupos que extorsionan a las personas para que recolecten miles de kg de basura.
Al final el negocio con la basura es enorme y muy rentable, por ejemplo, las latas de aluminio en un centro de reciclaje pueden comprarse entre los 18.00 y 20.00 pesos el kilo, dependiendo de la zona. Pero no solo se puede vender en aluminio sino también el pet, el cartón, el papel, el vidrio, entre otros y por cada persona se produce casi un kg de residuos sólidos al día.
Dichos grupos ya no solo buscan extorsionar a los agricultores en México sino también al resultado del consumismo; porque para lo que a algunos significa basura para otros significa mucho dinero.
Eso es la parte económica-social pero los daños ambientales que también generan los rellenos sanitarios son enormes, por ejemplo, los lixiviados que son líquidos tóxicos generados por la descomposición de los desechos, pueden filtrarse en el suelo y contaminar las aguas subterráneas cercanas, contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, la calidad del suelo se deteriora, gracias a la liberación de sustancias tóxicas se contamina el aire y eso provoca daños a la salud y por último hay una pérdida de la biodiversidad.
Así que, ¿cuál es el verdadero precio de todo esto?, ¿lo que se puede ganar por vender basura? O ¿los costos ambientales que se generan?, al final, nosotros seguimos generando miles de kg de basura y tal vez no existe esa conciencia ambiental a la hora de comprar cosas, pero al final, todo es basura; y un día no habrá más lugares en donde enterrar todos esos residuos.
PAULINA CASTRO GÓNGORA es alumna de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la ESCA Santo Tomás.
