/ domingo 31 de octubre de 2021

El final de un ciclo es el principio del siguiente

Desde el 27 de enero del 2020 he dedicado este espacio a difundir evidencia científica relacionada a la pandemia por Covid-19. Con un total de 93 artículos, mi intención fue siempre que ustedes tuvieran la información mínima necesaria para su mejor cuidado.

Al principio, lo que me motivó fue la poca difusión que había sobre el tema en la prensa nacional. Posteriormente y prácticamente hasta el final, lo que busqué fue neutralizar información falsa o tendenciosa, así como poner en su correcta dimensión las medidas oficiales que se tomaron durante la crisis sanitaria, exponiendo sus fallas cuando las hubiese.

Cuando el mensaje oficial minimizaba el riesgo, utilicé el conocimiento del virus y del comportamiento de otras pandemias para concientizar sobre los estragos potenciales del virus en la población. Quedan en los archivos de este medio todas las veces que difundí proyecciones sobre decenas de millones de infectados, millones de enfermos y cientos de miles de muertos si no se tomaban medidas estrictas que evitaran la propagación del virus.

También queda por escrito la batalla contra el uso de medidas no científicas para prevenir el contagio. El rechazo al uso de compuestos tóxicos como el dióxido de cloro entre adultos y niños generó polarización. Lo mismo ocurrió cuando cuestioné la desordenada apertura de actividades a finales de 2020, medida que acabó provocando la crisis de enero de 2021 con su cauda de muertes.

Realicé numerosos análisis comparativos de México contra el resto del mundo para documentar el mal manejo de la pandemia. Bajo cualquiera de los criterios que se utilicen, ya sea número de infectados, número de muertes o número de vacunados, nuestro país sostuvo de manera permanente las calificaciones más bajas.

Documenté las deficiencias en el modelo de vacunación en cuanto a la utilización de criterios no científicos para la distribución de las dosis. Lo mismo cuando se privilegiaron marcas de vacunas que no cumplían, ni siquiera ahora, con los criterios de calidad que merecemos o por la férrea negativa a protejer a nuestros niños.

Es momento de pasar a otros temas. No porque la pandemia haya terminado, para nada. Es necesario porque se reactivan otras arenas de discusión: el riesgo inminente que sufrimos como democracia, el daño acumulado a las mujeres durante la pandemia, el colapso educativo, la ausencia de medidas para la atención de las personas con secuelas por Covid, la crisis laboral que daña profundamente a nuestros jóvenes, el abandono a la investigación científica, el deterioro del medio ambiente, la crisis económica.

Mientras tenga oportunidad, seguiré compartiendo con ustedes información verificada y de base científica sobre temas importantes, buscando que la polémica sirva para llenar los espacios de conciencia que nos dejan vacíos las redes sociales.

Convencida de que seguirá siendo un tema importante por mucho tiempo, tengan la seguridad que cuando ocurran avances regresaré a la pandemia, ya sea con artículos completos o con una nota al final de la colaboración.

Agradezco a ustedes su atención durante esta etapa y termino como siempre, reforzando el beneficio del uso de cubrebocas de manera permanente fuera de casa y pidiéndoles que eviten espacios concurridos o con mala ventilación.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:

Blogspot: Reinvindicando a Plutón

Facebook: BValderramaB




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Al principio, lo que me motivó fue la poca difusión que había sobre el tema en la prensa nacional. Posteriormente y prácticamente hasta el final, lo que busqué fue neutralizar información falsa o tendenciosa, así como poner en su correcta dimensión las medidas oficiales que se tomaron durante la crisis sanitaria, exponiendo sus fallas cuando las hubiese.

Cuando el mensaje oficial minimizaba el riesgo, utilicé el conocimiento del virus y del comportamiento de otras pandemias para concientizar sobre los estragos potenciales del virus en la población. Quedan en los archivos de este medio todas las veces que difundí proyecciones sobre decenas de millones de infectados, millones de enfermos y cientos de miles de muertos si no se tomaban medidas estrictas que evitaran la propagación del virus.

También queda por escrito la batalla contra el uso de medidas no científicas para prevenir el contagio. El rechazo al uso de compuestos tóxicos como el dióxido de cloro entre adultos y niños generó polarización. Lo mismo ocurrió cuando cuestioné la desordenada apertura de actividades a finales de 2020, medida que acabó provocando la crisis de enero de 2021 con su cauda de muertes.

Realicé numerosos análisis comparativos de México contra el resto del mundo para documentar el mal manejo de la pandemia. Bajo cualquiera de los criterios que se utilicen, ya sea número de infectados, número de muertes o número de vacunados, nuestro país sostuvo de manera permanente las calificaciones más bajas.

Documenté las deficiencias en el modelo de vacunación en cuanto a la utilización de criterios no científicos para la distribución de las dosis. Lo mismo cuando se privilegiaron marcas de vacunas que no cumplían, ni siquiera ahora, con los criterios de calidad que merecemos o por la férrea negativa a protejer a nuestros niños.

Es momento de pasar a otros temas. No porque la pandemia haya terminado, para nada. Es necesario porque se reactivan otras arenas de discusión: el riesgo inminente que sufrimos como democracia, el daño acumulado a las mujeres durante la pandemia, el colapso educativo, la ausencia de medidas para la atención de las personas con secuelas por Covid, la crisis laboral que daña profundamente a nuestros jóvenes, el abandono a la investigación científica, el deterioro del medio ambiente, la crisis económica.

Mientras tenga oportunidad, seguiré compartiendo con ustedes información verificada y de base científica sobre temas importantes, buscando que la polémica sirva para llenar los espacios de conciencia que nos dejan vacíos las redes sociales.

Convencida de que seguirá siendo un tema importante por mucho tiempo, tengan la seguridad que cuando ocurran avances regresaré a la pandemia, ya sea con artículos completos o con una nota al final de la colaboración.

Agradezco a ustedes su atención durante esta etapa y termino como siempre, reforzando el beneficio del uso de cubrebocas de manera permanente fuera de casa y pidiéndoles que eviten espacios concurridos o con mala ventilación.

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