OTAN lanza reto al Kremlin

Realizan mayor simulacro militar en la frontera rusa

Carlos Siula | Corresponsal

  · viernes 26 de octubre de 2018

Los primeros ministros de Italia e Inglaterra, Matteo Renzi y David Cameron; el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko; el primer mandatario estadunidense, Barack Obama; la canciller alemana, Angela Merkel, y jefe del Ejecutivo francés, François Hollande, durante la cumbre de la OTAN, llevada a cabo en Varsovia, Polonia.

PARIS, Francia – Unos 50 mil soldados occidentales, 250 aviones y 70 buques más 10 mil blindados y vehículos terrestres comenzaron ayer los ejercicios “Trident Juncture 18”, que será la mayor simulación militar realizada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) desde el final de la Guerra Fría.

Aunque de menor envergadura, esa simulación de “defensa frente a un enemigo imaginario” en territorio noruego constituye una respuesta simbólica a las recientes maniobras conjuntas Vostok 2018 (Este 2018), organizadas a principios de septiembre por Rusia y China en Siberia y en Extremo Oriente. Esos war games —que movilizaron 300 mil hombres, mil aviones, 36 mil tanques, 80 buques y unidades aerotransportadas— fueron presentados por Moscú como los ejercicios militares más importantes desde la época de oro del imperio soviético.

Para la alianza occidental, “Trident Juncture 18” será un ejercicio significativo, pues constituirá el más importante de la OTAN desde el final de la Guerra Fría. “Es ambicioso y exigente", explicó el noruego Jens Stoltenberg, secretario general de la organización.

Además de los 29 miembros de la OTAN que presenciarán los war games, Rusia y Bielorrusia aceptaron la invitación para asistir a las maniobras como observadores.

“Trident Juncture 18” desarrollará un escenario ficticio de agresión en el Mar Báltico, es decir en el flanco noreste de la OTAN, en las puertas de Rusia. Moscú lo interpretó como “una demostración de fuerza dirigida contra Rusia". En un comunicado difundido por su embajada en Oslo condenó esa “actividad provocativa” que calificó de campaña “antirusa”.

Esas maniobras, en todo caso, se desarrollarán en una atmósfera de creciente tensión. Stoltenberg reconoció que “la seguridad en Europa se deterioró significativamente en los últimos años”.

La Alianza Atlántica “no quiere una nueva guerra fría ni otra carrera armamentista”, afirmó Stoltenberg al presentar las maniobras. También aseguró que “la OTAN no busca la confrontación”, pero aclaró que “está preparada para defender a sus aliados contra cualquier amenaza”.

Por eso, dijo, el objetivo de esos ejercicios permitirá poner a prueba la eficacia de la fuerza operacional conjunta de alto nivel de preparación (Very High Readiness Joint Task Force), creada en 2014. Como parte integrante de la Fuerza de Reacción de la OTAN, ese cuerpo fue concebido para desarrollar una operación de defensa frente a un ataque contra un miembro de la alianza.

A pesar de las aclaraciones, es evidente que el ejercicio se realizará en un marco de extremo recelo por el aumento de las tensiones internacionales. La Casa Blanca contribuyó a reforzar la desconfianza recíproca entre Estados Unidos y Rusia al decir que Moscú tenía un “comportamiento malintencionado”.

Para tranquilizar a sus aliados después de las violentas críticas contra la OTAN formuladas por el presidente Donald Trump, el secretario de Defensa norteamericano, Jim Mattis, afirmó en su reciente visita a París que el “compromiso de Estados Unidos con la alianza es inquebrantable”.