No cabe duda: La cuarentena lo ha cambiado todo. Hoy, ni siquiera la forma de festejar cumpleaños se parece a lo que solía ser hasta hace solo unas semanas en el país.
Antes de que se restringiera asistir a sitios concurridos, mantener la "sana distancia" y, en general, de que encontraron el temor de contagio de coronavirus.
Edlyn lo sabe. Por eso, no espera demasiado para el próximo 13 de abril, fecha en la que cumplirá 31 años.
"Regularmente salgo a comer con mi familia o pasear todo el día para festejar, cine y compras, pero en esa ocasión no", relata la joven cuautlense.
La cuarentena que enfrenta a los mexicanos para evitar posibles contagios de Covid-19 ha llevado a quienes sufren años en estas fechas a modificar sus celebraciones.
Ese fue el caso de Diego García, el joven de Cuernavaca que hace dos semanas fue sorprendido por su familia con un pastel verde con cara de molesto (alusivo a la cepa del coronavirus que hoy se preocupa en todo el mundo), así como gel antibacterial y rollos de papel higiénico como obsequio.
Su festejo, viralizado en las redes sociales, es solo un ejemplo de la forma en que los mexicanos se enfrentan al confinamiento domiciliario al verso impedidos a reunirse con sus amigos y seres queridos para festejar.
Para su cumpleaños 24, el influencer “Juanpa” Zurita (quien participó como actor en la serie de Netflix sobre la vida del cantante Luis Miguel) hizo algo similar con un pastel con la forma del coronavirus y una reflexión sobre el lado positivo de la situación .
Sin embargo, no todas las personas se han enfrentado a su cumpleaños con el mismo sentido del humor. Miguel Cano, también de Cuautla, no realizó festejo alguno al cumplir 28 años el pasado 5 de abril.
Si las cosas que están separadas, ahora mismo Hipólito Trejo, que este 27 de abril cumplieron 32 años, estaban planeando los detalles de su celebración, un evento muy preciado para él, pero este año fueron distintos:
Si algo es cierto, es que los próximos cumpleaños en México serán más personales e íntimos que festivos, algo que tampoco está del todo mal. Esta situación podría ser una buena oportunidad para valorar las cosas que no tenemos ya las que habitualmente no les prestamos atención