A los 101 años de edad falleció el exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Pablo González Casanova, también pionero en la investigación de la democracia mexicana, ideólogo de la izquierda en nuestro país, politólogo, creador de instituciones académicas como el Colegio de Ciencias Humanidades, pero también crítico y comprometido con causas sociales como el zapatismo que en 2018 lo nombró su Comandante Pablo Contreras.
A Pablo González Casanova le tocó conducir a la UNAM en una de las etapas más difíciles de la institución, tras la masacre de estudiantes en 1968, la confrontación de la institución y el entonces rector Javier Barros Sierra con el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
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En los acontecimientos del 10 de junio de 1971 se pronunció en contra de la represión que sufrieron estudiantes y manifestantes en el Caso de Santo Tomás a manos de los paramilitares conocidos como los Halcones.
Un año después se enfrentó a un movimiento estudiantil gestado en la Facultad de Economía, encabezada por Miguel Castro Bustos y Mario Falcón, quienes demandaban el pase automático para los normalistas. A lo largo de 60 días toma de la Torre de Rectoría a punta de metralletas hasta su violento desalojo.
Su rectorado ha sido uno de los más cortos en la institución, no concluyó el cuatrienio para el que fue designado debido también a que en 1972 otro conflicto paralizó la institución, esta vez por parte de empleados y profesores que impulsaban la creación del Sindicato de Trabajadores y Empleados al no ver satisfecha su demandan iniciaron una huelga que concluyó el 16 de noviembre con la renuncia de González Casanova a la Rectoría.
A pesar de su corta estancia en la institución impulsó la creación del Colegio de Ciencias y Humanidades, así como del Sistema de Universidad Abierta, la que se considera hoy una de las más grandes de América Latina.
Originario del estado de México, nació el 11 de febrero de 1922 en Toluca. Estudió Derecho en la UNAM y más tarde la maestría en Ciencias Históricas en el Colegio de México. En 1950 obtuvo el grado de doctor en sociología en la Sorbona de París. Además de que contraba con estudio en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Después de dejar la Rectoría ocupó diversos cargos en la universidad y en otras instituciones en las que impulsó nuevas visiones pedagógicas y de investigación, como el de secretario general de la Asociación Nacional de Universidades, fue presidente del consejo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, en Santiago de Chile (1959.1965). Esa estancia le permitió acercarse al movimiento y pensamiento de quien sería presidente más tarde Salvador Allende.
Fue profesor de la Universidad de Cambridge, de la New School For Social Research e invitado a la Universidad Autónoma de Querétaro donde impulsó la creación de la Facultad de Ciencias Políticas.
El último de los cargos que ocupó en la UNAM fue el de director del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades al que renunció después del 6 de febrero de 2000 en protesta por la entrada de la Policía Federal que puso fin al cierre de diez meses en la institución por la huelga estudiantil del CGH.
A lo largo de su trayectoria recibió innumerables reconocimientos como investigador y emérito, tanto en la UNAM (1984), el Premio Nacional de Ciencias Sociales y diversos grados doctor honoris causa, entre otros las universidades estatales de Querétaro, Puebla y Sinaloa, así como la Complutense, en España.
Fue miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua, además de condecorado con las órdenes Félix Varela (1985) y José Martí de la República de Cuba (2004), así como del Premio Daniel Cosío Villegas, de El Colegio de México (2012). Además de que la UNESCO le otorgó el Premio Internacional “José Martí”, por su defensa de la identidad de los pueblos indígenas de América Latina.
Fue autor de diversos textos básicos (libros, ensayos y artículos) para la comprensión del sistema político mexicano, entre ellos La democracia en México y Perspectivas para Américas Latina, Sociología de la Explotación e Imperialismo y liberación de América Latina.
La irrupción del movimiento indígena en Chiapas, en 1994, representó otro momento no sólo de análisis y de estudio para González Casanova, se involucró en el movimiento al grado de convertirse enlace con el Subcomandante Marcos durante sus diversas visitas de diálogo con el gobierno federal para promover el reconocimiento de la autonomía de los pueblos indígenas, sus formas de gobierno y de derechos humanos.
El año pasado en el homenaje que organizó la UNAM con motivo de sus cien años, el exrector Enrique Graue dijo ante un González Casanova que se presentó en silla de rueda: “es un ser ejemplar, un académico sin tacha, un hombre que influyó determinantemente en la vida democrática de nuestra nación; es también un firme opositor a las injusticias y un universitario íntegro y cabal”.
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Ante los ex rectores José Sarukhán y José Narro dijo: “Son 100 años de una vida plena de la que todas y todos los mexicanos debemos sentirnos muy orgullosos”.