/ viernes 31 de agosto de 2018

“Activista y Luchadora”

"Mi inconformidad se convirtió en rebeldía política en contra de un sistema antidemocrático"

Las mujeres adultas mayores, en la última etapa de su vida, su principal preocupación.

Adriana Luna Parra, mujer de izquierda, activista, política y científica social, viene de una familia que ha hecho historia en México; por lo mismo, ha sentido el peso de la responsabilidad, más a allá de lo habitual. Ha sido activista política, pero sobre todo científica social; ha profundizado en la tarea de combatir la discriminación múltiple de la vejez con visión de género, con proyectos para proteger los derechos humanos de las mujeres mayores con justicia y equidad, tema de gran trascendencia social.

Cuando estaba vinculada a la defensa del voto de Cuauhtémoc Cárdenas, empezó a trabajar con los pescadores de la costa de Guerrero que se quejaban de la contaminación ambiental causada por la CFE, lo mismo que los de la zona de Lázaro Cárdenas, cuando asesinaron a su dirigente José Luis Baldovinos Rosales, lo cual la inspiró a ella a organizar un encuentro de pescadores ribereños.

Adriana Luna Parra formó la Red Nacional de Pescadores en Defensa de sus Derechos, lo cual tuvo repercusiones en 22 estados de la República, llegando al extremo de tomar y cerrar puertos, hasta que consiguieron que fueran indemnizados por las afectaciones de la contaminación. Su activismo y compromiso social fueron recompensados.

Un tiempo estuvo en el servicio público, trabajando en el IMSS, el DIF y el CREA, pero luego se fue a Oaxaca, invitada por el Gobierno de Heladio Ramírez para hacerse cargo del primer Programa de Apoyo a la Mujer. Fue cuando empezó a participar en la campaña para promover la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República, en 1988 invitada por Heberto Castillo.

En Oaxaca, percibió más claramente lo que era el priismo. Notó que el caciquismo era protegido por el PRI, partido que ofrecía protección a ciertos grupos, y observó que la política caciquil era muy cruel con los grupos sociales.

Mi inconformidad se convirtió en rebeldía política en contra de un sistema antidemocrático. Yo no podía responder a normas políticas y sociales que no eran acordes con mi concepto de la felicidad y la libertad

Cuando el gobernador Heladio Ramírez se enteró de que ella participaba en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, la despidió porque consideró que había cometido traición. “No me contraté como priista, sino como una ciudadana libre que podía llevar adelante una tarea”.

Política y activista defensora de los derechos humanos

Incansable defensora de los Derechos Humanos se entregó de lleno a la campaña de Cárdenas, con lo que empezó su militancia política, comprometiéndose cada vez más en formas diferentes de hacer política, lo que la llevó finalmente a convertirse en fundadora del PRD.

Adriana Luna Parra se alejó del PRD cuando observó que ese partido estaba recuperando el estilo tradicional de hacer política del PRI, a través del corporativismo y de vender los servicios públicos por apoyo político. Tampoco estaba de acuerdo con la forma de actuar políticamente de Andrés Manuel López Obrador y Rosario Robles, quien acababa de tomar posesión como presidenta del CEN del PRD, cuando decidió irse del partido y de su estructura cupular, pues era parte del Comité Ejecutivo.

Cuando surgió el EZLN, en enero de 1994, formó parte del grupo “Rosario Castellanos” que se integró para apoyar a tarea del Ejército Zapatista, incluso ese grupo rompió el cerco que habían levantado los militares en contra de una comunidad, y estuvo participando tres años en un campamento de paz, en La Sultana, Chiapas. Las mujeres que conforman el grupo fueron nombradas asesoras del Ejército Zapatista, y hasta la fecha mantienen ese apoyo. De hecho, en abril de este año, el campamento Zapatista, en su Convención de Sólo Mujeres, la extrañaron.

Cuando Adriana abandona el PRD, regresó a estudiar diplomados y seminarios sobre violencia, psicodrama, métodos lúdicos, sobre cómo auxiliar a trabajadores con grupos, y enfatiza su trabajo personal e independiente con mujeres asesorando a municipalistas en temas feministas, de violencia y vulnerabilidad en los grupos más débiles de la sociedad.

Ella se interesó en trabajar como científica social en el diseño de programas para incorporarlos a la política pública que guiara las acciones gubernamentales a la hora de abordar el asunto de las mujeres adultas mayores de manera integral y lograr incorporarlas plenamente a la salud, la justicia, la economía y la cultura en una convivencia sin discriminación ni violencia.

Puede decirse que es el tema que dominaba su vida, muy recientemente había propuesto al Gobierno de la CDMX un proyecto integral, realizado por ella misma. Hace la Universidad de Vida para Personas Mayores, que empezó a funcionar bajo su cargo en abril de 2013, y que incluye también en los beneficios a varones adultos mayores.

Es un modelo que revaloriza el proceso de envejecimiento que aborda sus problemas desde lo persona hasta lo social y cultural, ofreciendo talleres de aprendizaje en diferentes materias, bajo el concepto de que la educación es un proceso continuo que no debe ser limitado por la edad, a la vez que se ofrece fortalecimiento emocional, desarrollo creativo, información sobre los cuidados de la salud, convivencia, conocimiento de sus derechos humanos y seminarios sobre temas de actualidad, entre otras muchas cosas.

Nuestra cultura ha asignado a mujeres y hombres roles distintos, de modo que su proceso de envejecimiento es diferente. Para las primeras se reserva el papel de cuidadoras; en cambio, a los hombres se les inculca que deben tomar decisiones, llevar una vida fuera del núcleo familiar, así que crean un marco social más amplio, mientras que las mujeres tienen que circunscribirse al hogar y al envejecer se sienten mucho más desprotegidas y vulnerables, pues no han generado metas, ni vida propia, ni control de su tiempo.

Adriana empieza a abordar el tema de la vejez, cuando notó que los militantes políticos tienden a negar el proceso del envejecimiento, en una población que pronto va a ser mayoritariamente de mayores, no de jóvenes como está ocurriendo ahora.

Como parte de ese proceso, escribió un libro conjuntamente con Guadalupe Loaeza, “Abuelas queridas” ¡Qué vivan sus derechos! Para entrar en materia sobre la importancia de que este sector de la población sea atendido como corresponde a sus derechos humanos. Y en ese aspecto cita una bella frase: “Me reivindico como mujer vieja, en rebeldía del anhelo permanente de la juventud”.

Me recuerdo aquel día que solicite una entrevista a Luna Parra, su apellido me sonó conocido, en fin, la entrevista sería justo en la Universidad de Vida, sería un enlace en radio ABC 760am, en el segmento “Que Hay de Nuevo…Viejo” manifestó su preocupación obviamente por todos los adultos mayores, después de la entrevista, muy amablemente me invitó a conocer los salones dónde estaban las actividades de todos los alumnos adultos mayores, pues asisten todos los días las clases eran: guitarra, baile de salón, pintura y muchas otras actividades.

Bajamos a su oficina y yo le conseguí un donativo de varios artículos, ya que justo era el 28 de agosto del 2014 "Día del adulto mayor", me invitó un rico café de olla y intercambiando algunos intereses en común.

Una gran coincidencia fue que yo trabajé con su hermana Georgina, hacia algunos años atrás, fue una gran experiencia el haber estado aquella mañana con Adriana Luna Parra. El pasado fin de semana falleció descanse en paz.


“Quisiera que todos los abuelas y abuelos

formáramos un ejército de canas rebeldes

y lucháramos en contra de los estereotipos

qué nos amarran”.

quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx

Las mujeres adultas mayores, en la última etapa de su vida, su principal preocupación.

Adriana Luna Parra, mujer de izquierda, activista, política y científica social, viene de una familia que ha hecho historia en México; por lo mismo, ha sentido el peso de la responsabilidad, más a allá de lo habitual. Ha sido activista política, pero sobre todo científica social; ha profundizado en la tarea de combatir la discriminación múltiple de la vejez con visión de género, con proyectos para proteger los derechos humanos de las mujeres mayores con justicia y equidad, tema de gran trascendencia social.

Cuando estaba vinculada a la defensa del voto de Cuauhtémoc Cárdenas, empezó a trabajar con los pescadores de la costa de Guerrero que se quejaban de la contaminación ambiental causada por la CFE, lo mismo que los de la zona de Lázaro Cárdenas, cuando asesinaron a su dirigente José Luis Baldovinos Rosales, lo cual la inspiró a ella a organizar un encuentro de pescadores ribereños.

Adriana Luna Parra formó la Red Nacional de Pescadores en Defensa de sus Derechos, lo cual tuvo repercusiones en 22 estados de la República, llegando al extremo de tomar y cerrar puertos, hasta que consiguieron que fueran indemnizados por las afectaciones de la contaminación. Su activismo y compromiso social fueron recompensados.

Un tiempo estuvo en el servicio público, trabajando en el IMSS, el DIF y el CREA, pero luego se fue a Oaxaca, invitada por el Gobierno de Heladio Ramírez para hacerse cargo del primer Programa de Apoyo a la Mujer. Fue cuando empezó a participar en la campaña para promover la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas a la Presidencia de la República, en 1988 invitada por Heberto Castillo.

En Oaxaca, percibió más claramente lo que era el priismo. Notó que el caciquismo era protegido por el PRI, partido que ofrecía protección a ciertos grupos, y observó que la política caciquil era muy cruel con los grupos sociales.

Mi inconformidad se convirtió en rebeldía política en contra de un sistema antidemocrático. Yo no podía responder a normas políticas y sociales que no eran acordes con mi concepto de la felicidad y la libertad

Cuando el gobernador Heladio Ramírez se enteró de que ella participaba en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, la despidió porque consideró que había cometido traición. “No me contraté como priista, sino como una ciudadana libre que podía llevar adelante una tarea”.

Política y activista defensora de los derechos humanos

Incansable defensora de los Derechos Humanos se entregó de lleno a la campaña de Cárdenas, con lo que empezó su militancia política, comprometiéndose cada vez más en formas diferentes de hacer política, lo que la llevó finalmente a convertirse en fundadora del PRD.

Adriana Luna Parra se alejó del PRD cuando observó que ese partido estaba recuperando el estilo tradicional de hacer política del PRI, a través del corporativismo y de vender los servicios públicos por apoyo político. Tampoco estaba de acuerdo con la forma de actuar políticamente de Andrés Manuel López Obrador y Rosario Robles, quien acababa de tomar posesión como presidenta del CEN del PRD, cuando decidió irse del partido y de su estructura cupular, pues era parte del Comité Ejecutivo.

Cuando surgió el EZLN, en enero de 1994, formó parte del grupo “Rosario Castellanos” que se integró para apoyar a tarea del Ejército Zapatista, incluso ese grupo rompió el cerco que habían levantado los militares en contra de una comunidad, y estuvo participando tres años en un campamento de paz, en La Sultana, Chiapas. Las mujeres que conforman el grupo fueron nombradas asesoras del Ejército Zapatista, y hasta la fecha mantienen ese apoyo. De hecho, en abril de este año, el campamento Zapatista, en su Convención de Sólo Mujeres, la extrañaron.

Cuando Adriana abandona el PRD, regresó a estudiar diplomados y seminarios sobre violencia, psicodrama, métodos lúdicos, sobre cómo auxiliar a trabajadores con grupos, y enfatiza su trabajo personal e independiente con mujeres asesorando a municipalistas en temas feministas, de violencia y vulnerabilidad en los grupos más débiles de la sociedad.

Ella se interesó en trabajar como científica social en el diseño de programas para incorporarlos a la política pública que guiara las acciones gubernamentales a la hora de abordar el asunto de las mujeres adultas mayores de manera integral y lograr incorporarlas plenamente a la salud, la justicia, la economía y la cultura en una convivencia sin discriminación ni violencia.

Puede decirse que es el tema que dominaba su vida, muy recientemente había propuesto al Gobierno de la CDMX un proyecto integral, realizado por ella misma. Hace la Universidad de Vida para Personas Mayores, que empezó a funcionar bajo su cargo en abril de 2013, y que incluye también en los beneficios a varones adultos mayores.

Es un modelo que revaloriza el proceso de envejecimiento que aborda sus problemas desde lo persona hasta lo social y cultural, ofreciendo talleres de aprendizaje en diferentes materias, bajo el concepto de que la educación es un proceso continuo que no debe ser limitado por la edad, a la vez que se ofrece fortalecimiento emocional, desarrollo creativo, información sobre los cuidados de la salud, convivencia, conocimiento de sus derechos humanos y seminarios sobre temas de actualidad, entre otras muchas cosas.

Nuestra cultura ha asignado a mujeres y hombres roles distintos, de modo que su proceso de envejecimiento es diferente. Para las primeras se reserva el papel de cuidadoras; en cambio, a los hombres se les inculca que deben tomar decisiones, llevar una vida fuera del núcleo familiar, así que crean un marco social más amplio, mientras que las mujeres tienen que circunscribirse al hogar y al envejecer se sienten mucho más desprotegidas y vulnerables, pues no han generado metas, ni vida propia, ni control de su tiempo.

Adriana empieza a abordar el tema de la vejez, cuando notó que los militantes políticos tienden a negar el proceso del envejecimiento, en una población que pronto va a ser mayoritariamente de mayores, no de jóvenes como está ocurriendo ahora.

Como parte de ese proceso, escribió un libro conjuntamente con Guadalupe Loaeza, “Abuelas queridas” ¡Qué vivan sus derechos! Para entrar en materia sobre la importancia de que este sector de la población sea atendido como corresponde a sus derechos humanos. Y en ese aspecto cita una bella frase: “Me reivindico como mujer vieja, en rebeldía del anhelo permanente de la juventud”.

Me recuerdo aquel día que solicite una entrevista a Luna Parra, su apellido me sonó conocido, en fin, la entrevista sería justo en la Universidad de Vida, sería un enlace en radio ABC 760am, en el segmento “Que Hay de Nuevo…Viejo” manifestó su preocupación obviamente por todos los adultos mayores, después de la entrevista, muy amablemente me invitó a conocer los salones dónde estaban las actividades de todos los alumnos adultos mayores, pues asisten todos los días las clases eran: guitarra, baile de salón, pintura y muchas otras actividades.

Bajamos a su oficina y yo le conseguí un donativo de varios artículos, ya que justo era el 28 de agosto del 2014 "Día del adulto mayor", me invitó un rico café de olla y intercambiando algunos intereses en común.

Una gran coincidencia fue que yo trabajé con su hermana Georgina, hacia algunos años atrás, fue una gran experiencia el haber estado aquella mañana con Adriana Luna Parra. El pasado fin de semana falleció descanse en paz.


“Quisiera que todos los abuelas y abuelos

formáramos un ejército de canas rebeldes

y lucháramos en contra de los estereotipos

qué nos amarran”.

quehaydenuevoviejo760@yahoo.com.mx

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