Uno de los méritos de la reforma educativa que fue derogada por el lopezobradorismo es la regular transparencia con que se ofrecían las plazas para nuevo ingreso de la educación pública. La autoridad publicaba formatos con los espacios disponibles por plantel e incluso anotaba si eran horas definitivas o temporales, los aspirantes se inscribían al proceso de selección y el mejor calificado obtenía el espacio. El método, que aún se simula desde la autoridad educativa, evitaba la discrecionalidad en la asignación de plazas de maestros y limitaba la corrupción en la práctica.
Para este año, en Morelos, se publicaron las listas para nivel básico, sin contratiempos y el proceso ha transcurrido sin sobresaltos; en cambio, los formatos publicados por la autoridad educativa marcan cero horas y cero plazas de nuevo ingreso para CBTIs y CBTAs, tampoco las hay para el COBAEM ni CECyTE, es decir, la oferta de horas por concurso de ingreso para educación media superior en el estado es nula, lo que indicaría que no hay movilidad de docentes este año (lo que resulta profundamente extraño dados los procesos de jubilación, solicitudes de permisos, cambios de adscripción, promociones, y etcéteras múltiples que se dan en el subsistema de media superior, o que alguien está ocultando las plazas disponibles (que en años anteriores promediaban unas cincuenta cada concurso), para asignarlas de forma discrecional, lo que es posible a partir de las modificaciones al proceso de asignación de plazas permitidas por la actual autoridad federal.
Las quejas de aspirantes a plazas en educación media superior han empezado, y también los suspicaces señalamientos que advierten la adscripción del actual titular del Instituto de la Educación Básica, Eliacín Salgado, en el sistema homologado (de los profes de media superior) y el interés que el mismo sujeto ha mostrado en influir en la próxima designación del comité seccional del SNTE en Morelos, lo que le sería más sencillo si tuviera, por ejemplo, plazas para repartir a discreción entre sus amigos y aliados políticos. No creemos que sea así, porque Eliacín difícilmente tendría el control de la publicación de la oferta laboral en la educación media superior y superior, pero la rareza de la combinación llama la atención de cualquiera.
En el pasado, nos dicen quienes han estado muchos años en el SNTE, las plazas se repartían para que se asignaran 5 para la autoridad y 1 para el sindicato. Hay quienes dicen que siempre se cumplía el perfil. Aún con ello, son de muchos conocidas las historias lamentables de la venta de plazas de maestro por cantidades que iban de los 30 a los 150 mil pesos, que no solamente representaban un esquema de corrupción terrible, sino también cuestionaban la calidad del servicio educativo permitiendo que no ocuparan las plazas los más preparados, sino los que mejor acceso tenían por influencias, posición económica, o hasta posibilidad de hacer favores de cualquier tipo a quienes estaban en control de las contrataciones, tanto en la parte sindical como en la autoridad. Así pinta la vuelta al pasado en la educación.
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