/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Sindemia y sistema de partidos: los retos del 2021

El mundo cambió desde el momento en que la Organización Mundial de la Salud declaró la existencia de una “pandemia” y en todo el mundo se tuvieron que tomar medidas para evitar la propagación del Covid-19.

Todos hemos tenido que adaptarnos y los procesos electorales en el 2021 no serán la excepción. Sin embargo, más allá de los protocolos que la autoridad electoral y los partidos deberán observar para evitar la propagación del coronavirus, mi interés se centra en los retos que tiene el sistema de partidos para atraer el interés y promover la participación de los ciudadanos.

En primer lugar, el sistema de partidos ha mostrado límites para resolver los problemas derivados de la desigualdad, pobreza, violencia y efectos del cambio climático. Si partimos de los datos de crecimiento económico, pobreza y de violencia de los últimos 10 años, ningún cambio de gobierno ni renovación legislativa ha sido capaz de revertir los malos resultados.

Un segundo aspecto que debemos tener en cuenta es que los partidos políticos, en general, han intentado vincularse con la ciudadanía con una imagen institucional desgastada. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (INEGI: 2019), los partidos políticos ocupan el último lugar de confianza para las personas dentro de su entorno más cercano, las instituciones o actores de la sociedad a nivel nacional, con el 24.6 por ciento de las respuestas (en 2017, fue de 17.8 por ciento).

Lo anterior nos dice que la pluralidad construída a lo largo de los últimos años, es insuficiente para que los ciudadanos vean en los partidos, instituciones de apoyo para dar solución a sus problemas o necesidades.

Y, por último, desde una posición de izquierda advertimos la existencia de un reto doble que se encuentra presente. Por un lado, somos conscientes del avance que la derecha en el mundo ha tenido en los últimos años: con su nueva agenda nacionalista, populista, religiosa, intolerante y autoritaria.

Pero en el mismo sentido y aunque parezca contradictorio, en México tenemos por primera vez un gobierno que se declara de izquierda pero su “estilo personal de gobernar” utiliza justamente agendas nacionalistas, populistas, intolerantes, religiosas y autoritarias.

Si ya de por sí estos tres elementos eran muy retadores para el sistema de partidos, hoy debemos considerar además los efectos causados por la pandemia en lo económico, social y sanitario. Y en este sentido, los especialistas señalan que lo que tenemos en realidad tenemos en México y en varias partes del mundo es una “sindemia”.

En una sindemia existen distintos problemas de salud pública (como las enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad), junto con otros problemas derivados de los entornos sociales de alta desigualdad, pobreza, violencia y por los efectos del cambio climático.

En México lo que tenemos sin duda es una sindemia, pero ninguna autoridad reconoce este fenómeno de forma integral y de ahí sus resultados. Por lo tanto, el sistema de partidos debe ser consciente de esta situación y promover su discusión entre la ciudadanía.

Aunque muchos no conozcan el concepto, la gente reconocerá a la sindemia en los millones de pobres, de muertos por covid y por enfermedades crónicas degenerativas, de muertos por la violencia y la inseguridad; además, de los millones de desempleados y de damnificados que sufren los efectos del cambio climático derivado de las fuertes lluvias y huracanes.

El sistema de partidos tiene retos que no puede enfrentar solo, pero se avanza mucho si son parte de la solución.

Twitter/Facebook:@CzarArenas

El mundo cambió desde el momento en que la Organización Mundial de la Salud declaró la existencia de una “pandemia” y en todo el mundo se tuvieron que tomar medidas para evitar la propagación del Covid-19.

Todos hemos tenido que adaptarnos y los procesos electorales en el 2021 no serán la excepción. Sin embargo, más allá de los protocolos que la autoridad electoral y los partidos deberán observar para evitar la propagación del coronavirus, mi interés se centra en los retos que tiene el sistema de partidos para atraer el interés y promover la participación de los ciudadanos.

En primer lugar, el sistema de partidos ha mostrado límites para resolver los problemas derivados de la desigualdad, pobreza, violencia y efectos del cambio climático. Si partimos de los datos de crecimiento económico, pobreza y de violencia de los últimos 10 años, ningún cambio de gobierno ni renovación legislativa ha sido capaz de revertir los malos resultados.

Un segundo aspecto que debemos tener en cuenta es que los partidos políticos, en general, han intentado vincularse con la ciudadanía con una imagen institucional desgastada. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (INEGI: 2019), los partidos políticos ocupan el último lugar de confianza para las personas dentro de su entorno más cercano, las instituciones o actores de la sociedad a nivel nacional, con el 24.6 por ciento de las respuestas (en 2017, fue de 17.8 por ciento).

Lo anterior nos dice que la pluralidad construída a lo largo de los últimos años, es insuficiente para que los ciudadanos vean en los partidos, instituciones de apoyo para dar solución a sus problemas o necesidades.

Y, por último, desde una posición de izquierda advertimos la existencia de un reto doble que se encuentra presente. Por un lado, somos conscientes del avance que la derecha en el mundo ha tenido en los últimos años: con su nueva agenda nacionalista, populista, religiosa, intolerante y autoritaria.

Pero en el mismo sentido y aunque parezca contradictorio, en México tenemos por primera vez un gobierno que se declara de izquierda pero su “estilo personal de gobernar” utiliza justamente agendas nacionalistas, populistas, intolerantes, religiosas y autoritarias.

Si ya de por sí estos tres elementos eran muy retadores para el sistema de partidos, hoy debemos considerar además los efectos causados por la pandemia en lo económico, social y sanitario. Y en este sentido, los especialistas señalan que lo que tenemos en realidad tenemos en México y en varias partes del mundo es una “sindemia”.

En una sindemia existen distintos problemas de salud pública (como las enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad), junto con otros problemas derivados de los entornos sociales de alta desigualdad, pobreza, violencia y por los efectos del cambio climático.

En México lo que tenemos sin duda es una sindemia, pero ninguna autoridad reconoce este fenómeno de forma integral y de ahí sus resultados. Por lo tanto, el sistema de partidos debe ser consciente de esta situación y promover su discusión entre la ciudadanía.

Aunque muchos no conozcan el concepto, la gente reconocerá a la sindemia en los millones de pobres, de muertos por covid y por enfermedades crónicas degenerativas, de muertos por la violencia y la inseguridad; además, de los millones de desempleados y de damnificados que sufren los efectos del cambio climático derivado de las fuertes lluvias y huracanes.

El sistema de partidos tiene retos que no puede enfrentar solo, pero se avanza mucho si son parte de la solución.

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