/ jueves 7 de marzo de 2024

8M: sacar al agresor de casa

“Nunca piensas en mí, eres una egoísta”. “Prefieres ir con tus amigas y dejarme solo en casa”. “Deja que yo lo haga, tú no sabes cómo”. Frases de un violentador, disfrazadas de amor o necesidad.

La violencia contra las mujeres, desde las menos fáciles de detectar por el grado de normalización social —chantajes, ley del hielo, bromas hirientes o stalkear en redes sociales—, hasta las más evidentes por el daño físico deben ser prevenidas, combatidas y erradicadas. Para recordar ese objetivo existe el 8M.

Conmemorar este día se remonta a 1875, cuando 129 trabajadoras textiles murieron en el incendio de una fábrica en Nueva York, donde fueron encerradas en castigo por la huelga para exigir salario igual al de sus compañeros hombres.

En la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, Clara Zetkin proclamó al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como recordatorio de la lucha por justicia laboral. En 1975, la ONU lo designó oficialmente.

Aunque han pasado muchas décadas, la lucha por la igualdad sustantiva, seguridad y justicia continúa en todo el mundo.

Colectivos feministas preparan manifestaciones para exigir la erradicación de las violencias desde las generadas al interior de los hogares hasta las digitales.

Una muestra de lo observado en nuestro país es que entre 2023 y este 2024, en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México hemos apoyado a más de 11 mil víctimas de violencia familiar.

El 59 por ciento se acercó por agresiones físicas, 46 por ciento emocionales, 21 por ciento psicológicas y 3 por ciento sexuales. Siete de cada diez reportaron más de un tipo de violencia.

Identificar las diferentes formas de agresiones —20 de ellas expuestas en el Violentómetro del Consejo Ciudadano— y reportarlas a través de herramientas como la Línea Mujer y Familia o el Chat de Confianza 55 5533 5533 contribuye a la posibilidad de sacar a los agresores de casa y salvar vidas.

Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres

“Nunca piensas en mí, eres una egoísta”. “Prefieres ir con tus amigas y dejarme solo en casa”. “Deja que yo lo haga, tú no sabes cómo”. Frases de un violentador, disfrazadas de amor o necesidad.

La violencia contra las mujeres, desde las menos fáciles de detectar por el grado de normalización social —chantajes, ley del hielo, bromas hirientes o stalkear en redes sociales—, hasta las más evidentes por el daño físico deben ser prevenidas, combatidas y erradicadas. Para recordar ese objetivo existe el 8M.

Conmemorar este día se remonta a 1875, cuando 129 trabajadoras textiles murieron en el incendio de una fábrica en Nueva York, donde fueron encerradas en castigo por la huelga para exigir salario igual al de sus compañeros hombres.

En la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, Clara Zetkin proclamó al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como recordatorio de la lucha por justicia laboral. En 1975, la ONU lo designó oficialmente.

Aunque han pasado muchas décadas, la lucha por la igualdad sustantiva, seguridad y justicia continúa en todo el mundo.

Colectivos feministas preparan manifestaciones para exigir la erradicación de las violencias desde las generadas al interior de los hogares hasta las digitales.

Una muestra de lo observado en nuestro país es que entre 2023 y este 2024, en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México hemos apoyado a más de 11 mil víctimas de violencia familiar.

El 59 por ciento se acercó por agresiones físicas, 46 por ciento emocionales, 21 por ciento psicológicas y 3 por ciento sexuales. Siete de cada diez reportaron más de un tipo de violencia.

Identificar las diferentes formas de agresiones —20 de ellas expuestas en el Violentómetro del Consejo Ciudadano— y reportarlas a través de herramientas como la Línea Mujer y Familia o el Chat de Confianza 55 5533 5533 contribuye a la posibilidad de sacar a los agresores de casa y salvar vidas.

Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres