/ martes 11 de enero de 2022

“Partícipes y responsables”

Al tiempo que la pandemia seguirá siendo el reto principal de las autoridades y los ciudadanos en el presente año, el económico acompaña a la crisis sanitaria. Nos enfrentamos a un corrimiento de las formas clásicas de empleo hacia novedosas articulaciones que van dislocando el entramado socioeconómico del siglo pasado. La irrupción de las nuevas tecnologías incorporó un elemento nuevo en el mercado de la producción y del consumo, modificando sensiblemente el estatus vigente formado a partir de la revolución industrial.

Con frecuencia se piensa que la pandemia vino a modificar el estado de cosas al iniciar la tercera década del presente siglo, nada más alejado de la realidad, el desarrollo de nuevas tecnologías venia insertándose como nueva “realidad” en la vida cotidiana de las personas de manera creciente, hay que ver tan solo el caso de los niños que aún antes de la pandemia ya vivían en el medio ambiente digital como nuevas generaciones de futuro. Lo cierto es que la pandemia hizo posible visualizar con mayor intensidad una serie de elementos principalmente sociales ya presentes en la vida diaria.

Bien podría decirse, como quiera que se juzgue lo que está pasando, que pueden identificarse que se da un entresijo entre “rupturas y continuidades” cuyas consecuencias tienen que ver con la confusión, la angustia, la incertidumbre y el desamparo; actitudes que están a la vista si damos tan solo un vistazo a las redes sociales y a las diferentes mediciones sobre las conductas individuales en situaciones de “encierro”. Una situación que tiene en su raíz un relativismo individual y social, expresión inequívoca del uso de la más amplia libertad como no se había observado en tiempos pasados. Todo mundo puede escribir muy sintéticamente sus puntos de vista sobre cualquier tema, acerca de todo, absolutamente todo lo que ocurre en las comunidades, e incluso el mundo, libertad que está al servicio de quienes quieran opinar.

En este ambiente habrá de atenderse este segundo gran reto de recuperación económica, de ahí que es necesario potencializar las políticas públicas que refuercen la creación de empleos, disminución del desempleo, el incremento de las inversiones, integración de acciones, atender a quienes menos tienen y población más vulnerable, particularmente la visualización de la madres o abuelas jefas de familia, etc. Es en estas dos principales vertientes en las que habré de promover diferentes acciones con el único propósito de contribuir al desarrollo de nuestro estado y de las familias morelenses. Al respecto, les invito a seguirme en mis redes sociales: Twitter, Facebook e Instagram en las que estaré compartiendo información importante.

A fin de lograr lo anterior, es importante acudir al binomio virtuoso de participación y responsabilidad, tanto de autoridades como de ciudadanos (organizados o no), dos polos que bien articulados pueden desarrollar acciones de bien público tan necesarias en este momento. Que tengan una muy buena semana.

Al tiempo que la pandemia seguirá siendo el reto principal de las autoridades y los ciudadanos en el presente año, el económico acompaña a la crisis sanitaria. Nos enfrentamos a un corrimiento de las formas clásicas de empleo hacia novedosas articulaciones que van dislocando el entramado socioeconómico del siglo pasado. La irrupción de las nuevas tecnologías incorporó un elemento nuevo en el mercado de la producción y del consumo, modificando sensiblemente el estatus vigente formado a partir de la revolución industrial.

Con frecuencia se piensa que la pandemia vino a modificar el estado de cosas al iniciar la tercera década del presente siglo, nada más alejado de la realidad, el desarrollo de nuevas tecnologías venia insertándose como nueva “realidad” en la vida cotidiana de las personas de manera creciente, hay que ver tan solo el caso de los niños que aún antes de la pandemia ya vivían en el medio ambiente digital como nuevas generaciones de futuro. Lo cierto es que la pandemia hizo posible visualizar con mayor intensidad una serie de elementos principalmente sociales ya presentes en la vida diaria.

Bien podría decirse, como quiera que se juzgue lo que está pasando, que pueden identificarse que se da un entresijo entre “rupturas y continuidades” cuyas consecuencias tienen que ver con la confusión, la angustia, la incertidumbre y el desamparo; actitudes que están a la vista si damos tan solo un vistazo a las redes sociales y a las diferentes mediciones sobre las conductas individuales en situaciones de “encierro”. Una situación que tiene en su raíz un relativismo individual y social, expresión inequívoca del uso de la más amplia libertad como no se había observado en tiempos pasados. Todo mundo puede escribir muy sintéticamente sus puntos de vista sobre cualquier tema, acerca de todo, absolutamente todo lo que ocurre en las comunidades, e incluso el mundo, libertad que está al servicio de quienes quieran opinar.

En este ambiente habrá de atenderse este segundo gran reto de recuperación económica, de ahí que es necesario potencializar las políticas públicas que refuercen la creación de empleos, disminución del desempleo, el incremento de las inversiones, integración de acciones, atender a quienes menos tienen y población más vulnerable, particularmente la visualización de la madres o abuelas jefas de familia, etc. Es en estas dos principales vertientes en las que habré de promover diferentes acciones con el único propósito de contribuir al desarrollo de nuestro estado y de las familias morelenses. Al respecto, les invito a seguirme en mis redes sociales: Twitter, Facebook e Instagram en las que estaré compartiendo información importante.

A fin de lograr lo anterior, es importante acudir al binomio virtuoso de participación y responsabilidad, tanto de autoridades como de ciudadanos (organizados o no), dos polos que bien articulados pueden desarrollar acciones de bien público tan necesarias en este momento. Que tengan una muy buena semana.